La ola de inseguridad rural en la provincia de Córdoba no se detiene. Carlos y Griselda son una pareja de jubilados que tienen un campo ubicado en las afueras de Pilar, en el departamento de Río Segundo, provincia de Córdoba.
Este año han debido soportar ocho robos y ya no saben qué hacer para protegerse. Han pedido la colaboración de la justicia y la policía porque no pueden seguir asumiendo tantas pérdidas. Piden al gobierno provincial que refuerce la seguridad en la zona.
El campo no es su residencia habitual y deben ir a diario para controlar el estado de su propiedad.
En lo que va del año ya han perdido más de 20 animales, entre chanchos y pollos y, según asegura Carlos, sino fuera porque los ladrones eligen lo más fácil que son los chanchos ya le hubieran desaparecido el tractor o la cosechadora.
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Tras tantas intrusiones sufridas han tenido que reparar puertas, tranqueras y algunas partes de la casa, además de arreglar los destrozos que provocan en el interior de la vivienda después de cada robo. Pero no solamente han perdido animales, los ladrones se han llevado heladera, mesas y sillas.
La pareja asegura que sólo quieren tranquilidad. Que su único deseo es dedicarle a su campo una hora diaria para atender los animales y regar las plantas. Desesperados, esperan que la Justicia y la policía les den una respuesta.
Foto: el doce
