¿Qué zona se beneficia más con el atraso en la siembra de maíz?

Un estudio que compara las regiones semiárida, sub-húmeda y húmeda o “núcleo maicera” permite enfatizar la importancia de la fecha de siembra sobre el rendimiento de maíz y sus componentes (número y peso de los granos).

El rendimiento promedio nacional de maíz se ha mantenido invariable durante la última década (aprox. 6900 kg /ha). Sin embargo, la producción anual de maíz en Argentina creció de 23 a 60 millones de toneladas. Este incremento productivo sucedió en respuesta al aumento en la superficie cultivada (de 3.8 a 8 millones de hectáreas, aproximadamente), motivado por la expansión de la frontera agrícola hacia áreas consideradas marginales y la sustitución de cultivos invernales por estivales. Consecuentemente, la agricultura de secano se ha difundido hacia zonas extra-pampeanas como las regiones sub-húmeda y semiárida del país. En ellas es más probable la incidencia de factores abióticos que limitan los rendimientos de maíz, tales como las deficiencias hídricas y los golpes de calor (días con temperaturas mayor que 35°C), especialmente si coinciden con las etapas de definición del número y peso de los granos (NG y PG, respectivamente).

En este contexto, especialistas del INTA, la UBA y CONICET plantean que la elección de la fecha de siembra (temprana o tardía) es uno de los factores determinantes en la productividad del cultivo de maíz en condiciones de secano y aún más importante en regiones semiáridas o sub-húmedas respecto a húmedas.

Desde esta perspectiva, el equipo de investigación llevó a cabo un estudio en ambientes agroclimáticamente contrastantes para determinar el rendimiento y sus componentes, en los maíces tempranos y tardíos. Durante las campañas 2016-2017 y 2017-2018 realizaron experimentos a campo con maíces sembrados temprana (principios de noviembre) y tardíamente (principios de diciembre) en Pergamino (Bs.As.), Manfredi (Córdoba) y Villa Mercedes (San Luis) representando a las regiones húmeda (RH), sub-húmeda (RSH) y semiárida (RSA), respectivamente. En todas ellas se hicieron determinaciones del rendimiento en grano (RG) mediante la cosecha de 1 m2 de la zona central de cada parcela. Además, de cada planta cosechada se determinó el NG y el PG (el primero por conteo y el segundo a partir de la relación entre el RG y el NG).


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Los resultados preliminares de los experimentos indicaron que la capacidad productiva de los maíces fue en RH>RSH>RSA tanto para los maíces tempranos (1115>840>740 g/m2) como para los maíces tardíos (1357>883>784 g /m2). Estos valores coinciden con el gradiente longitudinal de precipitaciones estivales (de noviembre a marzo) en sentido Este-Oeste para los sitios de estudio de 585>562>503 mm. Sorprendentemente los mayores beneficios al atrasar la fecha de siembra ocurrieron en la región húmeda (21%) respecto a la sub-húmeda y semiárida (6%). Esto pudo vincularse a que la siembra retrasada en la RSA y RSH no es tan eficiente en reducir la probabilidad de estrés como si ocurre en la RH. Adicionalmente, el corto período libre de heladas en las primeras, promueve un acortamiento de la etapa final del ciclo relativo a la RH.

Este rendimiento diferencial entre localidades para cada fecha de siembra se atribuyó específicamente a distintos componentes según la región. En la RSA el incremento de RG se vinculó con el NG, mientras que en el extremo opuesto, es decir, en la RH se relacionó con el PG. Por su parte, los maíces de la RSH tuvieron un comportamiento intermedio entre ambos extremos.

En otras palabras, el atraso en la fecha de siembra generó un incremento en el NG respecto a la fecha de siembra temprana del 10% en RSA, mientras que en las otras dos regiones (RSH y RH) fue sólo del 2%. Esta respuesta probablemente se vincule con la reducción de los frecuentes efectos negativos del estrés hídrico durante el período de cuajado respecto a las fechas tempranas, condición menos probable en la RSH y RH. Sin embargo, el beneficio en el NG no se prolonga al PG, como se observa en la RH.  Allí, el aumento en el peso individual del grano probablemente se deba a las menores chances de heladas tempranas sumado a las temperaturas frescas de las etapas reproductivas que extienden su duración. Esto explicó que en la RH el PG aumentara un 18% respecto a la fecha temprana, mientras que en la RSH se mantuviera sin cambios y, que en la RSA tuviera una reducción del 5%. En conclusión, la capacidad productiva de los maíces tardíos siempre superó a la de los tempranos y se destacó la RH respecto a la RSH y RSA (cerca de 15% más alta) explicado por un mayor peso de grano.

De acuerdo a estos hallazgos, los investigadores sostienen que los ambientes caracterizados por demandas evaporativas altas y deficiencias hídricas como los de Villa Mercedes y Manfredi, así como los ambientes con baja probabilidad de sequías periódicas como los de Pergamino, atrasar la fecha de siembra representaría una opción válida de manejo para ubicar el ciclo de cultivo en momentos de menor riesgo de estrés ambiental, estabilizando y optimizando, por consiguiente, el rendimiento a través de un mayor número de granos en los primeros, y de un mayor peso en el segundo.

 

Fuente: INTA por Maximiliano Riglos, Jorge Luis Mercau, Ricardo Javier Haro Juarez, Luis Mayer (Nidera Seeds), Alfredo Gabriel Cirilo, María Elena Otegui

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