En Argentina las tierras de uso agrícola se encuentran en más de un 40% destinas al cultivo de soja. La producción apícola en el sur de Santa Fe se realiza en una nítida superposición con zonas donde se siembra esta oleaginosa. En el ámbito de la investigación, ha ganado interés el conocimiento del impacto de insectos benéficos para mejorar la producción en la agricultura y brindar opciones a sistemas que son altamente dependientes de insumos químicos.
La soja (Glycine max) es el principal cultivo agrícola de la Argentina. El censo agropecuario de 2018 estimó que la superficie destinada a uso agrícola en nuestro país era de 33.182.639 has. El área de soja cosechada en la campaña 2018/2019 fue cercana a 17 millones de hectáreas (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, 2023). La importancia es innegable, solo la soja ocupa una superficie mayor al 40 % del total de superficie implantada con algún cultivo En consonancia a ello, el departamento Caseros (área agrícola por excelencia del sur de Santa Fe) ha sido ocupada en promedio el 71 % de su superficie total por el cultivo de soja en las últimas 10 campañas agrícolas durante la cosecha gruesa (Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, 2022).
La producción apícola se efectúa en el sur de Santa Fe en el mencionado contexto de preponderancia de la soja como cultivo estival. Existiendo una nítida superposición de las zonas donde se realiza históricamente la apicultura y se cultiva la soja, como es la región pampeana. En base a esta observación de Groot et al., (2021) partieron de la hipótesis que el monocultivo de soja junto a algunas prácticas de producción utilizadas son potencialmente inconvenientes para la apicultura. Los investigadores observaron correlaciones significativas en el crecimiento del área del cultivo y la disminución de los rendimientos por colmena. El trabajo adjudica que se dan dos grandes cambios, la introducción masiva de un solo cultivo en detrimento de la diversidad y en la forma de producir, tomando como eje la resistencia a herbicidas de la soja para su manejo agronómico. Más allá del impacto de las variables incluidas en el estudio y su dificultad de mensurar, se muestra una clara tendencia de menor productividad de las colmenas. Los registros de los apicultores de la región coinciden con los resultados planteados e indican la reducción de la cantidad de colmenas en los apiarios para frenar la caída de los rendimientos de miel por colmena.
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El conocimiento del impacto de insectos benéficos para mejorar la producción en la agricultura y brindar opciones a sistemas que son altamente dependientes de insumos químicos, ha ganado interés en el ámbito de la investigación. La polinización es uno de los servicios que brindan los insectos para mejorar la producción y es fundamental para la agricultura, ya que el 70% de los cultivos alimenticios depende de polinizadores en alguna medida. Además, representan el 35% de la producción agrícola mundial (Klein et al., 2007; IPBES, 2016).
La disminución de polinizadores nativos en las áreas de monocultivos agrícolas por fragmentación y perdida del hábitat han sido reportados en múltiples informes, afectando las posibilidades de mejorar los rendimientos a través de ellos. Ante esta situación, existen propuestas para incentivar la protección de los polinizadores en los sistemas productivos a través de políticas concretas como lo hacen Dicks et al., (2016).
En este contexto, sin cambiar el paradigma preponderante y en una lógica economicista: ¿es posible mejorar la productividad por hectárea de soja incorporando a la gestión del sistema el servicio de polinización?
En los últimos años se han publicado numerosos estudios que abordan la influencia de los polinizadores en el rendimiento de soja de producción convencional. Garibaldi et al., (2021) Se muestra una recopilación de trabajos de investigación donde se compara la producción del cultivo de soja con exclusión biótica y sin exclusión biótica. En los mismos el autor observa diferencias en el rendimiento de 0 a 126%, con un promedio de 23%. Todos los estudios analizados están hechos en diferentes condiciones ambientales, con una variable presión de agentes polinizadores en el área de estudio, con diferentes variedades de soja, entre otras variables. Por ello, existe cada vez más evidencias del efecto beneficioso de los polinizadores en el cultivo de soja a pesar de ser principalmente una especie autógama. Si bien la dependencia a los polinizadores de otros cultivos es mayor, la importancia económica de la soja en nuestro país hace imprescindible aumentar el conocimiento sobre este servicio.
La gestión de polinizadores, entre ellos la abeja doméstica, pueden ser una alternativa en el planteo de los sistemas tal como hoy se conciben, adjudicándole un rol de mayor importancia a la abeja doméstica (Apis mellifera). Hacia un paradigma de disminución de insumos sintéticos y la utilización de mayores conocimientos de la biología y los procesos ecológicos en los agroecosistemas. Podremos conocer las prácticas de manejo de los polinizadores que mejoren los resultados económicos en los diferentes ambientes y cultivos de nuestra región. Para ello, se debe seguir investigando para dar respuestas sustentables y que la toma de decisiones en los sistemas productivos esté a la altura de los desafíos actuales.
Fuente: INTA por Ezequiel Bertozzi