Productores reclaman seguridad ante una ola de robos de ganado

En el Chaco los cuatreros no descansan. Mientras el delito crece en zonas como Machagai, Quitilipi, Villa Berthet y Sáenz Peña, los productores sienten que no hay respuesta por parte del Estado y hablan de la pasividad e inacción de un Estado ausente.

Este viernes, los productores se reunirán con la policía y funcionarios en la Sociedad Rural de Machagai para encontrar alguna solución ante la serie de delitos que vienen sufriendo.

Desde el inicio del año, sobre la ruta nacional 16 ya se robaron y faenaron más de 50 animales en un perímetro de 20 kilómetros a la redonda. Los productores no saben ya que hacer ante estos hechos. Advierten que es una banda organizada que se encarga de faenar o robar y la carne luego se vende en las carnicerías de los pueblos de alrededores.

Pero no muchos se animan a denunciarlos por temor a las represalias. Por las noches, los cuatreros circulan en autos y motos pero nadie hace nada. No hay controles en los accesos a los pueblos.

En su gran mayoría, los damnificados son productores chicos o medianos que trabajan entre 50 y 150 hectáreas, por lo que perder un animal representa un quebranto importante.


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El testimonio de un productor de Napalpí, cerca de Machagai, a quien la semana pasada le mataron seis terneros, describe el accionar de los delincuentes. Carlos Gullar, que se dedica a la ganadería junto a su padre, encerró la hacienda al atardecer para que no quedara cerca de la ruta y los caminos vecinales y se fue a su casa ubicada a 10 kilómetros del campo.  Un vecino que hacía la recorrida esa noche, lo llamó para avisarle que estaba todo normal a la medianoche. A las dos de la mañana, como estaba intranquilo, volvió al campo y verificó que todo estaba bajo control. Pero al día siguiente se encontró con el candado de la tranquera roto y las huellas de un vehículo. Le habían faenado seis animales; seguramente los ladrones se asustaron al ver al vecino o a la policía rural en su ronda y se escaparon dejando la carne en el suelo.

“Además de preocuparse en mejorar la producción, debemos ocuparnos de que no nos roben. Entre las labores del campo y las recorridas nocturnas que hacemos, casi no dormimos. Todos los días hay que encerrar la hacienda con boyeros eléctricos, el ir y venir con la hacienda a la larga funde el campo”, manifestó Gullar.

Así encontró el productor Carlos Gullan los seis terneros faenados en su campo el domingo por la mañana. Gentileza Productores chaqueños

También en la semana pasado a otro vecino le carnearon cinco animales. Los delincuentes huyeron cuando el peón que andaba recorriendo fue a controlar porque había visto algo raro. Una camioneta con varios ocupantes escapó dejando toda la carne colgada sobre el alambrado.

La policía de la zona acompaña pero no cuenta con los recursos humanos y materiales suficientes para poder hacer grandes recorridas.

La liberación de un preso acusado de liderar una banda dedicada al robo de ganado podría ser una de las causas del aumento de delitos, para el presidente de la Federación Chaqueña de Asociaciones Rurales (Fechasoru), Daniel Fontana.

La carne faenada de manera ilegal se vende en las periferias de los pueblos y el Estado no hace nada. Esa carne sin controles sanitarios es un riesgo para los consumidores, que la compran sin saber su procedencia.

Desde Fechasoru están pidiendo que se asignen más recursos a la policía rural y se pongan en marcha en cada jurisdicción fiscalías temáticas rurales para hacer frente al delito en los campos, como declara una ley provincial del 2012.

 

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