Hoy se realizó la cuarta y última jornada virtual de la 9° edición de Argentina visión 2040: Agroindustria, bioeconomía y alimentos “las marcas del y hacia al mundo” organizado por ADBlick Agro, el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, y Argensun a total beneficio de la fundación Bisblick Talento Jóven.
En esa ocasión, el tema fue “Liderando la construcción del valor agregado” y los CEO´S que disertaron y aportaron sus visiones fueron: Mark Lyons, presidente de Alltech; Mariano Bosch, Co founder de Adecoagro; Antonio Aracre, presidente para Latinoamérica Sur de Syngenta y Marcelo Elizondo, especialista en negocios internacionales bajo la moderación de José Demicheli, director general de ADBlick Agro.
En la alfombra verde, participaron entre otros invitados Michael Erikson, experto internacional en la industria forestal de packaging y alimenticia y Bernardo Piazzardi, consultor y profesor de la Universidad Austral.
Sustentabilidad, innovación y transparencia algunas de las claves para ser una marca mundial exitosa y reconocida
Michael Erikson aseguró que post pandemia, una de las prioridades que debería tener una marca mundial, es la sustentabilidad, producir con menos impacto climático y demostrarlo. Además, destacó que las organizaciones futuras no deberían ser iguales a las de 2019. “Necesitamos tener más flexibilidad, menos jerarquía y más diversidad (no me refiero sólo a género, que ya se está trabajando) sino a pensamiento. Utilizar algoritmos menos rígidos para encontrar gente para estas posiciones, la diversidad de pensamiento desafía a los líderes”, compartió. Por todo esto, concluyó que la manera en que Argentina debe posicionar a las empresas de alimentos en el mundo es bajo la articulación de innovación, creación de confianza, y tener una política relacionada con el cambio climático y seguridad alimenticia, así como transparencia en los productos y las empresas. “El mundo es muy competitivo. Argentina tiene muchas chances. Es un gran país y le veo mucho potencial pero hay trabajo duro para hacer para conquistar el mundo”, alertó.
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Trazabilidad, tecnologización y equipo
En la misma línea, Bernardo Piazzardi, consultor y profesor de la Universidad Austral, mencionó cómo debemos pensar la industria alimenticia post Covid-19 con miras al 2040. Al respecto aseguró que la trazabilidad, el manejo de datos y la integración de la cadena de valor son cuestiones que se volvieron imprescindibles. “Si Argentina quiere ser un jugador importante en alimentos debería afinar la puntería en trazabilidad -poder conocer la historia de lo que llega al plato desde la semilla-; poder contarlo con certificaciones y también hacer foco en el manejo de datos, así como en integración de la cadena de valor que nutre a esa industria o sistema de alimentos”.
Cómo crear valor agregado, contar tu historia y hacer las cosas de manera diferente.
El primer orador del panel fue Mark Lyons, CEO de Alltech quien se refirió a la importancia de las historias y de cómo contarlas y por agregó que a veces en Sudamérica no nos enfocamos lo suficiente en agregar valor. “Hay que pensar en cómo crear valor agregado, contar tu historia y hacer las cosas de manera diferente. Con una producción extraordinaria, en Argentina no ha habido suficiente enfoque en valor agregado a pesar de que hay muy pocas naciones tan productivas ¿Cómo contamos esa historia argentina? Sabemos que la historia del vino argentino es muy reconocida…. ¿Cómo hacemos lo mismo ya sea con nuestra soja, con nuestra carne, o con otras producciones y otros productos agrícolas? Esta narración es crítica, tiene que ser definida hasta llegar a decir: ‘Esto es lo que somos, esto es lo que nos hace diferentes’.” sostuvo en relación al país. Luego vaticinó: “Creemos que los próximos 30 años serán los más críticos en la historia de la agricultura y la alimentación. Creemos que la agricultura tiene el máximo potencial para moldear el futuro de nuestro planeta de forma positiva. Creemos que el potencial está acá. Esto se verá impulsado por las nuevas tecnologías, la mejora de las prácticas de gestión agrícola y los nuevos modelos comerciales. Es ahora cuando realmente necesitamos hacer que las cosas sucedan. La ciencia impulsa todo lo que hacemos en el ‘planeta de la abundancia’.”
