La soja duplica la presión tributaria del resto de la economía

Por cada dólar que ganan los productores, deben pagar cinco de impuestos.

La presión tributaria sobre el valor agregado de la cadena de la soja duplica el promedio nacional. El 60,90% contra el 29,4% de la presión tributaria nacional y provincial.

La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) realizó un trabajo sobre Actualización del impacto fiscal y cambiario en la cadena de la soja que fue presentado en la Asociación de la cadena de la soja argentina.

El presidente de la asociación, Luis Zubizarreta adjudicó al enorme peso fiscal y cambiario, la reducción en el área sembrada.

Según el informe por una tonelada de soja industrializada se paga US260,54 de impuestos, de los cuales 69% con nacionales no coparticipables y 25% coparticipables, 5% son provinciales y 1% municipales. El 67% de la carga tributaria lo representan las retenciones y el resto se distribuye en Ganancias (22%) y ICDB (impuesto a los créditos y débitos bancarios), Fondo Fiduciario (para subsidiar el valor del aceite), contribuciones y ART (2% cada uno), Inmobiliario rural provincial 2%, Sellos 1% e Ingresos Brutos y tasas municipales 1%.

Los 260,54 de carga tributaria representan el 46,19% del precio compuesto del grano de soja; 66,71% del margen bruto de la cadena y 69% del valor agregado (presión tributaria).


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La investigación realizada por los economistas de FADA, David Miazzo, Nicolle Pizzani Claro y Natalia Ariño va detallando el peso tributario sobre cada segmento de la cadena de soja tomando como base de enero a junio 2021. Para Miazzo resulta ilógico que la mayor parte de la carga impositiva nacional no sea coparticipable por tratarse de una cadena federal.

Del precio compuesto del grano de soja de U$S 564,09 por tonelada (FOB) cada eslabón en la composición del valor está representada por la producción primaria en un 40%, los impuestos en un 46%, los fletes 5%, el acopio 2% y la industria 7%.

Sin tener en cuenta las retenciones, el eslabón primario tiene una carga tributaria de U$S 64,51% sobre la tonelada de soja (37% del resultado antes de impuestos), con mayor peso de Impuesto a las Ganancias, seguido por el Inmobiliario rural. El productor gana un dólar y paga cinco de impuestos.

El acopio tiene una carga de U$S2,47 sobre la tonelada de soja, que no paga Ganancias. En la industria es de U$S193,56 por tonelada, las retenciones son el 89,9%, seguidas por el Fondo Fiduciario (2,7%) e Impuesto a los Créditos Bancarios (1,2%). Este nivel de carga tributaria representa el 3,3% de los ingresos brutos de la industria.

El análisis de FADA fue realizado tomando como base del modelo una hectárea de producción de soja promedio con un rendimiento por hectárea de 2,7 toneladas para la campaña 2020/2021 (un rendimiento menor a otras por la sequía). Como punto de partida para el cálculo se toma el precio disponible de la soja, aunque también se muestra desde el precio FOB para explicar ítems como el flete largo y las retenciones (computados en acopio e industria respectivamente) pero que impactan de manera directa en el precio que recibe el productor.

Luego de definido el ingreso del productor se calculan los costos: flete corto (30 km desde el campo hasta el acopio), labores (siembra, cosecha y pulverización), representando cuanto de estas corresponde a mano de obra y cuanto a reparaciones, combustible, mantenimiento, semillas (considerando un tercio de semillas comprada y dos tercios de uso propio con pago de regalía), fertilizantes y fitosanitarios, seguro antigranizo para el 70% de la producción y costos administrativos.

El tipo de cambio es cada vez menos competitivo porque el dólar oficial aumenta por debajo de la inflación, según la economista de la Bolsa de Comercio de Rosario, Emilce Terré. Si nos comparamos exclusivamente con Brasil, la situación se agrava. Para 2022 el mercado espera un dólar a $152 en septiembre, según contratos negociados en el Rofex, “bastante más arriba de lo que proyecta el Gobierno para el cierre del año próximo”.

La economista señala la liquidación record de divisas hecha por el agro, por encima del promedio de los últimos años, gracias a la mejora de los precios internacionales y de la producción.

Además, Ferré destaca al productor que sigue apostando a producir a pesar del alza en los costos y la carga impositiva. La superficie sembrada general crecerá un 2% impulsada por otros cultivos, ya que se proyecta una retracción de la soja.

Las exportaciones de 2021 representan las segundas más altas de la historia detrás de 2019. Hasta ahora se han liquidado divisas por casi U$S30.000 millones y a pesar del crecimiento del uso de dólares para importación el saldo neto es muy favorable para el país.  Gracias a este aporte, las reservas del Central no sean negativas.

 

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