Ese stock disponible es inferior al que se liquidó en la temporada 2 de “dólar soja”, en diciembre, pero “considerable” frente a la casi nula venta de enero. Por eso Economía comienza a estudiar posibles nuevas intervenciones al mercado cambiario, con una eventual temporada 3 de un desdoblamiento especial para conseguir más ventas de los productores sojeros.
Mientras por estos días, en Buenos Aires, los técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI) avanzan en la cuarta revisión de metas del acuerdo de facilidades extendidas, en el sector agroexportador estiman que los productores agrícolas que aun retienen el poroto de la cosecha pasada acumulan unas 6 M/t en silobolsas.
En lo que va de 2023, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) ya perdió unos u$s560 M, por eso, la idea de anticipar por tercera vez la liquidación de soja con un esquema preferencial, comienza a sobrevolar en el equipo que secunda al ministro de Economía, Sergio Massa, y por supuesto al propio funcionario, quien debe darle el impulso político a una medida, que se utilizaría por tercera vez en alrededor de 6 meses.
La sequía no sólo recortó las perspectivas de producción sino, además, produjo una demora en la siembra. Entonces, la primera liquidación representativa que podía esperarse para marzo llegará recién al inicio del segundo cuatrimestre del año, hacia abril o mayo.
Apuro. Ese plazo, de 60 a 90 días, son “años luz” para un Gobierno que no sólo debe duplicar la disponibilidad de reservas, sino también dar señales de estabilidad en el período pre electoral que ya comienza a jugarse. Necesita sostener, como mínimo, u$s5.000 M por mes, para pagar importaciones y evitar que la actividad económica profundice la retracción que mostró en el segundo semestre de 2022.
Un mínimo alivio llegó con la implementación de la cotización preferencial (similar al MEP) para los consumos que realizan los extranjeros con tarjeta. Desde diciembre, ingresaron casi u$s180 M. Aunque el BCRA logró captar parte de dólares que se iban al mercado paralelo, aún la cuenta de servicios al exterior es deficitaria por los gastos de argentinos en el exterior, que promedia los u$s500 M mensuales.
La producción de la campaña 21-22 superó las 42 M/t pero ya se vendieron 35,6 M/t lo que da un saldo de aproximadamente 6 M/t que el Gobierno buscaría captar en un nuevo esquema de liquidación especial o “dólar soja 3”.
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Aunque algunos analistas apuntan a ese cupo para “salvar” el primer trimestre, por parte del equipo económico que conduce Sergio Massa, Javier Treboux, economista de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), advirtió que “mucho no va al circuito comercial (de venta de granos), sino al uso de semillas, molienda propia, fábricas de prensado chicas del interior”, es decir a propio agregado de valor en el país.
Menos. Así, el stock se puede reducir a 4 M/t, por debajo de las 6 que se operaron con el “dólar soja” 2 y el impacto sería aún inferior a la última partida que jugó el Gobierno para engrosar las reservas, a cambio de pagar un dólar más caro.
En esta línea, David Miazzo, economista de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), confirmó que el volumen de soja que resguardan los productores “es una cantidad más o menos considerable, ya que vale unos 3.600 millones de dólares”.
Aunque en cantidad, el volumen es inferior a la que se liquidó en los últimos 3 meses de 2022, si se lo compara con enero, que fue de tan sólo 900 millones, “es considerable”, dijo Miazzo.
Sin embargo, el economista explicó que “si bien al gobierno le hacen falta dólares, no sería recomendable (un nuevo desdoblamiento cambiario temporario especial), ya que en mayo va a comenzar a entrar la nueva cosecha”. Por eso, “lo único que estarían logrando es adelantar parte de esas ventas”, indicó. “Es decir -agregó-, el que venda con un dólar soja 3, entre febrero y marzo, no va a vender en mayo-junio”.
Agosto. Aunque es de esperar que la industria agroexportadora espere un eventual “dólar soja” 3 que equipare la quita de retenciones que logró en 2022, para ingresar divisas por fuera de los compromisos asumidos, Miazzo apuntó al segundo semestre para su implementación.
“Lo veo muy probable a partir de agosto, cuando también se va a sumar que se va a disminuir el ritmo de ventas de soja esperando un cambio de gobierno y una posible modificación del esquema cambiario”, dijo.
En 2022 Argentina registró un récord de exportaciones agroindustriales por casi u$s 60.000 M, 8,5% más que en el 2021. Específicamente la actividad agropecuaria mostró el mayor superávit, de unos u$s49.000 M, significativo frente a otros como minería y transporte que alcanzaron u$s1040 M y u$s373 M, respectivamente.
La demanda internacional para 2023 no son las más optimistas y anticipan un recorte en la recaudación fiscal, no sólo en la comercialización de granos, sino también en otros productos como carne y leche, por los efectos de la sequía.
Con estas perspectivas, desde FADA, estiman despachos de las cadenas agroindustriales en torno a los u$s 47.000 M, para 2023, lo que significan unos u$s13.000 M menos que en 2022.
Casi todo. En este sentido, Nicolle Pisani Claro, también economista de FADA explicó: “Si analizamos el aporte a la recaudación de AFIP por derechos de exportación (DEX), vemos que el 97% del total que se recauda en ese concepto lo aportan las cadenas agroindustriales que aportaron u$s10.591 millones sobre un total de u$s 10.945 millones”.
En cuanto a su aporte al fisco en concepto de DEX, los cereales y oleaginosas aportaron 91% de la recaudación, seguidos por las cadenas cárnicas con 3,6%; las economías regionales, 1,8%; los lácteos, 1% y otras actividades, 2,6%.
