Es la época del año donde conviven la campaña nueva y la vieja. En la campaña vieja, ya casi terminada la cosecha de soja y en el medio de la cosecha de maíces tardíos, sin sorpresas positivas en cuanto a rindes afectados por la seca. En cuanto a la campaña nueva se está sembrando la fina (trigo y cebada), retrasada en algunas zonas por falta de humedad. Y terminando de cerrar los arrendamientos, que de alguna manera están terminando en “alza”.
El Excel de la campaña nueva está cerrando muy justo para la mayoría de las empresas, y el factor fundamental en esta época del año es el precio que se estima obtener con la nueva producción. Tema nada sencillo de estimar y capturar con coberturas (si se presenta la oportunidad) en las condiciones actuales políticas y económicas que atraviesa la Argentina.
El “colchón” que todos de alguna manera contemplamos, que solamente es mental por el momento, es la posible devaluación o sinceramiento del tipo de cambio, que producirá este o el próximo gobierno. Decimos “mental” porque a ciencia cierta nadie sabe ni cómo ni cuándo se producirá.
Recordemos que cuando este tipo de sinceramiento se produce, hay un reacomodamiento temporal de precios relativos que puede impactar sobre los precios de venta. En cuanto a los insumos, no hay faltantes por el momento para la siembra de fina, y a las distribuidoras les está costando llegar a sus objetivos de venta, producto de la campaña anterior y de cómo se viene desenvolviendo la campaña actual.
Fuente: Zorraquín & Meneses