Oportunidades y desafíos comerciales se abren en un contexto de pandemia y precios de commodities en niveles históricos, con el cambio de gobierno en Estados Unidos y la agenda de Biden, por un lado, y la del Green Deal europeo por otro. Tratar de adelantar ese futuro y capitalizarlo fue la propuesta del panel “Escenario global: oportunidades comerciales”, en el que participaron Aude Maio-Coliche, embajadora de la Unión Europea en la Argentina, y Jorge Argüello, embajador de la Argentina en Estados Unidos
Aude Maio-Coliche señaló que el acuerdo UE-Mercosur, que se negoció 20 años y del que se prepara la ratificación, va a ser de gran envergadura para el futuro. “Pero hoy la temática medioambiental ha tomado gran importancia, y a pesar de que el acuerdo ya tenía un capítulo sobre el tema, da la impresión de que no es suficiente: tiene que funcionar para ambos lados y para el planeta”, dijo.
En esa preocupación del lado europeo influyeron los incendios en la Amazonia, que llevaron a pensar que “al incrementar el comercio aumentaríamos el riesgo para el planeta, y hay que despejar esas dudas”, señaló. “La UE está a la cabeza en la preocupación medioambiental”, dijo, como muestra el Acuerdo de París, que es jurídicamente vinculante. “Estamos avanzando contra los gases de efecto invernadero (GEI), pero el ritmo de los cambios no es suficiente”, dijo.
La diplomática recordó que, en junio de 2019, “los ciudadanos europeos han votado partidos políticos verdes: se trata de una demanda ciudadana”. La experiencia con la reducción de GEI les demostró que se puede avanzar en sustentabilidad ambiental y, al mismo tiempo, crecer. “El Pacto Verde europeo abarca todos los aspectos de la actividad humana y su impacto en la naturaleza, es un pacto de crecimiento, una hoja de ruta para una economía sostenible”, definió.
La pandemia no los detuvo, dijo, y los países pusieron 750.000 millones de euros para recuperar la economía de forma sostenible, “una recuperación verde y digital”, que aborda la lucha contra el cambio climático y por la biodiversidad de los océanos, con menos desechos, cambios en la producción, el consumo y el transporte. Se prevé reducir el consumo de energía, cambiar el tipo de energía hacia hidrógeno y autos eléctricos; bajar la contaminación de los suelos con agricultura orgánica; se prohíbe el plástico no reciclable y se fomenta la economía circular, y financiar con bonos verdes condicionados a criterios de sostenibilidad. “No sirve hablar de crecimiento o productividad en un mundo que se nos está acabando”, aseveró.
En cuanto a la estrategia De la Granja a la Mesa, explicó que apunta a proteger la seguridad alimentaria y las dietas sanas, y que tiene “objetivos concretos”, como reducir drásticamente la contaminación del suelo, el agua y el aire para 2030, con reducción de plaguicidas, fertilizantes y antimicrobianos. “La Unión Europea es el mayor importador y exportador de agroalimentos, no podemos hacer este cambio sin el resto del mundo. La UE va a apoyar la transición”, dijo la embajadora, y agregó que la Comisión Europea incorporará De la Granja a la Mesa en las estrategias de orientación para los países: “Vamos a trabajar en bilaterales y buscar también resultados ambiciosos en la Cumbre de Nueva York”, aseguró.
Para Maio-Coliche, se van a crear más empleos de mejor calidad, abrir oportunidades económicas y responder a la demanda de los consumidores. “Hay iniciativas en la misma línea en la Argentina, que tiene grandes capacidades en sus recursos humanos, naturales y técnicos. Seguramente sus exportaciones pueden aprovechar estos espacios. Hay espacio para trabajo conjunto”, completó.
Con la mira puesta en la relación con Estados Unidos, Argüello dijo que su misión es “llevar a un nivel superior la cooperación” entre ambos países, y en este sentido señaló que, si bien la administración Biden-Harris tuvo como foco en sus primeros 100 días la pandemia y las urgencias, en los últimos días la relación bilateral se ha intensificado: “Hubo señales, gestos, visitas de alto nivel y presenciales que elevan el nivel de contactos y la relación. Mi visión es muy positiva en cuanto a esta evolución”, señaló.
En relación con el comercio mundial, el embajador dijo que el freno en el producto bruto global provocado por la pandemia dejó en evidencia la debilidad de las cadenas de valor, centrales en un mundo globalizado e interdependiente, ya que los flujos comerciales e inversiones cayeron mucho, lo que trae consecuencias negativas, sobre todo en los países más pobres. “Hay que aumentar la cooperación internacional”, enfatizó. “Las grandes inyecciones monetarias y fiscales de las economías más avanzadas ayudaron, pero solo aumentando la producción de vacunas y haciendo que estén ampliamente disponibles podemos esperar que la economía mundial vuelva a crecer”, aseveró.
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Para Argüello, “la vuelta de Estados Unidos a la arena multilateral nos va a beneficiar a todos. Es imperativo avanzar en una OMC fortalecida y formada que responda a los desafíos actuales”. La Argentina, dijo, tiene expectativas con Okonjo-Iweala, la nueva directora general de la OMC. “Es preciso revitalizar el sistema de comercio basado en reglas que garanticen la previsibilidad”, condición necesaria para perseguir la normalización, y reducir las distorsiones causadas por una excesiva carga de subsidios y restricciones, indicó. “Esto va a permitir también reducir las desigualdades e ir tras un crecimiento sustentable”, indicó, y también “es fundamental para las exportaciones agropecuarias de la Argentina, que explican más del 65% de las exportaciones del país. Asia va a seguir representando la mayor parte de la población mundial, más de 5.000 millones de personas. En la Argentina seremos responsables de proveerles alimentos a los países asiáticos y africanos en crecimiento”, insistió.
En cuanto al cambio climático, dijo que Biden reunió a los principales líderes del mundo para hacer frente al principal desafío de este tiempo. “La centralidad de este tema nos presenta una oportunidad especial a nuestros países. La agenda de cambio climático es central para los sistemas de producción de alimentos, hay que centrar los esfuerzos en la adaptación para garantizar la necesidad de acomodarse del sistema y asegurar la seguridad alimentaria”.
En cuanto a la Cumbre de Sistemas Alimentarios, Argüello comentó que los ministros de la Argentina, Brasil, Uruguay y otros firmaron una carta para incorporar una mirada que incluya la sostenibilidad. “Hay que tener en cuenta las cuestiones históricas. La transición hacia la sostenibilidad debe ser gradual y en base a las capacidades de cada país, no hay un modelo de desarrollo que sirva a todas las naciones. Es necesaria una visión inclusiva de la sostenibilidad, sin dejar a nadie atrás ni afectar la producción de alimentos”, afirmó.
Fuente: Prensa Maizar