Marca país y desarrollo sustentable
Mariano Bosch, CEO y Co founder de Adecoagro también destacó como imprescindibles los conceptos de marca país y desarrollo sustentable, como la llave para ir a un mundo que demanda alimentos y energías renovables. “Hay que ir con conceptos de economía circular o bioeconomía. Estamos bien posicionados para vender este tipo de productos o alimentos. Esa es la oportunidad que tenemos para llevar hacia el mundo. Y debemos hacer que nuestros productos reflejen los valores con los que son producidos (transparencia que genera confianza; eficiencia; innovación; sustentabilidad; trazabilidad). Como país podríamos mostrar una oportunidad de vender productos que fueron producidos dentro de un sistema sustentable de producción”, propuso.
En busca de los 20 mil millones de dólares
“Para salir de la crisis, Argentina necesita generar por año 20 mil millones de dólares más. No hay milagros, esto es encontrar nuevos mercados de exportación que nos permitan con competitividad poder exportar mucho más de lo que estamos haciendo hoy”, arremetió Antonio Aracre. “La buena noticia es que Argentina dispone de actividades, recursos y ventajas comparativas para generar esa competitividad para salir de la retroalimentación del sistema inflacionario de manera recurrente a causa de la bimonetareidad. Los sectores industriales que presentan ventajas comparativas son los relacionados con Vaca Muerta, hidrocarburos. Luego minería, donde hay reservas importantes todavía sin explorar. Las ciencias del conocimiento, porque son nuevas y porque el país tiene recursos humanos capacitados y son mano de obra intensiva y genera empleo de forma inmediata. Uno tiende a pensar en ciencias del conocimiento, que son el software y la exportación de servicios vinculados con la informática y la digitalización, por ejemplo. En biotecnología hay ventajas increíbles. Pensemos en el desarrollo de la agricultura y ganadería y cómo se podría agilizar procesos de investigación vinculado, cómo usar los recursos naturales de manera más sostenible y más adecuados en relación al cambio climático y la huella de carbono”, propuso y desafió: “Hoy siguen pendientes cuestiones que estimulen las ciencias de conocimiento. Lo que puede ser Argentina aumentando el valor agregado de su producción primaria e integrándose en la producción de carnes es enorme. También la agricultura de precisión, la medición satelital, el uso de drones, la verificación de lo que ocurre en el campo a través de una computadora nos permite ser más eficientes y cuidar el medio ambiente. ¿Alcanza con estas potencialidades para acceder a estos 20 mil millones de dólares? No. Se necesitan inversiones. Para eso hace falta un marco previsible y una continuidad política que tiene que ver no con el mismo partido político sino con acuerdos”.
Capitalismo intelectual, redes de saber
El último orador fue Marcelo Elizondo, especialista en negocios internacionales, quien se explayó sobre lo que considera central para la inserción competitiva en un mercado globalizado signado por un proceso de cambio que se acelera con el desarrollo basado en el capitalismo intelectual. El saber genera el principal motor de la economía y es el componente más importante de todos los procesos productivos globales innovadores. Según su perspectiva el mundo cambia en base a 5 grandes tendencias de la economía global. La revolución tecnológica está apoyada en lo que las personas pueden hacer en base a tecnologías duras y blandas. A consecuencia de eso, crecen los estándares y exigencias de calidad. Todo este movimiento está liderado por grandes empresas que, más allá de su tamaño, se conciben a sí mismas como internacionales y trabajan en redes y asociaciones (alianzas que en el mundo aglutinan empresas, universidades, ONGs, personas que generan ecosistemas) generando mucho valor a partir del conocimiento.
“Hay una economía nueva en la que el saber es el principal motor porque más allá de los productos agropecuario el principal producto es el saber. Toda la ciencia que trabaja antes y después de la producción agropecuaria muestra que el principal motor no es el clima ni la tierra ni el dinero sino el aporte científico objetivizado. Hay tres grandes atributos para quienes produzcan en esta nueva economía basada en el saber: la innovación; la reputación; la arquitectura de vínculos. Hay que armar relaciones virtuosas a nivel internacional con prestigio, con previsibilidad y confiabilidad que nos consolidarán como actores relevantes en un mundo en que las disrupciones son cada vez más rápidas y la capacidad de adaptación es central.
Para finalizar el evento, en una frase sintética y contundente Demicheli planteó a modo de cierre que hay que “Priorizar al país. Resignemos de cada sector algo y construyamos hacia el futuro.”, cerró.
Fuente: Argentina Visión 2040