Evaluación regional de variedades de trigo 2021

El  trigo  (Triticum  aestivum  L.)  es  un  cultivo  con  presencia  interanual  muy  variable  en  las preferencias  y  explotaciones  de  los  agricultores  del  Norte  de  Córdoba.  Si  bien  es  de  suma importancia  en  la  rotación  de  cultivos  sobre  todo  para  mejorar  la  escasa  cobertura  de suelo  que  deja  la  soja,  las  condiciones  ambientales,  fundamentalmente  el  agua acumulada en  el  perfil  de  suelo,  condicionan  la  siembra de  este  cultivo  en  la región. En  la  campaña  2021  se  estimaron  1,2  millones  de  hectáreas  sembradas    con  trigo  en  la provincia  de  Córdoba.  En  el  gráfico  1  se  muestran  las  estimaciones  por  departamento.  El rendimiento  promedio  provincial  se  estimó  en  30,8  qq/ha  y  la  producción  rondó  las  3,4 millones  de  tn  para  el  total  de  la provincia de  Córdoba (Bolsa  de  Cereales  de  Córdoba).

En  el  marco  del  Proyecto  Regional  del  Territorio  Agrícola  Ganadero  Central  de  la  Provincia de  Córdoba,  INTA  Jesús  María  condujo  un  ensayo  de  trigo  pan  en  secano  con  el  objetivo de  evaluar  el  comportamiento  productivo  y  sanitario  de  cultivares  de  trigo  de  ciclo intermedio  y  largo  en  el  centro  norte  de  la  provincia  de  Córdoba,  como  respuesta  a recomendaciones  de  alta  fertilización  buscando  alcanzar  altos  potenciales  de  rendimiento. Estos  ensayos  forman  parte  de  distintas  redes  a  nivel  provincial  (Red  INTA  Manfredi  y Red  ACAdemia INTA).

Materiales  y  métodos

El  ensayo  se  realizó  al  este  de  la  localidad  de  Sinsacate,  en  el  sur  del  departamento Totoral,  provincia  de  Córdoba,  en  secano  sobre  un  suelo  Argiustol  údico  con  capacidad  de uso  IIIec  (Carta  de  Suelos  de  la  República  Argentina.  INTA  –  MAGyA.  2003),  cuyo  análisis de  suelo  (Tabla 1)  arrojó  los  siguientes  valores:

La  siembra  se  realizó  el  18  de  mayo  de  2021  en  un  lote  con  soja  como  cultivo  antecesor, con  una  sembradora  Tanzi  de  37  surcos  a  19  cm  entre  ellos,  en  parcelas  de  630  m2  cada una,  con  dos  repeticiones.  La  densidad  de  siembra  fue  de  100  kg/ha  de  semilla.  Las variedades  sembradas  (Tabla  2)  fueron  de  ciclos  intermedios  a  largos  y  grupos  2  y  3  de calidad.  La  fertilización  fue  de  250  kg/ha  de  urea  y  100  kg/ha  de  Microessentials  S9 (10%  de  N,  46%  de  PO5  y  9%  de  S)  apuntando  a  rendimiento  de  4000  kg/ha (recomendación  red  de  ensayos  INTA  Manfredi).  El  fertilizante  fue  donado  por  AGD Colonia Caroya.  La humedad  superficial  al  momento  de  la siembra  era  buena.

La cosecha se realizó el día 20 de noviembre de 2021. Los resultados se evaluaron estadísticamente mediante ANAVA con Infostat.


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Resultados

Condiciones  ambientales  durante  el  ciclo  del  cultivo

En  cuanto  a  las  propiedades  edáficas,  según  el  análisis  de  suelo  (Tabla  1),  nos encontramos  con  un  suelo  químicamente  pobre  en  fertilidad:  según  los  parámetros  del laboratorio  de  la  EEA  INTA  Manfredi,  este  suelo  presentó  bajo  contenido  de  materia orgánica,  moderado  contenido  de  nitrógeno  total,  baja  a  muy  baja  disponibilidad  de nitrógeno  de  nitratos  y  poca  provición  de  fósforo.  Esto  se  buscó  compensar  con  una fertilización  fija  de  reposición  apuntando  a  un  rendimiento  de  4000  kg/ha  recomendada en  la  red  de  ensayos  de  INTA  Manfredi  (250  kg/ha  de  urea  más  100  kg  de microessentials  s9),  cuyo  efecto  pudo  verse  seriamente  limitado  por  la  escasez  de humedad  para  su incorporación  a  la solución  de  suelo  (Tablas  3 y  4). Climáticamente  la  campaña  estuvo  caracterizada  por  un  invierno  típicamente  seco  y  en general  muy  suave  en  cuanto  a  temperaturas  bajas,  con  algunas  heladas  de  baja  a mediana  intensidad  (Gráfico  2)  que  causaron  leves  daños  al  cultivo  sólo  en  etapas tempranas  en  las  puntas  de  las  hojas.

El agua útil a la siembra fue de 102 mm hasta 1,8 metros de profundidad (Tabla 3), y la precipitación acumulada durante el ciclo del cultivo, de siembra a madurez fisiológica, fue de 95 mm (Tabla 4). Si tenemos en cuenta que en condiciones de sequía la mayoría de las raíces se desarrollan en los primeros 50 cm de suelo (Pecorari y Balcaza, 1987), la escasez de agua útil y la normal escasez de precipitaciones a lo largo de todo el ciclo, fueron limitantes en el crecimiento y el desarrollo.

