Cae producción de trigo en Argentina, mientras alcanza récord en Brasil

Brasil ha tenido una cosecha récord de trigo en la temporada 2022-2023. Según la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab), agencia de estadísticas y suministro de alimentos de este país, se registra la mayor área sembrada de los últimos 32 años. La cosecha histórica también es consecuencia de condiciones climáticas ideales que se traducen en altos rendimientos. Por el contrario, se proyecta que Argentina tenga la cosecha más baja en siete años debido a la severa sequía y las heladas poco comunes en los meses de octubre y noviembre. Este artículo presenta una descripción general de la producción de trigo en el año comercial actual en Argentina y Brasil, las principales naciones productoras de trigo en Sudamérica. La sequía reduce la producción en Argentina Diciembre es época de cosecha de trigo en Argentina y las estimaciones de producción para la cosecha de 2022 están siendo disminuidas semana tras semana por las bolsas locales (Bolsa de Cereales de Buenos Aires y Bolsa de Comercio de Rosario). Con un 91,4% de avance de la cosecha a nivel nacional, la producción de trigo se estima en 12,4 millones de toneladas, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (Figura 1).

La sequía reduce la producción en Argentina

Diciembre es época de cosecha de trigo en Argentina y las estimaciones de producción para la cosecha de 2022 están siendo disminuidas semana tras semana por las bolsas locales (Bolsa de Cereales de Buenos Aires y Bolsa de Comercio de Rosario). Con un 91,4% de avance de la cosecha a nivel nacional, la producción de trigo se estima en 12,4 millones de toneladas, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (Figura 1).

Este nivel de producción es solo el 56% de la cosecha anterior y representa una disminución del 36% en comparación con la producción promedio de los últimos 5 años (Figura 1). En un escenario de tendencia positiva significativa en la producción de trigo en los últimos 10 años, la producción de este año toma un valor extremadamente bajo, con más de dos desviaciones estándar por debajo de la línea de tendencia.

Fuentes: Climate Engine y SAGPyA. El índice de Precipitación Estandarizado o SPI por su nombre en inglés (Standarized
Precipitation Index) (McKee y otros, 1993, 1995) es un índice para evaluar el estado de sequía o exceso de lluvia. Este indica
cuántos desvíos estándar lejos de la media es la precipitación en cada mes. Valores por encima de 2 indican un exceso de humedad
severo o extremo y valores por debajo de -2 indican condiciones de sequía severa o extrema.

El nivel mínimo de lluvia durante el periodo de crecimiento del cultivo (Figura 2) y las heladas tardías determinaron rendimientos extremadamente bajos (Figura 3) y, en algunos casos, la decisión de dejar el cultivo sin cosechar. Los rendimientos de trigo de este año son similares a los obtenidos en 2008, la sequía más severa de los últimos 20 años.

Una disminución en la superficie sembrada, menores rendimientos y un 15-20% de campos de trigo sin cosechar explican la disminución en la producción de trigo en comparación con los valores esperados. La falta de agua en el momento de la siembra, los altos precios de los fertilizantes y el temor a una posible intervención del gobierno determinaron una disminución de la superficie triguera. Los altos precios del trigo compensan parcialmente las pérdidas de los agricultores. El precio en puerto de Rosario en enero de 2023 es de 305 U$S/ton (MATBA ROFEX), un 25% superior al precio de la última cosecha. Sin embargo, muchos agricultores no cubrirán los costos de producción este año, ya que el rendimiento de equilibrio es de alrededor de 33 quintales por hectárea a los precios actuales.


El buen clima y un área más grande originan un récord en Brasil

Se pronostica que Brasil producirá casi 10 millones de toneladas de trigo esta temporada, un 24% más que la temporada pasada (Figura 4). Podría ser el mejor resultado de la historia. Los productores de trigo brasileños suelen plantar su cosecha en el segundo trimestre y, según el estado, terminan de cosecharla en diciembre. Los estados sureños de Paraná y Rio Grande do Sul concentran casi el 90% de la producción de trigo de Brasil.

