Mientras en el sector agroexportador vaticinan que junio será un mes con muy pocas ventas de granos y productos del complejo cerealero-oleaginoso, en el gabinete económico no quieren hablar de un “dólar soja 4” o un “dólar maíz”, como se especuló en las últimas semanas.
Sí, en cambio, piensan en otro tipo de medidas para conseguir dólares a las exhaustas arcas del Banco Central de la República Argentina (BCRA), que evite una mayor emisión monetaria y que logre amigarse con la actividad agropecuaria ante las próximas elecciones.
Según publicó el diario El Cronista, una idea que empieza a circular entre distintos funcionarios es una baja temporal de retenciones, de modo de incentivar la liquidación de la cosecha, en momentos en que las reservas netas del Banco Central acusan un saldo negativo de aproximadamente u$s1.600 M.
Montos. Los u$s5.100 M del “dólar soja 3” superaron (con 10 ruedas más operativas que la versión 2) lo aportado en su segunda edición (u$s 3154 millones, en diciembre 2022), aunque recaudó menos dólares que la primera versión (u$s 7664 M, en septiembre 2022).
En tanto, el promedio de liquidación diaria fue de u$s154 M en la última edición, u$s137 M, en su segunda edición, pero también muy por debajo de los u$s 403 M de la primera temporada de dólar desdoblado específico para la soja y sus subproductos.
Si bien se superó el objetivo inicial establecido de u$s5.000 M en la última edición de “dólar soja”, la consultora Ecolatina estimó que ese monto se refería solo a las liquidaciones del complejo sojero.
Paja y trigo. “Podemos inferir en base a declaraciones de funcionarios, que el verdadero valor objetivo se ubicaba cerca de u$s9.000 M, al contemplar también las liquidaciones de economías regionales. Si bien para evaluar su resultado final habrá que esperar a que finalice el dólar regional a fines de agosto, vemos poco probable que se alcance dicho número”, señaló la consultora.
Al respecto cabe recordar que la comparación del “dólar soja 3”, cuya vigencia finalizó a fin de mayo, solo puede compararse con sus análogos de septiembre y diciembre de 2022.
La cotización especial para exportaciones de las llamadas economías regionales, que finalizará en agosto, no tiene punto de comparación, ya que está incluida en el llamado “dólar agro”, una operatoria independiente del “dólar soja 3”, cuya primera edición es la que está actualmente vigente.
1 de 3. Por otra parte, se destaca la escasa absorción que ha logrado el BCRA de las divisas liquidadas con el “dólar soja 3”: sólo adquirió un 28%, cuando en las dos ediciones previas compró entre un 65% y 75% de las divisas liquidadas en esas oportunidades.
En la misma línea, desde otra consultora, GMA Capital, consignaron que, si bien las ventas alcanzaron u$s5.094 M, el Banco Central retuvo u$s1.462 M, solo el 29% de lo liquidado. Esto significa que, de cada u$s3 que vendieron los exportadores, el Central se quedó con apenas casi un dólar.
El escaso éxito del “dólar soja 3” también quedó plasmado en el tipo de cambio implícito de cada dólar que compró el Banco Central. Hacia septiembre, cuando regía el “dólar soja 1”, cada uno de esos u$ 4.969 M se pagaron a un tipo de cambio implícito de $230, equivalente a una brecha del 61% del dólar oficial de ese momento).
Brecha y reservas. En diciembre, los u$s2.309 M netos implicaron un tipo de cambio implícito de $253 (con una brecha de 47%). Finalmente, para esta edición se emitieron $698.000 M para que el BCRA comprara u$s1.462 M netos. Es decir, el dólar implícito de estas operaciones fue de $477 equivalente a una brecha del 109% del dólar oficial).
Contrariamente a lo que sucedió en las dos primeras ediciones, el “dólar soja 3” no logró revertir la delicada situación de las reservas, sino que la situación empeoró: desde que entró en vigencia el esquema, las reservas brutas cedieron u$s4300 M.