A una semana de que se celebren las elecciones primarias, el mercado tiene la vista puesta en “el día después” de las PASO y en cómo los resultados de las urnas marcarán el devenir de la economía en los próximos meses. “En la Argentina, el largo plazo es el 13 de agosto”, le dijo un economista al diario La Nación, que afirma que muchos también coinciden con él.
En el último mes, el mercado cambiario se recalentó y los contratos de dólar futuro adelantan la posibilidad de un salto del tipo de cambio mayorista. Son 2 frentes de tensión que el Gobierno enfrentará hasta diciembre y que, eventualmente, podrían moderarse según cómo se posicionen las diferentes fuerzas políticas en las elecciones del próximo domingo.
Al respecto, Gabriel Caamaño, socio gerente de la consultora económica Ledesma señaló: “Las PASO realmente pueden marcar la agenda. Quedaron demasiadas cosas pendientes para después de las elecciones y su resolución puede depender mucho de los resultados. Por ejemplo, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Porque todavía no lo conocemos y tampoco está aprobado por el directorio. Eso sucedería recién en la segunda quincena de agosto y de él dependen que lleguen los desembolsos (por US$7.500 M). Entiendo que el ‘board’ puede encarar totalmente diferente la reunión, en función de si el oficialismo sigue o no competitivo después de las primarias. Al Fondo le importa y al mercado también”, enfatizó.
Cobertura. De hecho, en la última semana se recalentó el mercado de futuros, segmento donde 2 contrapartes acuerdan un precio del tipo de cambio mayorista para una fecha próxima. Ante el temor de que suceda un eventual salto del dólar oficial, hubo una mayor demanda por cobertura. Esto se dio en línea con la momentánea interrupción de las intervenciones del Banco Central (BCRA) durante la rueda del lunes de la semana pasada, y en una semana en que el dólar mayorista subió más que la inflación.
Según el mercado de futuros, el dólar oficial cotizaría a $316,75 para fines de agosto. Unos $37 más que ayer ($279,35), equivalentes a una devaluación de 13,4% en los próximos 27 días.
Para Caamaño, que la aprobación del acuerdo con el FMI haya quedado pendiente para después de las PASO incrementó la incertidumbre con respecto a lo que puede pasar con el mercado de cambios, ya sea por un endurecimiento del cepo o por más restricciones para las importaciones.
Muchas opciones. Y agregó: “El mercado lo toma como indicativo de que después de las elecciones podría haber cambios, ya sea un salto discreto, un nuevo desdoble, mayores impuestos sobre las importaciones o que se acelere el “crawling peg” (las minidevaluaciones diarias). Las opciones son muchas. Pero el mercado se está cubriendo a la espera de que haya más novedades”, explicó.
En tanto, Fernando Baer, economista de la consultora Quantum dijo: “Si el mercado cambiario se calma después de las PASO o no también va en línea con el resultado electoral y los desembolsos del Fondo. Si el Gobierno recibe los US$7500 millones a finales de agosto por parte del FMI, será un escenario muy diferente a que no aparezcan. Más allá de si el programa que se firma es realmente lo que el FMI busca o lo que la Argentina necesita, están financiando al Gobierno de a puchitos de cara a los próximos meses. Ahora, si esto no ocurre, ahí estamos hablando de un tipo de cambio a otros niveles”, señaló.
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Sucede que la llegada de dólares frescos le permitiría al BCRA recomponer su poder de fuego para contener al MEP, con la vista puesta en las elecciones generales de octubre. Si esos fondos del FMI no llegan, el tipo de cambio libre podría llegar a valores similares a la crisis provocada por la salida de Martín Guzmán del Gobierno, cuando renunció al Ministerio de Economía en julio de 2022. En ese momento el dólar llegó a $338 nominales. Esa cotización, ajustada por inflación, serían equivalente a $700 actuales, según calculó Baer. Un evento de este tipo podría traducirse en suba de los precios de toda la economía, acelerando la inflación de agosto y de los meses posteriores.
Expectativa. Por su parte, Marina Dal Poggetto, directora de la consultora EcoGo, consideró que “lo que suceda con el MEP se basará en la expectativa de cambio (político). Si el mercado considera que la Argentina irá hacia un esquema cambiario más normal, ni siquiera te hablo de remover todos los controles de capitales desde el primer día, como en 2015, sino de corregir precios relativos y recapitalizar el BCRA, las brechas se podrían comprimir. La eficacia de estabilizar la demanda se dará siempre y cuando haya gobernabilidad. Hasta ahora está todo en su lugar, mucho más de lo que uno hubiera imaginado a esta altura. Pero los desequilibrios son muy grandes y tienen que estabilizar cada uno de los frentes”, advirtió
Para la economista, el escenario disruptivo podría darse si Javier Milei obtiene en las primarias más de un 20% de los votos. Eso marcaría una elección de tercios, y no de medios, con Juntos por el Cambio (JxC) y Unión por la Patria disputándose la presidencia. Otro mal dato para el mercado podría ser que JxC logre una diferencia “demasiado chica” frente al oficialismo.
“Las expectativas de cambio te ayudan a estabilizar precios. Pero, caso contrario, no creo que se repita lo de 2019”, agregó Dal Poggetto. Hace 4 años, en las PASO, Alberto Fernández le sacó 15 puntos de ventaja a Mauricio Macri y dio el primer paso hacia el regreso del kirchnerismo al poder. Al día siguiente fue un “lunes negro”. La Bolsa porteña cayó un 50% en dólares y la divisa estadounidense subió 23% en un solo día.
Diferencias. Pero, frente a aquella elección, hay actualmente algunas diferencias claves. En 2019 no había cepo y el mercado tenía la expectativa de que vendría un candidato con un “esquema de represión financiera”, mientras que ahora los inversores entienden que “ni siquiera hay un candidato kirchnerista dentro de las posibilidades”. Y además, los bonos cotizaban a US$80 y actualmente apenas superan los US$30.
En cambio, Baer consideró que el escenario es más parecido al de 2015, aunque en esta ocasión la economía argentina llega mucho más deteriorada. El Banco Central tiene reservas netas negativas, el Gobierno está muy endeudado, la inflación anual alcanzó los tres dígitos y los salarios e ingresos informales cayeron un 20%, en términos reales, respecto del pico de noviembre de 2017.
Baer consideró que “por lo menos en el corto plazo, esas debilidades en la macro no nos hacen pensar en un florecer del mercado, en caso de que los resultados electorales arrojen una victoria de Juntos por el Cambio y un Milei que se va desdibujando. Si bien podrá haber algún tipo de relajamiento o de expectativa que impulse el precio de los activos, no veo que la presión sobre los tipos de cambio libres se descompriman o bajen las tensiones sobre el tipo de cambio oficial. Básicamente, porque la Argentina llega con una economía completamente caótica desde ese punto de vista”, concluyó.