Durante la campaña invernal 2021/22, la producción de trigo pan en Córdoba fue de más de 4 millones de toneladas, valor 120 % superior al de la campaña 2020/21, variación justificada por la condición de sequía que se sufrió en esta última. Además, dicha producción resultó superior en un 51 % respecto al promedio histórico (2007-2020).
Estos valores y diferencias positivas se explican, por un lado, gracias a la superficie sembrada de aproximadamente 1,2 millones de hectáreas, la cual superó en un 3 % a la campaña precedente y en un 19 % al promedio histórico (2007-2020) y, por otro lado, al rendimiento promedio provincial obtenido de 36,1 qq/ ha, que resultó ser el más alto de los últimos 14 años.
Con más de 800.000 toneladas producidas en cada uno de ellos, Marcos Juárez y Unión fueron los departamentos que mayor aporte realizaron al volumen de producción provincial, producto de la gran cantidad de hectáreas sembradas y los altos rendimientos departamentales.
La producción nacional, según el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, fue de 22,1 millones de toneladas, aportando Córdoba un 18 % al total. En cuanto al área sembrada, que en el país fue de 6.746.000 ha, la provincia cordobesa representó también un 18 % de la superficie triguera nacional.
Además, Córdoba se ubicó por encima del rendimiento promedio nacional con una diferencia de 2,4 qq/ha.
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Por otra parte, se produjeron 1.200 tn de trigo candeal. Dicho valor representa una diferencia negativa del 84 % respecto a la producción de la campaña precedente y se debe netamente a la disminución de la superficie sembrada.
Para la estimación de área sembrada mediante teledetección se utilizaron un total de 792 imágenes satelitales de la provincia de Córdoba provistas por la Agencia Espacial Europea (ESA) fechadas entre los meses de mayo y diciembre del 2021. Del total imágenes, 723 provienen de sensores ópticos montados en los satélites Sentinel 2A/2B y 69 imágenes provienen de sensores activos (SAR) montados en los satélites Sentinel-1A/1B. Se relevaron más de 6.300 lotes geoposicionados y se utilizaron datos zonales de rendimientos provistos por más de 300 colaboradores calificados distribuidos en toda la geografía del área de influencia. Los datos fueron procesados en su totalidad por el equipo técnico del Departamento de Información Agronómica de la BCCBA. La adquisición y el
procesamiento de las imágenes satelitales fue realizado utilizando la plataforma Google Earth Engine (Gorelick et al., 2017).
La superficie total sembrada con trigo pan en Córdoba durante la campaña 2021/22 fue de 1.235.400 ha, de las cuales 24.500 se sembraron bajo riego, ubicadas principalmente hacia el norte de la provincia. Tal como puede observarse en el mapa, los departamentos con mayor área cultivada de trigo fueron San Justo, Unión y Marcos Juárez, lo cual va en línea con la producción en cada uno de ellos.
A nivel provincial 73.100 ha se planificaron como cultivo de cobertura, área que representa el 6 % del total, siendo los departamentos Unión y Río Cuarto los que más superficie destinaron bajo esta modalidad.
Respecto al área perdida, se estima que la misma llegó a 38.000 ha, las cuales representan un 3 % del área total de la provincia. El motivo de esta merma fue la sequía sufrida principalmente durante el desarrollo del cultivo, situación que tuvo mayor notoriedad en Río Seco, Tulumba y Río Primero, ya que fueron los departamentos más afectados.
En la campaña 2021/22 se logró un rendimiento promedio de 36,1 qq/ha, teniendo en cuenta tanto rendimientos en secano como bajo riego. Este valor resultó ser el mayor de los últimos 14 ciclos, superando al promedio histórico (2007-2020) en un 39 %. Los mejores rendimientos promedio en secano se registraron en los departamentos Marcos Juárez y Unión, mientras que los más bajos se dieron en Capital, Colón y Santa María. Por otro lado, Juárez Celman, Totoral y Tulumba lideraron los rendimientos bajo riego más altos en la provincia.
Según lo reportado por los colaboradores del Departamento de Información Agronómica de la BCCBA, los rindes del cereal a nivel provincial fueron muy variables tanto entre zonas como entre lotes y, en general, fueron mayores a lo esperado, principalmente en el sur provincial. Dichas variaciones se debieron a varios factores, entre ellos la acumulación de agua en el perfil de acuerdo con el manejo agronómico, la fertilización, la ocurrencia de lluvias en momentos críticos del cultivo, fechas de siembra, entre otros.
Es de importancia destacar que, hacia el noreste de Córdoba, el trigo cultivado en secano sufrió más que en el resto de la provincia, ya que desde principios del ciclo el suelo presentaba déficit hídrico y las lluvias ocurridas durante el desarrollo del cultivo no fueron ni suficientes ni oportunas para revertir la situación, la cual se expresó en los rindes obtenidos en dicha zona.
El ritmo de siembra durante la campaña 2021/22 estuvo por encima del promedio de los últimos 7 años durante los meses en que se realiza la actividad. La labor comenzó en los últimos días de abril con un contenido de agua en el suelo a un metro de profundidad que variaba desde 50 a 100 mm en la mayoría de la provincia, contexto alentador para el desarrollo del trigo. En general, los mayores aportes pluviométricos se dieron en mayo, condición que permitió la siembra y dio base a una buena germinación de las semillas. Luego, dicha humedad fue en disminución hasta fines de junio y principios de julio, fecha en la cual la siembra llegaba a su fin.
Durante los estadios tempranos del cultivo se registraron bajas temperaturas y heladas que frenaron el desarrollo del cereal, pero sin ocasionar daños. Entre julio y agosto, el trigo se encontraba en macollaje, etapa en la que el cultivo desarrolla área foliar a partir de la cual captará la radiación solar y comienzan a generarse las espiguillas sobre las cuales se originan los granos. La mayor proporción de la superficie presentaba un estado general de bueno a muy bueno y más del 20 % regular a malo. Esta última situación fue producto del estrés hídrico por la falta de lluvias y, además, la presencia de algunas plagas y enfermedades en baja incidencia. Si bien el trigo aún no atravesaba estadios de alta demanda hídrica, las lluvias desde la siembra fueron escasas y a medida que el cultivo se acercaba a su período crítico, incrementaba la necesidad de agua.
Entre septiembre y octubre el cereal atravesó su período crítico, etapa clave para la determinación del rendimiento, ya que se produce el crecimiento de los tallos y comienza el crecimiento de las espigas, quedando establecido el número de granos por unidad de superficie, principal componente del rendimiento. Para entonces, el trigo evidenciaba un estado general entre excelente y bueno, encontrándose las mejores situaciones en el sudeste de la provincia gracias al oportuno aporte pluviométrico de los últimos días de septiembre y los primeros días de octubre. En el norte de Córdoba, por otra parte, la falta de agua en la etapa crítica tuvo un mayor impacto en el cultivo.
Hacia fines del ciclo, durante octubre y noviembre, ocurrieron lluvias en prácticamente la totalidad de la provincia que permitieron a los lotes finalizar su desarrollo dentro de términos normales.
La cosecha comenzó en noviembre y, debido a las precipitaciones ocurridas durante las últimas semanas del mes, presentaba un retraso del 17 % en comparación con la campaña precedente. Esta situación se revirtió enla primera quincena de diciembre cuando la labor llegó al 82 % de la superficie, culminando con la actividad hacia fines de dicho mes.
Fuente: Bolsa Cereales de Córdoba
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