Esta herramienta de evaluación económica surge de la diferencia entre el ingreso neto y los costos directos de cada actividad. Para su elaboración se contempla un manejo tecnológico medio, que implica la elaboración de barbechos químicos para controlar malezas y de esta forma mejorar la acumulación de agua en el perfil. La fertilización a la siembra se realiza con fósforo y en macollaje con nitrógeno. En el caso de la zona norte y centro de alto potencial, por el gran volumen de fertilizante nitrogenado a la siembra, la fertilización se hace al voleo para evitar fitotoxicidad en las semillas.
La utilización de herbicidas post emergentes incluye graminicidas selectivos. La sanidad del cultivo se logra con las aplicaciones de insecticidas y fungicidas. Los rendimientos de cada zona corresponden al potencial productivo, los cuales están en función de las características agroecológicas de cada región, y a un manejo sustentable. En los casos de arrendamiento se contempla un costo promedio en quintales de trigo y el precio disponible del cereal (U$S 200).
Los precios de los insumos sin IVA son actuales, mientras que el precio del trigo se obtiene de MATBA enero 2022 (U$S 205), en cebada el análisis es realizado con precio enero 2022 U$S 200 para forrajera. Finalmente, dentro de los gastos de comercialización, se incluye un flete largo de 350 km en la zona norte, 230 km para la centro y 150 km en la sur, además del flete corto de 30 km. Impuestos, comisiones y paritarias también se contemplan en esta sumatoria. Es importante recordar que los costos directos no contemplan los gastos de estructuras.
Fuente: Bolsa Cereales de Bahía Blanca
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