El Gobierno quiere firmar lo antes posible el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Antes del 22 de marzo, fecha en la que tiene pagar un vencimiento de U$S 3.200 millones. Pero su mayor dificultad es conseguir el apoyo de los propios senadores de Frente de Todos (FdT).
Hasta ahora solo tiene asegurados apenas algo más de la mitad de los legisladores que representan a la coalición oficialista en la Cámara Alta: 19 de 35, restando saber qué postura tendrán los 16 restantes. Con estos números, la necesidad que tiene el Ejecutivo que el proyecto tenga un trámite ágil en el Congreso y se apruebe, condición del FMI para sellar el acuerdo, encuentra mayores dificultades en el FdT que en Juntos por el Cambio, que al menos anticipó que dará quórum, más allá de las objeciones que pueda tener sobre un proyecto cuyo texto no se conoce.
La renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque del FdeT en la Cámara de Diputados, por no acordar con el proyecto de acuerdo con el FMI que impulsa Alberto Fernández, desató el debate interno del bloque oficialista.
El presidente del bloque de senadores del oficialismo, el formoseño José Mayans, señaló que “no va a votar a libro cerrado” el acuerdo con el FMI y que varios legisladores de su bancada “necesitan conocer los detalles, para saber qué es lo que va a tener que pagar el pueblo argentino”. Sus definiciones se conocen luego de una larga reunión que mantuvo con Cristina Kirchner y tras un encuentro con el representante argentino ante el FMI, Sergio Chodos, quien le brindó algunos detalles del entendimiento.
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Mayans no habló solo a título individual, sino que sus dichos marcan la división que existe en el bloque oficialista, entre quienes apoyarán el acuerdo y quienes aún tienen reparos, argumentando que su aprobación significa “legitimar la deuda que tomó Mauricio Macri”. Según una fuente oficialista, “hay muchos senadores que piensan como Máximo, que el acuerdo no es bueno, que esconde un ajuste y que el plazo no es el adecuado”. En síntesis, la situación es de debate abierto en el FdT, entre quienes están de acuerdo con Alberto y los que apoyan la postura ideológica de Cristina.
En el grupo que apoya al Presidente están: Maurice Closs (Misiones); Edgardo Kueider (Entre Ríos); Sergio Leavy y Nora del Valle Giménez (Salta); Lucía Corpacci y Guillermo Andrada (Catamarca); Gerardo Montenegro, José Neder y Claudia Ledesma Abdala de Zamora (Santiago del Estero); Guillermo Snopek (Jujuy); José Uñac y Cristina López Valverde (San Juan); Daniel Bensusán (La Pampa); Ricardo Guerra (La Rioja); Antonio Rodas (Chaco); Adolfo Rodríguez Saá (San Luis), Pablo Yedlin y Sandra Mendoza (Tucumán), y Marcelo Lewandowski (Santa Fe).
El lado más duro del oficialismo en el Senado, afín a la vicepresidente, lo integran: Juliana Di Tullio (Buenos Aires); Anabel Fernández Sagasti (Mendoza); Oscar Parrilli y Silvia Sapag (Neuquén); María Inés Pilatti Vergara (Chaco); Mariano Recalde (CABA); María Eugenia Catalfamo (San Luis); María Eugenia Duré y Matías Rodríguez (Tierra del Fuego); Ana María Ianni (Santa Cruz); Nancy González y Carlos Linares (Chubut); Silvina García Larraburu y Martín Doñate (Río Negro), José Mayans y Teresa González (Formosa).
Un senador cercano al albertismo dijo que “tenemos que tener una reunión del bloque para saber si las posturas son irreconciliables, si hay una bajada de línea o habrá libertad de acción”, explicó. Y agregó que “si la discusión es que esto significa blanquear el acuerdo de Macri, hay que entender que hay una denuncia penal que sigue su curso y que hasta ahora venimos pagándole al Fondo, por lo que el Estado reconoce la deuda”.
El “poroteo”, como se dice en la jerga legislativa, seguirá hasta último momento. El dilema estará en si las posiciones tienen un punto de encuentro o no, lo que también dependerá de por cuál de las cámaras ingresará al Congreso el proyecto de ley que debe refrendar el acuerdo con el FMI. Por las dudas, el senador Mayans aconseja que entre por la Cámara de Diputados.