Durante todo el ciclo de los ensayos, se registraron temperaturas medias mensuales promedio de hasta 3,5 °C por encima de las normales o promedios históricos (Tabla 5). Las heladas fueron escazas, de poca a media intensidad (Gráfico 2) y no afectaron al cultivo en el período crítico (fines de agosto, mediados de septiembre). El único evento a destacar fue la nevada del 16 de junio que aportó unos 15 mm de agua. Las precipitaciones durante la mayor parte del período del cultivo fueron similares a las normales, excepto en la última etapa del mes de octubre, con registros menores a los normales.

La temperatura impacta de diferentes maneras y actúa en forma inversa a la radiación. Con el aumento de temperatura se acelera el desarrollo y se produce un acortamiento de las fases ontogénicas, con la consiguiente disminución de rendimiento (Castillo y Santibañez, 1987), que fue lo observado en el ensayo. A su vez, los materiales de ciclos intermedios y largos por lo general presentan cierto requerimiento de vernalización para desencadenar óptimamente procesos de desarrollo (Hay y Kirby, 1991). La respuesta a la vernalización ocurre en el periodo que media entre la imbibición de la semilla hasta que el ápice cambia de vegetativo a reproductivo (etapa vegetativa). Las temperaturas vernalizantes se dan en un rango de 0 a 12 °C siendo la óptima entre 5-7 °C (Sofield et al., 1977). Factores tales como el calentamiento rápido del ambiente, las condiciones secas del aire (Gráfico 3), el viento (Gráfico 4) y la alta evaporación, pueden agravar aún más la situación, reduciendo las posibilidades de recuperación de la planta estresada (Alberione et al., 2017. INTA Marcos Juárez).  En cuanto al viento, el Servicio Meteorológico Nacional lo define como aire en movimiento con dirección, sentido e intensidad. De acuerdo a su velocidad podemos clasificarlos en: Vientos fuertes, cuando la velocidad del viento es entre 39 y 49 km/h; Vientos muy fuertes, tienen entre 50 y 61 km/h; Temporal, alcanzan entre 62 y 74 km/h. A continuación se muestra la velocidad máxima diaria que alcanzó el viento durante el período del cultivo, donde se puede apreciar que en gran cantidad de días el viento alcanzó todas las categorías antes mencionadas, siendo predominantemente del Norte.

Sanidad

Las enfermedades foliares en trigo son la causa de pérdida de rendimiento más importante entre los estreses bióticos en nuestro país. La aparición de enfermedades causadas por hongos patógenos depende de varios factores: hospedante susceptible, patógeno virulento y condiciones ambientales favorables como temperatura ambiente y presencia de agua libre en la superficie de la planta hospedante.  Como todos los años se realizó el seguimiento de las principales enfermedades durante el ciclo del cultivo, determinando incidencia (es la relación entre el número de plantas enfermas con respecto al total de plantas) y severidad (es el porcentaje de afectación de cada planta por la enfermedad) La primera detección de patógeno fue en el estado fenológico Z3.2 Zadoks, inicio de elongación de entrenudos, donde se observaron las primeras pustulas de Puccinia recóndita (roya anaranjada). La detección temprana sirve para alertar en nuestra zona de la aparición de la enfermedad para que los técnicos y/o los productores monitoreen sus lotes. Este año las condiciones ambientales no fueron favorables para el desarrollo de las enfermedades en trigo: Puccinia striformis (roya amarilla), no se detectó debido a que necesita temperaturas más frescas para desarrollarse y este año las temperaturas medias estuvieron por encima de la histórica; Puccinia graminis (Roya del tallo) tampoco se detectó al no contar con varios periodos en que la hoja estuviera ente 6 a 8 horas de mojado, debido a las bajas humedades relativas y escasas precipitaciones que se dieron durante el ciclo del cultivo; Drechslera tritici-repentis (mancha amarilla de la hoja) como los dos patógenos anteriores no se hizo presente, ya que necesita 48hs de mojado para su desarrollo. En el caso de la roya anaranjada que necesita menos horas de mojado que la roya del tallo, pudo desarrollarse en las variedades que son muy susceptibles (lo que hizo que algunos productores hicieran una aplicación para proteger el cultivo), pero en los cultivares con moderada resistencia el patógeno no llego a tener una incidencia y severidad importante debido a que las condiciones ambientales no fueron favorables.  En la evaluación del 01/09/2021 de las variedades de los ensayos que lleva acabo la AER Jesús María se determinó el siguiente grado de infección:

Conclusiones

A pesar de realizar una fertilización buscando altos potenciales de rendimiento en secano, el rendimiento se vio limitado y afectado severamente por el ambiente: bajo nivel de agua útil inicial en todo el perfil, escasa  fertilidad química de suelo, escasez habitual de precipitaciones, altas temperaturas que aceleran los ciclos y aumentan la demanda de agua, fuertes vientos que aumentan la demanda atmosférica de agua del cultivo. La sanidad no tuvo incidencia en el rendimiento final debido a que las condiciones ambientales no fueron favorables para el desarrollo de las enfermedades. Cuatro variedades se destacan del resto significativamente: DM Sauce, Baguette 620, DM Catalpa y ACA 362.

 

Fuente: INTA Informa

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