Las consecuencias de la sequía impactan en toda la cadena de valor agropecuaria. Además de la merma en los rindes de los cultivos de gruesa, actividades como la aviación agrícola también están afectadas. Según la Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas (Fearca), las aplicaciones aéreas bajaron más de un 70%.
Tal situación, además golpear la economía de los aeroaplicadores, también es un problema para la sustentabilidad productiva, ya que son hectáreas que no se implantarán con cultivos de servicios mediante la siembra aérea.
Francisco Casajús, vicepresidente de la entidad y aeroaplicador de la zona de La Carlota (Córdoba), explicó que, en esa zona, el impacto fue grave. “La campaña fue muy tranquila, aunque aún no terminó, estimamos un 50% menos de trabajo”, estimó, al tiempo que advirtió: “No tengo dudas de que habrá un retraso en la cadena de pagos, refinanciación en muchos casos y esto se va a reflejar a nivel nacional”.
Contingencia. Al respecto, el directivo consideró que el Gobierno debería contar con un plan de contingencia para enfrentar campañas con este nivel de estrés climático. “No sólo es la falta de trabajo por sequía, sino que venimos arrastrando problemas de pagos en el exterior por falta de dólares”, argumentó.
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Por su parte, Alcides Di Piero, que forma parte de la Cámara de Aeroaplicadores de Buenos Aires (Capba), describió un escenario complejo en la zona de Chacabuco. En ese partido, la sequía afectó en un 100% al trigo, en un 70 % al maíz, en un 50 % a la soja de primera y un 95 % a la soja de segunda. “Mi empresa trabajó sólo un 20% con respecto a un año normal”, precisó.
Al referirse al impacto de esta situación en la actividad, señaló que se verán afectados tanto por la falta de ingresos como por la brecha cambiaria. Consideró que una solución posible sería el acceso a créditos a bajo interés, alivio de la presión impositiva y poder importar repuestos al valor del dólar oficial.
Subsidios. En tanto, Walter Malfatto, presidente de Fearca, remarcó el rol de los aeroplicadores, más allá de su actividad específica en la agricultura. “El avión cumple una tarea fundamental, solamente se tiene en cuenta cuando hay inundaciones, vienen plagas y el (pulverizador) terrestre no puede entrar. Creo que el Gobierno tendría que tener algún plan, como por ejemplo combustible subsidiado”, subrayó.
Mientras tanto, Mauricio Fargioni, aeroaplicador de la Cámara de Empresas Agroéreas de Santa Fe (Ceasfe) también describió un panorama complejo en su provincia. “En mi zona de trabajo, que está repartido entre Santa Fe y Entre Ríos, fue verdaderamente catastrófico. La cosecha de trigo se perdió casi en su totalidad, el maíz y soja vienen muy mal”, afirmó.
Y agregó que la sequía “impactó directamente en las aplicaciones aéreas, porque desalienta a los productores a gastar en un cultivo perdido. Nuestro trabajo mermó en más del 70%. Verdaderamente creo que esto va a traer consecuencias irreparables en la economía regional y nacional”, concluyó.