Tras 3 días de vigencia casi solo teórica, crecieron las operaciones del nuevo “dólar soja”
Tras 3 primeros días en que el “dólar soja” 3 estuvo en vigencia, pero las operaciones casi no aparecieron, en la jornada de ayer jueves finalmente se puso en movimiento, de modo significativo, el nuevo desdoblamiento cambiario o devaluación encubierta específica, con el Gobierno le pone nuevamente una “zanahoria” a los productores que aún acopian soja de la campaña 2021/2022.
Según datos que desde su cuenta de Twitter aportó el ex subsecretario de Mercados Agropecuarios, Javier Preciado Patiño, las empresas registraron 174.000 toneladas, más que en los 3 días anteriores, cuando según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), se habían comercializaron 329.411 toneladas, lo que implica una “ligera” reacción en relación a las jornadas anteriores, de acuerdo con la apreciación del ex funcionario.
En realidad, es utópico esperar que las ventas se activen rápidamente, dada la escasa mercadería que queda del ciclo 2021/22 y la muy poca que está generando la campaña 2022/23, a raíz de la sequía. Y al mismo tiempo, los productores esperan que las ofertas por la soja disponible mejoren desde los $100.000 a $105.000 por toneladas que por el momento les están ofreciendo lo compradores.
De todas formas, que las empresas hayan anotado más exportaciones es síntoma de que cerraron más operaciones, con productores que aprovechan para mejorar su perfil financiero vendiendo sus existencias con el tipo de cambio diferencial de $300.
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Divisas y DEX. Quien mira con atención todos estos movimientos del mercado es el Gobierno nacional, que aguarda una mayor liquidación de divisas para quitarle presión al dólar. El repunte de las declaraciones juradas de venta de exportación (DJVE) de ayer jueves le permitió al Estado un ingreso diario de divisas de casi U$S574 M, cuando en los días anteriores apenas habían entrado unos U$S94 M.
Además, esa mayor cantidad de operaciones implica una mejora en la recaudación fiscal por derechos de exportación (DEX -retenciones-), un aspecto clave para el Gobierno, ante la necesidad de cumplir con las metas del FMI en un año electoral.
Y especialmente, porque según un informe de la BCR, en el primer trimestre la recaudación por DEX se derrumbó 60%, caída que representó para la AFIP un ingreso de $96.750 M, cuando un año antes habían ingresado $271.630 M.
En tal sentido, la BCR explicó que “es necesario dar cuenta de que ambos valores están expresados en pesos corrientes, por lo que la caída en términos reales es superior; al tipo de cambio promedio de los meses a los que se hicieron los negocios, la caída ronda el 80% en dólares”.
La mitad. Y agregó que “el complejo que mayor caída en términos porcentuales presentó fue la cadena del trigo, azotada por una sequía que redujo prácticamente a la mitad la producción de una campaña a otra, y un volumen de ventas externas declaradas que ya sobre finales del año previo superaba el saldo exportable previsto, lo que obligó a “rollear” postergar la vigencia de las DJVE hacia la campaña próxima. Así, en el verano prácticamente no se anotaron negocios de ventas al exterior del cereal”.
En tanto, siempre según datos de la BCR, el complejo soja aportó $145.000 M menos respecto del año pasado: las DJVE de harina de soja totalizaron 1,4 M/t en el trimestre, versus las 7,7 M/t que se habían anotado en igual período de 2022, mientras que las ventas externas de aceite cayeron 75% en igual período.
“Impresionante caída”. La entidad rosarina amplió su explicación diciendo que “esta impresionante caída entre años se explica, por un lado, por el escaso remanente de la campaña 2021/22 que quedaba por comercializar al comienzo de 2023, habiendo contado con las dos experiencias del PIE (“dólar soja” 1 y 2) que propiciaron un adelantamiento de los negocios hacia la última parte del año previo. Por otro lado, la gran incertidumbre productiva que rodea a la campaña 2022/23 retrasó el avance comercial, tanto a nivel local como su colocación externa, sumado a las previsiones de la posibilidad de la implementación de la tercera etapa del PIE”.
Con este panorama, la esperanza del Gobierno es que esta ligera recuperación de las ventas de ayer jueves se consolide en los próximos días, y eso permita seguir elevando la liquidación de divisas, y simultáneamente la recaudación.
Al respecto, la BCR trazó 3 escenarios de posibles ventas y exportaciones de soja hasta el 31 de mayo, que podrían significar para el Gobierno un aporte fiscal de entre $ 320.000 M y $700.000 M.
La BCR reconoció que esto se hizo pese a que “el nivel de acatamiento del Programa (“dólar soja” 3) es una gran incertidumbre, siendo difícil proyectar volúmenes de ventas internas y externas que el mismo generará, máxime en el contexto de una histórica sequía y en un año electoral”.
Escenario 1. De “normalidad” o lo que puede llamarse el “escenario base” o conservador. Los volúmenes de DJVE registradas en abril y mayo respetarían la distribución histórica de las últimas campañas, presentando un impacto morigerado de la medida.
Escenario 2. El PIE (Programa de Incremento Exportador –“dólar soja” 3) lograría un panorama de impacto moderado, en el que se supuso que el efecto sobre el mercado sería similar al ejercido por la primera experiencia del PIE, de septiembre de 2022. La concentración de las DJVE en los meses de abril y mayo se corresponderían con las que tuvo la primera experiencia del programa sobre el saldo exportable de la campaña 2021/22. Este escenario sería compatible con la previsión de que la liquidación de divisas se ubicaría en torno a U$S5.000 M.
Escenario 3. Significaría un rotundo éxito de la medida en términos de ventas de exportación. En abril y mayo se concentraría lo que, en términos de la distribución histórica de las declaraciones de venta, se proyectaba vender al exterior en los primeros 5 meses de la campaña comercial 2022/23. Es un supuesto “agresivo”, según reconoció la BCR.