Un “problema” que parece haberse minimizado o pasado desapercibido, es dónde está el faltante de la campaña agrícola y a qué integrantes de la cadena afectó más. La sensación de “no pasó nada», está en el ambiente. El sector perdió alrededor del 50% de su producción y evidentemente no hay síntomas visibles en la cadena de semejante pérdida. Las razones pueden ser por ejemplo la liquidez anterior que se está volcando o se volcó ya al nuevo circuito productivo o bien la toma de créditos tanto bancarios como comerciales que sustituyen el faltante financiero.
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Esto último restringirá la capacidad de maniobra comercial y de búsqueda de precio luego de la cosecha, ya que se debe cumplir los compromisos asumidos en posición cosecha, quitando margen de maniobra para defender el precio. Mientras, algunas empresas retardan decisiones a la espera de alguna noticia económica salvadora de último momento. Recordemos que el dólar agro o dólar soja ayudó en este sentido, y que las circunstancias del país ayudan a tener este comportamiento, pero falta mucho tiempo para el nuevo “oasis” de liquidez que es la fina. En el medio hay varias cosas que se dan por sentado (quién gana las PASO, arreglo con el FMI, etc.) que todavía deben concretarse. Son pocos, o ninguno, los que piensan o se están preparando para un “cisne negro” o “algo puede fallar” en esta campaña. La realidad nos pone en un lugar donde queda poco margen para otro fracaso productivo o para medidas económicas populistas.
Fuente: Zorraquin & Meneses