Está en riesgo el abastecimiento de fertilizantes y hay dudas respecto de los fitosanitarios

Es por la falta de dólares. Así lo informaron los directores ejecutivos de la Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos (CIAFA), Armando Allinghi, y de la Cámara Argentina de Sanidad y Fertilizantes (Casafe), Federico Landgraf. Fue durante una jornada virtual del Ciclo Soja 360, organizado por la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja).

La situación se da luego que, en 2021, con más de 5,5 M de toneladas comercializadas, marcara un récord en el consumo de fertilizantes en la agricultura argentina, consolidando un crecimiento que comenzó en 2016, cuando despegó la siembra y cosecha de los 2 cultivos que más nutrientes demandan: el trigo y el maíz.

Sin embargo, esa curva ascendente corre riesgo de interrumpirse este año: la falta de dólares que sufre la Argentina, que ha llevado al Banco Central y al Gobierno a establecer numerosas restricciones para acceder a divisas y autorizar importaciones, amenaza con afectar el abastecimiento de fertilizantes, sobre todo para la próxima campaña gruesa.

Sucede que 80% de los fertilizantes que se consumen en el país son importados. El año pasado fueron unas 4,4 M de toneladas por valor de más de U$S 2.000 M. A la escasez de divisas se suma una dificultad adicional, el aumento del precio internacional de los fertilizantes.

Ambos factores adversos ya provocaron, en los primeros 5 meses del año, que el volumen importado se redujera 12%, aunque creció el monto erogado. “Para poder traer 4,4 millones de toneladas, como el año pasado, necesitamos 3.200 millones de dólares”, explicó Allinghi.

Son U$S 1.000 M más que hace un año, una vez más, en el contexto de falta de dólares, aunque el agro, que es el sector que necesita los fertilizantes, está haciendo un aporte récord de divisas, también por el aumento del precio de los granos y no por mayores volúmenes de ventas externas.


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Segundo semestre. Al respecto, el directivo de CIAFA recordó que “por cada kilo (de fertilizante) que aplicamos, son 10 kilos más de granos”, en referencia a la importancia que tienen estos productos para mejorar los rindes y por ende las exportaciones.

Para Allinghi, el Gobierno debería flexibilizar las importaciones, tal como pasó en 2020, cuando los fertilizantes tuvieron igual tratamiento que los medicamentos para habilitar las importaciones, durante la cuarentena derivada de la pandemia de Covid-19.

“Las empresas señalan que se van a acabar los montos que tienen habilitados para operar y tienen que ver cómo encaran la campaña gruesa. Y un tema es la financiación: estamos hablando de traer un barco que vale 40 millones de dólares, con un plazo de 120 días. Es complejo”, admitió.

“En fertilizantes hay incertidumbre para el segundo semestre, en cuanto al aprovisionamiento para la re fertilización del trigo y (la siembra de) los cultivos de gruesa”, aseguró.

Banco Central. Landgraf, por su parte, afirmó que es imposible garantizar que haya provisión de agroquímicos en tiempo y forma, debido a las restricciones ya mencionadas. No obstante, aseguró que “el mercado de fitosanitarios estará abastecido”, aunque lo condicionó a que “seguirá así, si se puede acceder al Mercado Único Libre de Cambio para cumplir con los compromisos”. Es decir, será clave que el Banco Central no imponga más restricciones.

“Hemos tenido hasta 200 días de retraso de aprobación de una SIMI (Sistema de Monitoreo de Importaciones). Incluso hay una falta de criterio; no sabemos por qué ciertos productos ingresan y otros no”, explicó el director Ejecutivo de Casafe. De todos modos, valoró que con las autoridades nacionales hay diálogo permanente.

La presentación de Landgraf se centró en el mercado de los fitosanitarios -herbicidas, insecticidas y fungicidas-, que, pese al contexto de dificultad, presenta un panorama mejor que el de los fertilizantes, debido a que los laboratorios están consiguiendo financiación. El año pasado, la balanza comercial de los fitosanitarios fue negativa en U$S 1.700 M y se espera que este año el déficit crezca a U$S 2.500 M.

De todos modos, coincidiendo con Allinghi, Landgraf subrayó que, por cada dólar importado en estos productos, se exportaron 30 dólares en productos agroindustriales que, sin fitosanitarios, se hubieran producido en menor cantidad y calidad.

 

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