Para apaciguar crecientes rumores, Agricultura negó “absolutamente” una suba de las retenciones

Lo hicieron voceros del ministro Julián Domínguez, quienes descartaron un incremento de las alícuotas para el trigo y el maíz debido al aumento de los precios internacionales, por el conflicto entre Rusia y Ucrania.

En trigo, Rusia y Ucrania representan el 28,5% del comercio mundial, mientras que en maíz rondan juntos el 20%. La interrupción del comercio y los temores a la paralización de la producción de esa región del mundo, que abaste a países de Oriente y norte de África, alteraron el mercado. El trigo subió más de 60% en el mercado internacional, desde el 15 de febrero pasado, mientras que el maíz aumentó más del 20%.

Pese a la suba de los precios, las exportaciones argentinas no tienen chances de capturar la mejora de precios derivada de la guerra entre Rusia y Ucrania. Esto sucede porque, de los 14,5 millones de toneladas que el Gobierno autorizó para su venta al exterior, los exportadores ya tienen comprometidas más de 14 millones de toneladas.

El incremento de los precios internacionales fue copiado parcialmente en el mercado local. A diferencia de lo que sucede en países competidores de la Argentina que producen y exportan alimentos, como Uruguay, Brasil y EE. UU., sin derechos de exportación ni otro tipo de trabas, los productores argentinos enfrentan las retenciones y una brecha cambiaria que hace que cobren por su producción apenas alrededor del 40% del valor internacional.

No obstante, ya hubo subas del 15 al 30% de los molinos por la harina que venden a las panaderías. La bolsa de 25 kg pasó de $1.300 a $1.500/1.700. Este aumento ya fue trasladado por los panaderos en los precios de venta del pan al público.

El trigo y el maíz pagan 12% de retenciones y los rumores indicaban que se incrementarían. Legalmente, el Gobierno tenía la potestad de subir los derechos de exportación, en esos productos, 3 puntos más, pero la perdió al no votarse el presupuesto de 2022, que preveía la extensión de una facultad delegada del Congreso.

En 2020/2021, sobre una contribución total por retenciones de US$8.308 M, el trigo aportó por derechos de exportación US$356 M y el maíz US$1.145 M, según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

En tanto, para la campaña 2021/2022, aun no finalizada, de una previsión de recaudación total por retenciones por US$8.972 M, el maíz acercaría US$1.175 M y el trigo US$590 M.


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En Agricultura, los voceros de Domínguez descartaron un incremento de las retenciones, cosa que el propio ministro hizo la semana pasada en una conferencia de prensa. Allí descartó subas de los derechos o el cierre de exportaciones.

“No va a haber cierre de exportaciones y no va a haber aumento de retenciones. Son decisiones que el Presidente definió como eje de trabajo y son tareas que me delegó. Hay que despejar incertidumbres y miedos, estamos muy seguros de lo que estamos haciendo”, indicó en esa oportunidad el funcionario.

El lunes pasado, durante la cena de expositores de Expoagro, Domínguez ponderó incluso la labor del campo: “Acá está el campo argentino. Nuestro campo es constitutivo de nuestra identidad”, enfatizó.

Pese a sus dichos, el ministerio de Agricultura conducido por Domínguez, ha convalidado diversas acciones que solapadamente significan un límite a la actividad. Por ejemplo, al fijar los “volúmenes de equilibrio” que los exportadores de trigo y maíz no pueden superar para vender al exterior.

Esa medida su suma a la creación de un fideicomiso para solventar con dinero de las exportaciones de esos productos las ventas internas de harina 000 y fideos secos. Si bien esta medida la dispuso la Secretaría de Comercio, que encabeza Roberto Feletti, el ministro Domínguez, aparentemente, debió ceder en la interna del Gobierno, ante la iniciativa de una secretaría que depende del ministerio de Desarrollo Productivo, conducida por un hombre respaldado por Cristina Kirchner.

En las entidades del campo se mostraron sorprendidas por las versiones de un aumento de las retenciones y sus voceros ratificaron su oposición. Remarcaron que al no tener el Gobierno la facultad delegada del Congreso, en la práctica no puede avanzar con más retenciones.

Por su parte, fuentes de la cadena agroindustrial con acceso a altos funcionarios del Gobierno sostuvieron que intentarán convencer a las autoridades de no tomar ninguna medida como el incremento de retenciones. Y al mismo tiempo señalaron que observan que hay funcionarios que se inclinan por aumentar la carga tributaria, mientras Domínguez “resiste”.

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