Las cinco claves que definen el resultado para el productor en el 2022: clima, insumos, precios, el FMI y la política agropecuaria

Hace meses el mercado de commodities se ve sacudido por una serie de eventos extraordinarios, entre los que se cuela también la política nacional e internacional. Sequía en Sudamérica, convulsión en el mercado de insumos, el conflicto armado entre Rusia y Ucrania, la renegociación de la deuda con el FMI y los compromisos asumidos para ello, se suman a las decisiones de política doméstica y que afectan al comercio de granos, entre los que se encuentran los Fideicomisos de productos agroindustriales, el acceso al mercado de cambios para la importación de fertilizantes, la actuación del Consejo Agroindustrial Argentino en la promoción del Proyecto de Ley de Régimen de Fomento al Desarrollo Agroindustrial Federal, Inclusivo, Sustentable y Exportador, la concesión de la Hidrovía Paraná-Paraguay, retenciones y política ambiental. Hoy la Bolsa de Comercio de Rosario presenta un recorrido por los principales temas para dar respuesta a las claves que definirán este año el resultado para el productor del agro argentino.

Clave #1 – Perspectivas climáticas para el otoño 2022

A poco de comenzar la campaña fina, las miradas están puestas en lo que sucederá con el clima. Transitamos dos años consecutivos (campaña 2020/21 y 2021/22) con el fenómeno “La Niña” (precipitaciones por debajo de las normales), el cual potenció el descenso de reservas de agua en la mayor parte de la región central, con consecuencias en los rindes en maíz y soja. La campaña 2021/22 será la de la producción más baja de soja de los últimos 14 años en la Región Núcleo. Si bien la última semana de febrero y los primeros días de marzo dejaron importantes lluvias en la zona central del país, aún falta para comenzar la siembra de trigo con los perfiles del suelo llenos

La NOAA (Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica del Departamento de Comercio de los Estados Unidos) emitió un nuevo índice ONI, el cual tiene un valor de -1. Esto quiere decir que se mantiene el enfriamiento del Pacífico Ecuatorial, por lo cual continuará el fenómeno La Niña durante los próximos meses. Hay una probabilidad del 77 % de contar con este evento hasta marzo-mayo de 2022 y una transición a la neutralidad, con un 56 % de probabilidad, durante mayo-julio 2022. La extensión de este fenómeno será clave, ya que la superficie de trigo estará condicionada por las reservas de agua a la siembra.

Clave #2 – Márgenes y relación insumo producto, ¿qué trae la campaña 2022/23?

Hubo muchos cambios y, en especial, en los últimos días ya que se sigue registrando una gran volatilidad en los precios de soja, maíz y trigo. De acuerdo con la proyección realizada para la campaña 2022-2023, considerando los precios actualizados al viernes 4 de marzo, los márgenes calculados son los siguientes:

Puede observarse que el maíz temprano continúa liderando la tabla de márgenes con 790 USD/ha en campo propio. El doble cultivo trigo/soja queda en segundo lugar con 714 USD/ha. En este ranking de márgenes la soja temprana en campo alquilado sigue quedando en última posición con un margen neto de 50 USD/ha. Sin embargo, para poder obtener mayores precisiones de lo que ocurra con las siembras de trigo 2022 los productores aún necesitan dar por cerrada la cosecha gruesa para poder evaluar la factibilidad económica de afrontar un cultivo u otro que permita minimizar riesgos. Sin embargo, los asesores coinciden en que la variable definitoria es el agua a la siembra, más allá de los precios de los insumos o del cereal. Los asesores comentan que el productor tiene muy presente la seca de hace dos campañas atrás y no se va a jugar a esperar lluvias durante el invierno que son inusuales. Todo dependerá como se sucedan las precipitaciones de aquí a mayo.

Clave #3 – Tiempos turbulentos en los mercados de materias primas, ¿hacia dónde van los precios?

A un mercado que ya venía convulsionado por las tensiones en las cadenas de suministro post pandemia y el impacto de la sequía en Sudamérica, se suma el conflicto bélico en la región del Mar Negro, proveedor clave de energía, fertilizantes y commodities agrícolas al mundo. Con ello, los precios de referencia en el mercado externo han mostrado un fuerte impulso alcista, aunque con una deferencia: la suba real descontando la tasa de inflación en EE. UU. no es tan pronunciada como el incremento nominal en las cotizaciones

Rusia y Ucrania, involucrados hoy en un conflicto bélico que genera gran temor por las repercusiones humanitarias y sociales primero, y económicas después, constituyen una región clave en el abastecimiento de materias primas a una gran variedad de regiones del mundo. Con relación a los commodities agrícolas, el gráfico a continuación exhibe la participación de Rusia y Ucrania en las exportaciones totales de productos agroindustriales seleccionados para la campaña 2021/22. Puede observarse que, en aceite de girasol, cebada, trigo, maíz, entre otros, el market share varía entre el 80% y el 20%. En trigo, particularmente, Rusia ocupa el segundo lugar entre los principales exportadores mundiales sólo por detrás de la Unión Europea considerada como bloque, con el 17%, en tanto que para maíz Ucrania se convertiría este año en el tercer principal abastecedor global, sólo por detrás de Estados Unidos y Argentina, representando también el 17% del mercado mundial.