Las condiciones climáticas ideales en primavera e invierno también ayudaron a los agricultores brasileños a alcanzar una cosecha histórica este año. El rendimiento de trigo se estima en 3,1 toneladas por hectárea, un 10% más que el año pasado y el segundo rendimiento más alto de la historia. La última vez que Brasil alcanzó más de tres toneladas por hectárea fue en 2016 (Figura 5).

Brasil está batiendo un récord en la producción de trigo, considerando también el alto nivel de interés de los agricultores en invertir en este cultivo. Los productores brasileños aumentaron un 12% el área sembrada este año debido a la interrupción del suministro mundial provocada por la guerra en Ucrania. Rusia y Ucrania representan alrededor del 30% de las exportaciones mundiales de trigo. La guerra sacudió los mercados de productos básicos y provocó un aumento en el precio del trigo, lo que fue un incentivo para aumentar la siembra de trigo en Brasil. Aunque los futuros de trigo de Chicago bajaron a U$S 332 por tonelada con el progreso de la cosecha, los valores siguen siendo elevados en comparación con las tendencias históricas. Los precios continúan al alza, influenciados por las expectativas de bajos stocks en Estados Unidos y las dificultades generadas por el conflicto en curso en el Mar Negro. En el mercado interno brasileño, los precios se mantienen por encima del promedio de los últimos cinco años también debido a la depreciación del real brasileño frente al dólar estadounidense.

Cambios en los mercados de comercio de trigo

En los últimos años se exporta entre el 60 y el 65% del trigo argentino. El año pasado, el consumo interno de trigo en este país fue de 6,4 millones de toneladas. Y las exportaciones a Brasil, principal socio comercial en este cultivo, suman otros 5,9 millones de toneladas. Antes de conocer los impactos finales de la sequía y las heladas tardías en los rendimientos de trigo, los exportadores argentinos firmaron declaraciones de ventas por 9 millones de toneladas. Sin embargo, en noviembre pasado, el gobierno argentino autorizó reprogramar las ventas de granos para el próximo año, ante el temor de que la demanda interna no pudiera ser satisfecha por la falta de granos. En el año comercial actual 2022 – 2023, es probable que Brasil recurra a proveedores alternativos de trigo en el hemisferio norte, como EE. UU. y Canadá. Los rendimientos de trigo brasileño son tan buenos que en el futuro este país podría reducir la dependencia de las importaciones, alrededor del 50% del trigo consumido en su mercado interno. En 2021, por ejemplo, Brasil cosechó 7,7 millones de toneladas, exportó 2,1 millones de toneladas e importó 7 millones de toneladas, más del 70% de Argentina. Según el gobierno brasileño, durante 2021, el consumo de trigo superó los 12,5 millones de toneladas. Conab proyecta que en el ciclo 2022-23 Brasil importará 6,1 millones de toneladas de trigo. Si bien el país cuenta con una producción récord, esta presenta problemas de calidad como consecuencias de las heladas registradas en el mes de agosto y las intensas precipitaciones en los meses de cosecha. Por esta razón, el volumen adicional no será destinado al mercado interno, sino al externo. Dado que Brasil cosecha la mayor parte de su trigo entre los meses de agosto y noviembre, es decir, varias semanas antes que Argentina y Australia (los mayores exportadores del hemisferio sur), podrá aprovechar oportunidades comerciales que están fuera del alcance de estos dos países más australes. La estrategia es exportar trigo a precio alto con la expectativa de importarlo más barato en la temporada alta cerealera del hemisferio sur. Brasil está invirtiendo para volverse autosuficiente en trigo en los próximos 10 años, aumentando su área sembrada, producción y rendimiento. El desarrollo de nuevas variedades de trigo por parte de la Empresa Brasileña de 5 Investigación Agropecuaria (Embrapa), ha permitido a los agricultores brasileños cultivar trigo adaptado a las condiciones tropicales del bioma cerrado, donde los productores tradicionalmente siembran maíz y soja. Esto incluye un potencial de producción de 1 millón de hectáreas en sistema de riego y la incorporación de otros 2,5 millones de hectáreas en sistema de temporal, duplicando el área sembrada actual de 3 millones de hectáreas.

Fuente: INTA

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