Los incendios se concentran en las zonas de Caninagua y San Pedro donde aproximadamente ya se han quemado unas 16 mil hectáreas.
Se trata de un recorrido en el norte de la provincia de aproximadamente unos 250 kilómetros, lo que permite visualizar la magnitud de los daños.
Muchos lugareños del lugar desafían las propias recomendaciones de Defensa Civil y salen a hacerle frente al fuego armados con una hoja de palma grande y verde, con tachos de 20 litros de agua, palas y todo objeto que los ayude a salvar lo que el fuego intenta arrasar.
Cabe destacar que el incendio afectó mayormente a los departamentos Tulumba y Sobremonte, fue el primero el que recibió mayor contención y donde bomberos, los grupos provinciales de las Etac y la Policía, pusieron mayor énfasis, especialmente al norte de Caminiaga y San Pedro Norte.
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Además otro dato no menor, es que muchos ya habían vivido lo peor durante la tarde y la noche del sábado pasado cuando el fuego les llegó hasta la puerta de sus casas, sin pensar que dos días más tarde un cambio de viento les iba a volver a poner el fuego en dirección a sus caseríos y a quemar lo que no se había quemado antes.
Así lo refirieron moradores de los parajes Caspi Cuchuna, Campo La Colorada, El Paraíso, La Totorilla, El Jarillal, El Pértigo, y Chuña Huasi, entre otros, quienes vieron alambres caídos, montes arrasados, animales quemados, y hasta su propia vida en riesgo.
Las evacuaciones se llevaron a cabo por parte del gobierno en diferentes sectores de forma preventiva para la seguridad de los habitantes.
Otro de los factores que se le suma a esta grave situación es la gran sequía en la zona que dificulta aún más que el fuego pueda extinguirse en el corto lapso de tiempo.
En definitiva otra de las provincias productoras por excelencia que atraviesa una situación de emergencia y que necesita del rápido accionar de las autoridades para salvar lo poco que el fuego deja a su paso.
Fuente: Prensa Ruralnet
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