En lo que respecta a fertilizantes, Rusia es el principal exportador mundial en volumen, liderando los envíos de este insumo clave al mundo, con especial foco en los fertilizantes nitrogenados. De este modo, la excepcional situación que atraviesa el país se traduce en nuevos impulsos alcistas a un mercado ya de por sí convulsionado. Además, la producción de fertilizantes de la UE también depende de las importaciones de gas de Rusia, redoblando las presiones. Respecto a las posibilidades que tiene el país de generar un mayor ingreso por la suba externa de precios, vale la pena analizar dos dimensiones: el porcentaje de la mercadería ya comprometida del sector productor, y el volumen que efectivamente le resta a Argentina por vender al mundo. En el caso de las compras domésticas, producto de la menor cosecha como consecuencia de la sequía, el volumen de trigo, soja y maíz que a la fecha no tiene puesto precio en firme se encuentra levemente por detrás del año pasado, y 22 millones de toneladas por debajo del récord histórico en febrero del 2019. Vale aclarar que, en el caso del maíz, a la producción se le resta además el uso de grano comercial para forraje ya que por definición no está contemplado en las compras industriales ni de la exportación.

Con relación a las ventas al exterior, el panorama es aún más ajustado. En el caso del maíz y el trigo, ya se ha vendido el 90% del volumen de equilibrio establecido por el Gobierno Nacional, imposibilitando realizar nuevos negocios a estos precios. Para la soja, la producción se ha visto diezmada a causa de la sequía este año, por lo que se espera que caiga el volumen de ventas externas de poroto en favor de las exportaciones de subproductos, gracias a la recuperación del margen bruto de procesamiento en Argentina y el mundo. Así, puede verse que las declaraciones juradas de ventas al exterior del grano se encuentran en su nivel más bajo como porcentaje de la producción en 4 años, en tanto que los negocios de exportación anticipados para aceite y harina se encuentran en su segundo valor más alto de la historia. De este modo, Argentina ha pactado ya la entrega de 41 millones de toneladas de trigo, maíz, poroto, harina y aceite de soja al exterior de la campaña comercial 2021/22, el segundo volumen más alto de su historia, sólo por detrás de la campaña 2019/20. Mirando hacia el futuro, queda claro que hoy el mercado está pagando una prima por incertidumbre, y es difícil saber hasta cuándo se mantendrá esta situación. En general, son cuatro los factores principales que hoy mira el mercado: la geopolítica mundial, la inflación global y la reacción que tomen las economías centrales frente a ello que puede afectar la tasa de interés, el comienzo de las siembras de la campaña gruesa en EE. UU. y la política comercial doméstica.

Clave #4 – El impacto del acuerdo con el FMI para el sector agropecuario

El acuerdo alcanzado por el país con el FMI prentende alcanzar un sendero de sostenibilidad de la deuda y presenta como condición necesaria un reequlibrio de las cuentas públicas. El gobierno propone mantener la recuperación económica y social en curso y, al mismo tiempo, abordar los desafíos en materia de 1) finanzas públicas 2) fortalecimiento de la balanza de pagos 3) reducción de la inflación y 4) mejorar la resiliencia del crecimiento.

Si bien aún no se ha concluido el necesario acuerdo de reestructuración de la deuda con el FMI para garantizar la estabilidad económica y social de Argentina, dada la gran relevancia que presenta el sector agroindustrial en la economía local, las definiciones que se alcancen claramente tendrán un impacto importante a nivel sectorial delimitando la política agropecuaria.

