Por la falta de agua, la siembra de trigo argentina 2023/24 pudo haber estado entre las más bajas de la década. El déficit que arrastraba la región pampeana por la súper sequía argentina y la situación del otoño trazaban un escenario de siembra casi tan seco como el 2009. Pero el evento de precipitaciones de mayo dejó acumulados que duplicaron y hasta triplicaron las medias mensuales en el este del país, dejando atrás escenarios de siembra que recortaban 1 M/ha o más.
Igualmente, la franja oeste sigue seca: el oeste de Buenos Aires, La Pampa y Córdoba son las áreas más comprometidas para cumplir con los planes trigueros. Pero Entre Ríos, centro y este de Santa Fe y este y SE bonaerense han recuperado las posibilidades de aumentar el área triguera.
Con este cambio de escenario, se estima un área de trigo 2023/24 será de 5,6 M/ha. Así, la intención de siembra triguera sería 5% menor que en el ciclo anterior (5,9 M/ha). Trazando un escenario productivo con 200.000 ha que no lleguen a cosecha y un rinde de 30 qq/ha (promedio redondeado de las últimas 5 campañas argentinas), Argentina podría producir 16,2 Mt. El avance de las labores de siembra es de 31% a nivel nacional y muestra un avance de 4 puntos porcentuales respecto a la siembra de hace un año (27%).
Córdoba dejaría de sembrar unas 180.000 ha en esta campaña, pasando de 880.000 a 700.000 ha. La caída interanual estaría en torno del 20,5%. Los cordobeses señalan en las encuestas que este año no hay agua y que el riesgo es demasiado grande. Los porcentajes de caídas están entre un 10 a 60%.
Le sigue Buenos Aires, donde se estima una baja de 140.000 ha o 5,5%, pasando de cultivar 2,54 a 2,40 M ha. Además, este año hay en juego un número de hectáreas que podrían pasar cebada a trigo, sobre todo en el bastión triguero, el SO bonaerense, que larga con muy buenas condiciones hídricas para la campaña fina.
También Entre Ríos tiene posibilidades de tener una revancha con el trigo tras los pésimos resultados de la gruesa. Siguiendo los números del SIBER de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos se sembraría este año un 11% más de trigo.
La Pampa es otra de las provincias que sufre un fuerte recorte este año: la siembra triguera caería casi un 27% respecto del ciclo pasado.
Santa Fe muestra un fuerte repunte tras las lluvias, sobre todo en el este y centro de la provincia. Hace un mes se esperaba una caída contundente, pero la siembra sería apenas mayor que la del año pasado.
En cuanto a la tecnología a usar en esta campaña, se señala una gran tendencia a limitar la fertilización y realizar planteos con dosis de nitrógeno y fósforo bajas a medianas. Tras los resultados de la sequía se quiere gastar lo menos posible. Se espera que luego del escaso desarrollo y el fracaso productivo de los cultivos de verano, los nutrientes que han quedado en los suelos logren suavizar la caída en inversión que habrá en el cultivo en esta campaña.
La campaña de soja va llegando a su final, pero los descuentos siguen: pasa de 21,5 a 20,5 M/t en junio. Con el 96% de avance de cosecha, llega el final de una campaña extremadamente mala. Y siguen los ajustes negativos en soja: de mayo a junio cae otro millón de toneladas la producción. De esta manera habrá un 58% menos de soja de lo que se esperaba producir a principios de la campaña.
Ajustes. Los mayores ajustes son para para Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe. Entre Ríos cae 4,3 qq/ha, siguiendo los datos del SIBER de la bolsa entrerriana. El sur de Córdoba sigue desmoronándose en materia de rindes y la provincia retrocede 2,1 qq/ha. Santa Fe no es la excepción: cede otro quintal por la sequía brutal que ha sufrido la soja argentina. Algunos rindes favorables en el norte argentino compensan una mayor caída.
De mayo a junio el rinde nacional cae por debajo de los 17 qq/ha, con 16,6 qq/ha, el nivel más bajo de los últimos 15 años. Con una pérdida de área estimada en 3,654 M/ha, y un área sembrada de 16 M/ha, la producción estimada en junio es de 20,5 M/t.