El FMI habría pedido para este año una reducción de un punto en el déficit de las cuentas públicas con respecto del 2021.
Pero el equipo de Martín Guzmán apunta a una reducción más gradual que no complique la recuperación que mostró el país en el 2021. Ese punto fue el motivo de una videoconferencia entre el equipo económico y el staff del FMI este viernes, que continuará durante este fin de semana.
Fuentes oficiales indicaron que el pedido del FMI era un déficit del 1,9% en 2022 frente al 2,9% del 2021; 1,4% en 2023; 0,7% en 2024 y lograr el equilibrio fiscal en 2025.
En el Gobierno creen que todavía tienen herramientas para presionar a un cierre de la negociación aunque no se hayan puesto de acuerdo sobre la velocidad del ajuste de las cuentas fiscales, entre otras cuestiones. Aunque no aventuran una fecha concreta de cierre, no la ven tan lejana como la ve el mercado.
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Martín Guzmán explicó en una entrevista con Le Figaró que la negociación estaba en una etapa crítica a causa de la fecha de los próximos vencimientos que el país no puede pagar. Por esa razón, este viernes se planteó ante los técnicos del FMI que el déficit de este año no debería ser mucho menor que el 2,9% del 2021.
“Redujimos fuertemente nuestro déficit primario (excluyendo los pagos de intereses de la deuda) del 6,4% del PIB en 2020 al 3% del PIB en 2021. Una reducción de 3,5puntos en un año con un crecimiento del 10%. Si continuáramos en la trayectoria pronosticada por el FMI, se socavaría el crecimiento y el éxito del programa de apoyo”, señaló el ministro.
Para el Gobierno este año y el próximo, el ajuste verificado por ejemplo en las jubilaciones, se debería mantener en un sendero gradualista y que en 2024, el próximo Gobierno lo acelere.
En tanto, el FMI considera que los desequilibrios económicos locales son demasiado grandes y merecen una terapia más intensiva, para reducir la inflación y la creciente brecha cambiaria, entre otros problemas.
Algunos funcionarios creen que una posibilidad sería plantear una postergación del pago del vencimiento de U$S1000 millones que se haría el 28 de enero. Esto resultaría en una presión para el staff que debería explicar a sus accionistas “por qué un país no paga mientras negocia”. Pero también sería una jugada riesgosa por la falta de confianza que muestra la suba del dólar y el riesgo país, entre otras variantes.
Si la Argentina no paga en término, hay que esperar un plazo de seis meses para que el Fondo declare formalmente el default. Una vez logrado el acuerdo habría más dólares, pero no hay que dejar de mirar que puede pasar con las reservas del Banco Central.
Alberto Fernández viajará a Rusia y luego a China en los próximos días y la expectativa está puesta en cerrar un acuerdo técnico antes de la gira.
Para Washington, esta posibilidad no se ve como demasiado probable y sigue a la espera de un plan económico serio. Aunque las declaraciones en una teleconferencia del subsecretario de Estado para las Américas, Brian Nichols entusiasmaron al Gobierno. Nichols aseguró que EE.UU. espera que la Argentina llegue a un acuerdo con el FMI y expresó el deseo de ver al país fuerte y exitoso.
El presidente mexicano Manuel Lopez Obrador, por su parte, pidió un trato justo para el país, sin pedirle demasiado ajuste. Además, reclamó al Fondo que asuma su responsabilidad por haberle prestado U$S45.000 millones a Macri para favorecer su reelección.