El Ministerio de Economía anunciará hoy un dólar más alto para el agro, para estimular las exportaciones e intentar alimentar con USD 2.000 millones a las alicaídas reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA), mientras intenta cerrar la negociación con el Fondo Monetario Internacional.
Si bien altas fuentes oficiales confirmaron estas medidas aún no se conoce el precio que tendrá el nuevo tipo de cambio desdoblado. Solo aseguraron que incluirá una mejora de la cotización diferencial para algunas economías regionales que ya está vigente -$300 por dólar hasta fines de agosto- e incluirá también al maíz.
Para este cereal, desde Economía buscarán que una parte se destine específicamente al mercado local y que no pueda venderse al exterior con el tipo de cambio diferencial. El objetivo de esta medida, cuyo modo de aplicación no se conoce, es evitar la remarcación precios de alimentos, que tienen al maíz como insumo, en el mercado doméstico.
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Exiguas. La prioridad del equipo económico es sumar la mayor cantidad de divisas posible al BCRA, ante una caída pronunciada en el volumen de las reservas internacionales, que según la consultora Portfolio Personal Inversiones es de solo USD 1.136 M.
En ese sentido, el menú de medidas que prepara y anunciará en las próximas horas el Gobierno también incluye un encarecimiento de las importaciones de algunos productos que ingresan al país al valor del dólar oficial. Por lo tanto, el impuesto PAIS que se aplica a los consumos en dólares en el mercado doméstico se aplicará para los productos y servicios que se pagan al exterior. Así, parte de las importaciones dejarán de pagarse al dólar oficial.
Tampoco se conoce, por el momento, el porcentaje de la nueva variante del impuesto PAIS, que es de un 30% para la compra de divisas o consumos dolarizados. Según informó Infobae, para la importación de bienes suntuarios incluirá una alícuota de 2 dígitos, mientras que bienes intermedios tendrá un recargo tributario de solo 1 dígito. La definición de estas alícuotas impositivas aún son materia de definición y forman parte de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Exentas. Según el mismo medio, otras importaciones, como las ligadas a la producción de bienes que formen parte de la canasta básica y a la producción de energía, no tributarán impuestos y seguirán operando al dólar oficial.
El encarecimiento de algunas importaciones perseguirá 2 objetivos: Que las compras al exterior sean más caras y que el BCRA no tenga que desprenderse de parte de sus reservas con un tipo de cambio considerado por el mercado y el FMI como muy atrasado. Y, por otra parte, reforzar los ingresos fiscales tras el desplome de recaudación como consecuencia del menor ingreso de divisas derivado de la sequía.
Las medidas se anunciarán mañana mientras, en paralelo, una misión de funcionarios de Economía negocia con el FMI, en Washington, la recalibración del programa vigente con el organismo.
Constructivamente. En ese sentido, un portavoz del FMI aseguró ayer: “Nuestros equipos continúan trabajando constructivamente, en persona, con el objetivo de llegar a un acuerdo sobre la quinta revisión del programa de Argentina respaldado por el Fondo. Las discusiones continúan enfocadas en las políticas para fortalecer las reservas y mejorar la sostenibilidad fiscal”, consignó.
Mientras tanto, el tira y afloje final con el Fondo aparecen 2 cuestiones centrales. Por un lado, el nivel de ajuste fiscal para este año, incluido en las metas trimestrales a rediseñar. El Gobierno buscaba un déficit primario que ronde el 1,9% del PBI, es decir la meta anual de 2023 sin cambios, mientras el FMI prefiere un recorte mayor.
Y, por otra parte, la cuestión del tipo de cambio. El FMI pulsea por una devaluación del peso que en Hacienda juzgan inviable políticamente en campaña. Medidas como el encarecimiento de algunas importaciones buscarían cumplir, aunque parcialmente, con ese reclamo del organismo.