En el plano fiscal, se presenta un plan plurianual más exigente que el previsto por el gobierno en el Proyecto de Presupuesto 2022 – el cual finalmente no fue aprobado por la Cámara Baja – ya que se estipulaba un déficit primario del 3,3% para 2022, mientras que en las tratativas con el FMI se negoció un guarismo menor de 2,5% para el presente año. Dado que se busca implementar una política de crecimiento del gasto real. Habrá que evaluar cómo impacta esto sobre un esquema gradual de reducción en las alícuotas de las retenciones a los productos del campo y la agroindustria, que habitualmente es solicitado por el sector. En la actualidad están aportando ingresos por nada menos que 2% del PIB en materia de DEX. Se recalca al mismo tiempo, que el esquema fiscal actual se sustenta con una situación de precios internacionales de commodities agrícolas altos en términos históricos, por lo que no solo es alta la carga tributaria actual para el productor, sino que un cambio de escenario en precios afectaría gravemente el sendero de equilibrio fiscal. • En el sector externo, se procura mantener una situación de estabilidad de la balanza de pagos. Al 28 de febrero de 2022, las reservas internacionales netas se estiman en solamente en US$ 964 millones a pesar del ingreso extra de dólares del campo en el último año por aproximadamente US$ 10.135 millones. En este sentido, no existiría margen para un atraso real del tipo de cambio. No obstante, un tema que preocupa actualmente al sector son las importaciones de insumos y bienes de capital, que de no mejorar en el corto plazo el balance cambiario se podría ver afectada la fluidez en la importación de bienes claves para el funcionamiento sectorial. • En materia inflacionaria, el gobierno busca atacar la problemática del aumento generalizado de precios desde un enfoque multicausal. Entre las medidas que afectan al productor, se encuentran los fideicomisos tanto en maíz, trigo y girasol. Este tipo de políticas perjudican el precio plausible a percibir por el productor ya que es un costo que se traslada hacia el último eslabón de la cadena, es decir, quienes producen los commodities agrícolas. En la práctica, no son medidas que resuelvan el problema de fondo inflacionario sumado que las materias primas suelen tener una participación baja en el precio final de los alimentos que compran los consumidores. • Por último, entre las negociaciones con el FMI se procura mejorar la resiliencia del crecimiento. En este punto, el productor y el sector agroindustrial en su conjunto se podría favorecer especialmente en disminuciones de costos logísticos si se efectivizan proyectos de rutas y mejoras en ferrocarriles. A su vez, el gobierno se encuentra en un proceso de implementar políticas que potencien la producción de sectores dinámicos en exportación, lo cual es un punto clave para el sector agroindustrial. Por un lado, porque favorecería a disminuir la dependencia del agro en la generación genuina de divisas que hoy representa el 70% del total exportado en bienes. Por otro lado, dentro de la política exportadora se incluye el Proyecto de Ley Agroindustrial propulsado desde el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA).



Clave #5 – Política agropecuaria y desafíos para el campo y la agroindustria argentina

Respecto a los principales desafíos de la política doméstica que afectan al agro, la Bolsa de Comercio de Rosario: • No aprueba las propuestas impulsadas por el Gobierno Nacional en materia de constitución de fideicomisos de productos agroindustriales por considerar que no brindan una solución efectiva a la inflación, que interfieren en el normal funcionamiento de los mercados y se traducen en un costo adicional para la producción, ya afectada por una situación hídrica extrema. Por todo ello, sus efectos a mediano y largo plazo resultan negativas para la producción, la exportación y la generación de divisas. • Destaca la necesidad de asegurar la importación de fertilizantes a tiempo, garantizando el acceso de las empresas al MULC a tal efecto. Potenciales limitaciones a las importaciones de fertilizantes por falta de dólares podrían generar caídas en la producción agrícola por baja en los rindes, impactando negativamente en las actividades agroindustriales. Los dos cultivos de mayor fertilización son el maíz y trigo. Solamente en estos dos cultivosse estima que se generarían bajas de exportaciones por un valor de entre US$ 3.300 y US$ 4.500 millones. • Participa activamente en la definición de un proyecto de ley para generar incentivos a la inversión agroindustrial en los próximos 10 años, el “Régimen de Fomento al Desarrollo Agroindustrial Federal, Inclusivo, Sustentable y Exportador”, en el seno del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA). • Apoya el llamado a Licitación Pública Nacional e Internacional de largo plazo, por el régimen de concesión de obra pública por peaje, a riesgo empresario y sin aval del Estado (Decreto N° 949/20) para el dragado y balizamiento de la vía navegable troncal del Río Paraná de la Hidrovía Paraná-Paraguay. Se solicita que en el 2do semestre del año 2022 se encuentren finalizados los pliegos para dar inicio al proceso licitatorio. • Apoya la reducción de Derechos de Exportación, simplificación tributaria y disminución de la presión impositiva como medio para impulsar la producción, el empleo, la industrialización y las exportaciones de la economía argentina. • Se involucra con el crecimiento sustentable y sostenible a través del Programa Argentino de Carbono Neutro (PACN). Busca mecanismos para adecuarse a la demanda ambiental del futuro, entre las cuales el Pacto Verde que asumió la Unión Europea (UE) pueden tener, de ser aprobadas, un impacto significativo a través de normas de deforestación y aumentos en los fletes marítimos que afecten negativamente los precios que reciben los productores argentinos por sus granos.

Fuente: Prensa Bolsa Comercio de Rosario

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