Para juzgar el valor de un lote de semillas de cualquier especie se debe recurrir a medir su calidad. Para ello se debe utilizar una serie de ensayos biológicos. Estos ensayos, pruebas o test permiten evaluar los diferentes atributos o características inherentes. Además, se debe definir para cada uno de los atributos, cuáles son sus requisitos, es decir cuáles son los valores máximos y mínimos necesarios.
El término “calidad” es concreto y posee un amplio significado y una compleja interpretación. Esta palabra es utilizada en forma continua y con diferentes sentidos. Por ejemplo, cuando se habla de la importancia del trabajo de calidad, de los productos de calidad, de la calidad controlada, del aseguramiento de calidad dentro de la empresa, de las medidas de calidad, de los procesos de calidad, del Manual de calidad, etc. El diccionario ofrece dos acepciones:
“Conjunto de propiedades inherentes a una cosa que permite caracterizarla y valorarla con respecto a las restantes de su especie”.
“Superioridad o excelencia de algo o de alguien”.
En la primera definición la palabra calidad es un conjunto de atributos que permite describir el objeto en cuestión como “de buena calidad; de mala calidad o de una calidad excelente”.
En la segunda definición se plantea una ventaja positiva de un objeto o de alguien sobre otro.
La calidad se refiere a la capacidad que posee un objeto para satisfacer necesidades implícitas o explícitas según un parámetro, esto es, un cumplimiento de requisitos de cualidad. Entonces ahora también calidad es un concepto subjetivo relacionado con la percepción que se tiene de los atributos y la comparación con otro objeto de la misma especie.
Por otro lado, en la definición de la norma ISO 9000: “calidad: es el grado en el que un conjunto de características inherentes a un objeto, en este caso puede ser: un producto, un servicio, un proceso, una persona, una organización, un sistema o un recurso, cumple con unos requisitos”.
En este sentido este artículo se referirá a la calidad aplicada a un lote de semillas y se tendrá en cuenta las definiciones planteadas. Un lote de semillas de calidad es aquel que reúne una serie de “atributos positivos” que permiten juzgar su valor en relación al uso del mismo como insumo primario para la producción de plántulas que se van a instalar en el campo para lograr plantas con capacidad productiva.
Para juzgar el valor de un lote de semillas de cualquier especie se debe recurrir a medir su calidad. Para ello se debe utilizar una serie de ensayos biológicos. Estos ensayos, pruebas o test permiten evaluar los diferentes atributos o características inherentes. Además, se debe definir para cada uno de los atributos a medir, cuáles son sus requisitos, es decir cuáles son los valores máximos y mínimos necesarios.
Entre los atributos del lote de semillas se encuentran la pureza físico botánica, la pureza varietal, la viabilidad, el contenido de humedad, la germinación, el vigor, la sanidad, el nivel de daño mecánico, el peso, la densidad, el aspecto, el color, la forma, etc. Todos estos atributos se miden o mejor dicho se evalúan a través de ensayos que se deben conducir bajo normas estandarizadas y en laboratorios de semillas que deben estar habilitados o acreditados por un ente regulador estatal, que en Argentina es el Instituto Nacional de Semillas (INASE).
Por otro lado, se puede considerar que algunos de estos atributos tienen participación principal en la calidad como ser la viabilidad, la germinación, el vigor y la sanidad, mientras que el resto podría considerarse secundario. Esto último, referido a la característica biológica que posee el lote de semillas de generar nuevos organismos vivos que son las plántulas. Lo más importante es que el conjunto de semillas que conforman el lote deben tener la condición primaria de “estar vivas”. Esto se evalúa a través de un ensayo de viabilidad. Las semillas deben ser capaces de germinar en condiciones favorables, medido a través de la prueba de germinación. Que germinen en condiciones no favorables, analizado por diferentes ensayos de vigor y que tengan una baja o nula infección de microorganismos patogénicos, estudiado a través del análisis sanitario. Con respecto a estos cuatro atributos considerados como “primarios”, todos deben ser de máximo valor, es decir tener el porcentaje más alto posible. Es decir, que cuanto mayor porcentaje de viabilidad, germinación, vigor y sanidad, mejor es la calidad del lote. Al hablar de porcentajes es indispensable relacionarlo con la especie, ya que en algunas de ellas como en el caso de maíz, soja y trigo, es posible esperar valores altos, de entre un 90-95-100% para algunos de estos atributos. Mientras que otras especies, como algunas forrajeras y hortícolas, solo se logran valores de 60-70-80%. No obstante ello, se consideran como de alta calidad.
Por otro lado, el atributo sanidad es sumamente importante ya que lotes de semillas que poseen altos valores de viabilidad pueden fallar en la germinación y emergencia debido a que poseen una elevada carga de patógenos (hongos, bacteria, virus, nematodos). Esto último pone de manifiesto la importancia de este atributo y la necesidad de incorporar la evaluación sanitaria en la rutina de análisis, tanto para identificar lotes con patógenos internos o externos que afectan la germinación, como para disminuir la diseminación de enfermedades en zonas limpias y a su vez identificar el o los terápicos adecuados para el tratamiento de curasemilla a aplicar al lote y siempre en las dosis apropiadas.
Como podemos apreciar la calidad de un lote de semillas es un concepto complejo y no tan fácil de conocer. La calidad del lote es sumamente importante de estudiar a partir de sus atributos para tomar decisiones sobre el destino del lote y así evitar sorpresas luego de la siembra por fallas de emergencia.
Fuente: INTA por Miriam Raquel Arango