Buscan la trazabilidad de los mismos y determinar cómo llegaron a los predios allanados. La destrucción tiene un costo para los productores que habrían evitado al entregarlos de este modo.
El secuestro de más de diez mil envases de agroquímicos y fertilizantes en tres allanamientos que el martes hizo de la Policía Ecológica del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires dejó, además de dos personas imputadas, el desafío de saber la manera en que los mismos llegaron para su acopio y procesamiento a la ciudad. Las etiquetas que se hallaron en muchos de ellos permitirán tener la trazabilidad de los mismos.
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Fuentes oficiales confirmaron que en virtud de la cantidad de envases hallados en los tres galpones, aún continúa la remoción y traslado de los mismos. De manera precaria se molían bidones para obtener el plástico cuyo destino final era hacer tanques de agua, cañerías, mesas, sillas, juguetes, vasos u otros elementos de uso humano o animal.
“Está reglamentada la manera en que tiene que hacerse la destrucción de esos envases en unos hornos especiales y esa tarea tiene un costo para los productores. Entendemos que muchos habrían evitado ese gasto y los entregaban a quienes se los pidieran”, agregaron.
Este miércoles y bajo la supervisión de la Policía Ecológica, los envases se empaquetan en bolsas que los transportan en camiones habilitados para el traslado de residuos .Tienen destino final mediante sistema de pirolisis en una firma habilitada para esa tarea y la coordinación la efectuó el Ministerio de Ambiente de la Provincia.
Tal como adelantó este medio, de la molienda de esos envases obtenían plástico molido listo para ser reutilizado o transformado en otros productos. Los envases de agroquímicos que se acopiaban devienen del uso en actividades agrícolas, por lo que se investigan quienes se deshicieron de ellos poniendo en peligro a la sociedad y al ambiente, ya que los lugares investigados no reúnen ninguna condición de seguridad para lo que hacían y no poseían habilitaciones.
El fiscal Rodolfo Moure le confirmó a 0223 que la investigación comenzó tras una denuncia que hicieron algunos vecinos que sintieron de manera repetida ardor en los ojos. A partir de una primera intervención de Defensa Civil se comenzó a trabajar para establecer si junto a la molienda se realizaban productos peligrosos para la salud o el medio ambiente.
En el procedimiento colaboró personal del Ministerio de Ambiente de la Provincia de Buenos Aires, del Ministerio de Desarrollo Agrario, de SENASA, de Obras Sanitarias quienes inspeccionaron y muestrearon los vertidos, de la Dirección de Residuos e Inspección General que procedió a la clausura del lugar.
Fuente: 0223.com.ar
