En la campaña 2020/21, en el norte santafesino se observó la presencia del pulgón amarillo de la caña de azúcar, afectando principalmente al cultivo de sorgo. Esto generó pérdidas significativas en el rendimientos de los cultivos, lo que derivó en acciones por parte de la institución para abordar esta nueva problemática de la plaga. Principalmente se obtuvieron y brindaron capacitaciones para un mejor conocimiento de la situación, como también se trabajó en la evaluación sobre la eficacia de diferentes tratamientos disponibles. Actualmente se continúan actualizando las estrategias de manejo de la plaga para brindar una mejor respuesta a la presente problemática.
El pulgón amarillo de la caña de azúcar (Melanaphis sacchari), también conocido como pulgón amarillo del sorgo, es una plaga clave de la caña y del sorgo en muchas regiones de África, Asia, Australia y algunas regiones de América.
Durante el mes de enero de 2021 se ha reportado la presencia de pulgón amarillo en sorgo en diferentes zonas del centro y norte argentino, incluida la región norte de Santa Fe, ocasionando daños al alimentarse en la cara inferior de las hojas, tallos y panojas del cultivo.
¿Cómo identificamos al pulgón amarillo?
El pulgón tiene características únicas, que lo diferencian de otras especies de pulgones, que pueden atacar al cultivo de sorgo, es de color amarillo claro con cornículos, tarsos y antenas oscuros a negros (Fig. 1). Generalmente se alimenta en la cara inferior de las hojas más viejas, donde puede verse un tono brillante a causa de la melaza que excretan, posteriormente esta secreción azucarada sirve de sustrato para el crecimiento de fumagina.
Los pulgones, forman colonias densas que toman color amarillo limón, las mismas suelen crecer exponencialmente, llegando a cubrir toda la superficie de la hoja en pocos días si las condiciones son favorables (Fig. 2). La rápida colonización del cultivo por parte de esta plaga hace necesaria la aplicación oportuna de algún control químico.
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¿Qué daño realizan?
El cultivo es comúnmente invadido luego de la emergencia, pero las infestaciones más importantes suelen darse durante estados más avanzados. La presencia de pulgones puede ser identificada visualmente, (colonizando la planta desde abajo hacia arriba en el envés de las hojas) o por los síntomas en el cultivo, tales como decoloración de las hojas, seguida de clorosis, necrosis, disminución del crecimiento, retraso en la floración y llenado de granos, perjudicando el peso y calidad de los granos. Si bien los ataques empiezan desde las orillas o bordes del cultivo, al inicio la colonización es lenta, posteriormente las colonias pueden incrementarse en más de 65 pulgones/hoja/día (Fig.3).
¿Cómo monitorear la presencia de pulgones?
Se debe tener en cuenta que el pulgón pasa el invierno en malezas tales como Sorgo de Alepo y sorgos guachos o rebrotes. En el lote, las infestaciones se inician por manchones o rodales, y de manera lenta, y cuando se dan las condiciones se produce la explosión poblacional. De modo que se recomienda uno o dos monitoreos semanales, tomando entre 40 y 50 plantas; en éstas muestrear 2 hojas/planta, una inferior y una superior. Umbral de daño a considerar: 20% plantas con 50 – 100 pulgones/hoja.
¿Qué opciones de manejo contamos?
¿Qué hace el INTA?
A diferencia de otros países donde el pulgón amarillo es plaga clave del cultivo y cuentan con productos aprobados y registrados para su control, en nuestro país, aun no existen productos inscriptos para este insecto. Actualmente, en este sentido, desde INTA se está trabajando en evaluar la eficacia de diferentes insecticidas en diferentes momentos del cultivo, para dar respuesta a dicha problemática. Los resultados preliminares indican que el control químico oportuno, con menor densidad de plaga y en estados fenológicos más tempranos permite lograr mayor eficacia y una variabilidad menor en el control del pulgón amarillo Melanaphis sacchari, en sorgo. De los productos evaluados que mostraron adecuada eficacia y residualidad fueron los que contienen los siguientes principios activos: Imidacloprid, Tiametoxam + Lambdacialotrina, Alfacipermetrina + Acetamiprid y Sulfoxaflor + Lambdacialotrina, para el control del pulgón amarillo. Dado el reciente surgimiento de esta plaga, y la escasez de información se requiere continuar con los estudios que evalúen no solo la eficacia y residualidad de insecticidas, sino también la selectividad y el impacto en insectos no blanco de control.
Fuente: INTA por Diego Ernesto Szwarc, Melina Soledad Almada, Daniela Vitti Scarel, Daniel Maidana