Quién es quién en el grupo que organizó el tractorazo a Plaza de Mayo el #23A

Walter Malfatto, de Bragado (Buenos Aires); Juan Monín, de Sachayoj (Santiago del Estero), e Iván Castellaro, de Cañada de Gómez (Santa Fe) integran el Grupo Independencia, formado por unos 200 productores autoconvocados, que planeó la marcha del #23A, tras organizar el pasado 9 de Julio, el acto en San Nicolás. Aquí sus historias de campo y sus motivaciones para encabezar las protestas que, respectivamente, reunieron a 65.000 y 100.000 asistentes.

La Probrecita

Así se llama el establecimiento de Walter Malfatto, en el partido bonaerense de Bragado. Además de producir en campo propio, junto a su mujer, Sandra, tienen una empresa de servicios de aeroaplicación, de cosecha y de siembra.

Criado en el campo familiar, ubicado en el paraje bragadense de Raucho Viejo, recuerda su infancia con sus padres. Solo pudo terminar la primaria en una escuela rural que quedaba a una legua y a la que concurría en bicicleta, aun en los crudos inviernos.

“Recuerdo que llegábamos a la escuela con las manos congeladas y rápidamente bombeábamos el grifo que había en el patio, porque el agua que salía estaba caliente. Heladas eran las de antes”, relató al diario La Nación Malfatto, quien también es presidente de la filial Bragado de la Federación Agraria Argentina (FAA).

A los 13 años, al no poder continuar los estudios secundarios, se empleó como tractorista, hasta que a los 19, su padre le prestó un viejo tractor para que empezara a hacer sus primeras armas en el rubro y así comenzó a crecer. Hoy, hace 28 años que es piloto privado de avión y aeroaplicador, luego de un curso que realizó en Zárate.

Además de Sandra, quien se encarga de preparar las dosis de los agroquímicos y cargarlas en el tanque del avión, lo acompaña Esteban, uno de sus hijos, que es abogado pero que, cuando hay contratos de pulverización por cumplir, se sube a una pulverizadora autopropulsada para la tarea. Ariel, su otro hijo estudia arquitectura y ya le avisó que en poco tiempo se va a vivir a Australia: “Ya está terminando los papeles, esto me duele en el alma”, confiesa.


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Según cuenta Malfatto, la movida que se armó con los autoconvocados fue solo para defender a los productores de las medidas que viene tomando el Gobierno como las subas de retenciones, las intervenciones en los mercados y la brecha cambiaria que perjudica a la actividad.

Juan Monín, Iván Castellaro y Walter Malfatto

 “Yo no busco cargos políticos, yo vivo del campo y no necesito un sueldo de nadie”, recalcó. Sobre las dos marchas que protagonizó le dijo a La Nación: “Ambas fueron emocionantes. San Nicolás porque era la primera, fue imponente y no nos esperamos tamaña convocatoria. Y la de Plaza de Mayo porque, subido al tractor, llegar y ver esa cantidad de gente que con sus banderas argentinas nos recibía fue impresionante. Se me puso la piel de gallina. No lo podía creer”, relató.

De aquí para allá

Sachayoj, en el este de Santiago del Estero está a unos 1.500 km de Bragado. Allí vive Juan Monín, próximo a cumplir 50 años, productor agropecuario, bombero voluntario, presidente de la Sociedad Rural local y otro de los impulsores de la movida autoconvocada.

Su ascendencia, tanto materna como paterna, estuvo impregnada de campo. Su abuelo materno, alemán del Volga, se instaló en la colonia bonaerense de Hinojo, partido de Olavarría, y allí comenzó a ser contratista rural.

Su bisabuelo era vascofrancés y vivió en un campo entre Zárate y San Antonio de Areco, donde fabricaba ladrillos y sembraba alfalfa, con la que confeccionaba atados que enviaba por tren a Buenos Aires, para los tambos de la zona.

Su infancia estuvo plagada de mudanzas porque su padre, Héctor, se dedicaba a administrar estancias. Así vivió en distintos campos de la Argentina, hasta llegar al Chaco.

“La primaria la hice en Gato Colorado (Santa Fe), en el límite del Chaco. Al tiempo, papá pudo comprar algo de campo cerca de Charata y luego en Sachayoj, allí fundó la rural, de la que fue presidente y de la que hoy yo soy también titular”, le contó a La Nación.

Al terminar la secundaria, muy involucrado de la vida de campo, decidió estudiar como técnico agrónomo especializado en ganadería, en la escuela de agricultura de Bell Ville, Córdoba.

Actualmente, en Sachayoj hace ganadería, siembra soja, maíz y sorgo, y para poder “cerrar un número positivo” comenzó a hacer en 8 ha, zapallo cabutia, calabacines y calabaza rayada. “El anteaño pasado la producción de zapallos me permitió pagar el estudio de todo el año de mis dos hijos”, relató. Además, en algún momento, también prestó servicios de cosecha.

Para Monín, la movida de los autoconvocados le trascenderá. “Lo que hice fue pensando en mis hijos porque el cambio que logremos no lo vamos a ver nosotros, pero ellos que vienen detrás sí. No tenemos que bajar los brazos. Esto es por un profundo amor a mi Patria, porque estar en el campo es servir al país”, asegura.


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La mesa servida

Ivan Castellaro (46), vive en Cañada de Gómez (Santa Fe), quien además de productor tiene camiones de transporte cerealero y un comercio de informática, ya que es licenciado en sistemas. Es cuarta generación de productores y trabaja no solo cerca de su ciudad, sino también en la vecina localidad de Montes de Oca y en campos en Entre Ríos. Si bien su familia está ligada a la Federación Agraria, él prefiere definirse como “autoconvocado”.

Desde chico vio a su padre, Adrián, participando para mejorar las condiciones del sector agropecuario. En 2008, durante el conflicto por la 125, Castellaro se instaló durante meses en el piquete de las rutas 9 y 178, en Armstrong. “Lo que vivimos en el 2008 fue parecido a lo que me contaba mi padre de su lucha agraria”, detalla.

Si bien no pudo estar en Plaza de Mayo, porque pronto se convertirá en padre, estuvo en la organización previa y, a la distancia, vivió con gran orgullo lo que acontecía allí. “Lo único que buscamos es visibilizar lo que está viviendo el sector agropecuario, peleando contra un Estado que te saca el 70% de tu producción. Nos duele que hagan un relato mentiroso de que la juntamos en pala”, dice.

Con la satisfacción del deber cumplido, Malfatto advierte: “Ahora le dejamos la mesa servida a la Comisión de Enlace para que actúe, porque ellos son los representantes genuinos de los productores, les pedimos que no desperdicien esta oportunidad”.

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