Alertan que podría demorarse la activación de El Niño y sus lluvias ⛈🌧

Los informes que difunden los principales centros de investigación y análisis de fenómenos agroclimáticos a nivel mundial, ratifican la posibilidad de que el fenómeno de El Niño esté presente en la próxima campaña agrícola, los cuales crean expectativas positivas en los productores argentinos.

Sin embargo, la Bolsa de Cereales (BC), en Buenos Aires emitió un documento que invita a la cautela. Sucede que también hay factores de signo negativo que podrían frenar la incidencia de El Niño, que tradicionalmente impacta en nuestro país con un régimen de lluvias superior a lo normal.

Esos factores implican que se reducirán los riesgos, tanto de heladas como de calor intenso, pero aún no significa un alivio para las condiciones de sequía que sufren los suelos.

Raro, en otoño. El informe de la BC explica: “Aunque el presente episodio parece apuntar a un elevado vigor, debe tenerse en cuenta que El Niño raramente se activa en el área agrícola del Cono Sur durante el otoño y el invierno, sino que lo hace preferentemente a partir de la primavera, por lo que no debe esperarse un alivio rápido a la sequía que aún subsiste en gran parte de su extensión”.

Y menciona otro factor negativo que podría debilitar a El Niño: los vientos polares que “observan un comportamiento extremadamente persistente, causando fríos tempranos y nevadas, y dificultando la entrada de humedad hacia interior del área agrícola”.

Al respecto, el Ing. Agr. Eduardo Sierra, especialista en agrometeorología y asesor de la BC advierte en el informe que “Algunas fuentes, como el Climate Forecast System, del NOAA -Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de los EE.UU., por su sigla en inglés- señalan la posibilidad de que la acción de los vientos polares se extienda hasta el verano próximo, retardando y debilitando la activación de los efectos de El Niño, y manteniendo grandes extensiones con déficits hídricos sobre el interior de La Argentina y gran parte del Uruguay”.


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Ríos. Además, Sierra considera que no debe olvidarse que las profundas modificaciones sufridas por la Cuenca del Plata, debido a la construcción de grandes represas sin capacidad de regulación, y a las obras de dragado para la habilitación de la Hidrovía, han amplificado las oscilaciones de los grandes ríos.

Se refiere específicamente a que, en los eventos de sequía, como los causados por la sucesión de episodios de La Niña que llega a su fin, el caudal de los grandes ríos baja a mínimos históricos, agravando la sequía y haciendo que la Zona Núcleo sufra condiciones más severas que las zonas marginales.

Al mismo tiempo, y en sentido contrario, en los eventos de grandes lluvias, como El Niño que se prevé volvería próximamente, se incrementa el riesgo de abruptas crecidas de los grandes ríos, inundando las zonas ribereñas.

Regiones. Paralelamente, Sierra también recuerda que usualmente se asocia a El Niño a condiciones favorables para Argentina, pero eso no es así de manera transversal para todas las regiones del país.

“El Niño extremadamente vigoroso podría determinar que la sequía afecte el oeste del Paraguay, el NOA, Cuyo, el oeste de la Región del Chaco y el oeste de la Región Pampeana, donde tiene efectos depresivos, y la llegada de los vientos húmedos del anticiclón del Brasil es menor”, precisa el experto.

Sierra concluye diciendo que “puede percibirse que el desarrollo de El Niño no excluye riesgos de consideración, que hacen necesario un cuidadoso seguimiento de la evolución del sistema climático, una planificación prudente, un manejo riguroso y un uso racional de la tecnología disponible”.

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