La respuesta no tardó en llegar y la tensión sigue subiendo. Luego de que la Mesa de Enlace definiera una medida de fuerza tras la suspensión temporal hasta marzo de las exportaciones de maíz, el Gobierno redobló la apuesta y advirtió que no dará marcha atrás con la medida.
“El gobierno no se va a mover ni un centímetro, no lo ha hecho. Va a marcar y va a pararse defendiendo el interés del conjunto de los argentinos”, dijo el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, en declaraciones a El Destape radio.
“Que aquellos que pueden hacer el esfuerzo lo hagan. No solo con el aporte extraordinario sino también cumpliendo su responsabilidad en las decisiones que están marcadas por el interés colectivo y no solo por el interés sectorial”, agregó.
La Mesa de Enlace ya tiene decidido ir a una protesta, solo resta definir “el tenor”, es decir la modalidad, la fecha y el tiempo que durará la medida, luego de que cada entidad consulte a sus comisiones y entidades de base.
Jorge Chemes, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), señaló ayer que su entidad va a adherir al cese de actividades.”Solo queda definir las características de la medida, el formato y el tiempo. Con seguridad va a surgir un cese de comercialización. Se lanzaría un cese de comercialización que estaría arrancando el día miércoles, pero son algunas de las acciones que se llevarían adelante”, indicó.
En tanto, Carlos Achetoni, presidente de Federación Agraria Argentina (FAA) dijo que cada entidad hará consultas a socios para unificar criterios. Asimismo informó que en la reunión virtual que duró más de dos horas que “el cese de comercialización de granos y de hacienda está dentro las posibilidades”.
A partir de mañana se realizarán asambleas de productores autoconvocados en varios puntos del pais, como Pergamino y Bell Ville, entre otras localidades, que rechazan la medida por parte del Gobierno y donde se esperan definiciones acerca de realizar un paro con cese de comercialización de granos y hacienda, como también control de cargas en las rutas.
Fuente: La Nación