El acuerdo porcino y reiterados reclamos de veganos por alerta ante problemas sanitarios

La posibilidad de un acuerdo porcino entre Argentina y China generó críticas de algunos sectores que se oponen a su concreción, ya que traería aparejado daños al medioambiente.

En ese marco, esta semana se conoció una reunión que mantuvo el presidente Alberto Fernández con el titular de Unión Vegana Argentina (UVA), Manuel Alfredo Martí, y la modelo Liz Solari, quienes le entregaron un petitorio con más de medio millón de firmas en contra del convenio.

El titular de la Unión Vegana Argentina (UVA), Manuel Alfredo Martí, dialogó con Tranquera sobre el encuentro que mantuvo con el mandatario. “Si bien no fijó ninguna posición, el presidente aclaró que el acuerdo depende de las órbitas provinciales, pero que la Nación no va a permitir industrias que pongan en riesgo a la salud”, detalló el dirigente sobre la reunión.

¿Cuáles son los principales aspectos por los que se oponen a un posible acuerdo porcino con China?
“Por los riesgos sanitarios que supone una instalación de este tipo. Es obvio que los chinos quieren tercerizar la producción de cerdos para evitarse los problemas sanitarios que ya tuvieron. Porque en 2018 y 2019 sufrieron la Peste Porcina Africana, por la cual sacrificaron más de la mitad de su población de cerdos. Esto sería sumamente peligroso porque es un virus que puede mutar y trasladarse a los humanos, convirtiéndose en una nueva pandemia. Creo que lo que estamos viviendo ahora es terrible y no creo que nadie quiera arriesgarse a vivir en modo pandemia para siempre. Instalar estas mega factorías, implica un alto riesgo de que eso pueda suceder.

Además, por supuesto que desde la Unión Vegana abogamos por el no uso ni la explotación de animales, para cualquiera sea el fin. Pero el rechazo que se dio en el país a estas megas factorías es de muchísimas personas, que se encuentran en cientos de organizaciones ambientales, culturales, sociales y activistas independientes de todo el país, no son solo los veganos.

Este tipo de industrias generan un alto nivel de contaminación. Es algo que ya está demostrado en todo el mundo. Evidentemente ellos (los chinos) quieren tercerizar estas producciones para sacarse el problema de encima, y que lo tengamos nosotros o cualquier otro país donde se instalen.

Asimismo, van a utilizar un recurso tan importante como el agua. Por cada mega factoría, según la información oficial del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca,  se necesitará cerca de 1,5 millón de litros de agua por día. Si lo multiplicamos por las 25 que quieren instalar, van a tener un consumo diario de 37,5 millones de litros de agua. Mientras que en Argentina hay más de 7 millones de personas que no tienen acceso al agua. ¿No es un poco contradictorio?”

Teniendo en cuenta que el Gobierno nacional, a través de la Cancillería, es uno de los promotores de este convenio, ¿qué balance hacés del encuentro que mantuvieron con el presidente Alberto Fernández?
“Nos pareció un gesto de suma importancia que el presidente de la Nación nos haya recibido para hacerle entrega de las 528 mil firmas (en contra del acuerdo) que había hasta ese momento. Pero la juntada de firmas continúa y sigue en aumento”.

–Durante la reunión, ¿Alberto Fernández se comprometió a dar marcha atrás en las negociaciones con China por este acuerdo, o bien rever algunas cuestiones?
“No. El presidente no fijó ninguna posición. Lo que sí hizo fue recibir las firmas y aclaró que el acuerdo porcino depende de las órbitas provinciales. Entonces son las provincias las que van a arreglar con los privados por medio de sus  funcionarios. Pero el presidente aseguró que desde la Nación no se va a permitir la instalación de industrias que pongan en riesgo a la salud de la población. A él le preocupa mucho el cambio climático y mencionó varias veces a ese aspecto. Y nosotros le aportamos datos en ese sentido. Pero no para imponerle nada, sino que fue en el marco de una charla amena en la que intercambiamos información”.

-¿Pedirán entonces ser recibidos por algunos gobernadores?
“La acción de rechazo va a continuar e intentaremos que esto no suceda por el bien de todos. Es una locura, es algo que va a beneficiar solo a los empresarios que estén en ese negocio, pero que va a perjudicar a muchísima gente que vive cerca de estas instalaciones”.

–En la campaña en contra del convenio, tuvieron un gran acompañamiento de figuras vinculadas a la farándula, con mucha popularidad, pero que quizás no cuentan con un gran conocimiento técnico sobre el tema. ¿Por qué adoptaron esa estrategia?
“Tuvimos el apoyo de famosos en un video que nosotros produjimos y que tuvo la adhesión de muchas organizaciones de todo el país. Sus palabras tienen un gran peso para sus seguidores, que son muchísimos. Entonces es una forma de comunicación que ellos expongan los argumentos por los cuales se llega a la conclusión de que esta iniciativa es inviable. Sirve para que tenga mucha llegada y toda la gente entienda lo que sucede. No hace falta tener conocimientos muy técnicos sobre el tema. Cualquier persona se da cuenta”.

Si bien el acuerdo porcino puede traer consecuencias ambientales,  también podría lograr un incremento de la producción y crear muchos puestos laborales. ¿Cómo pueden entonces conciliarse la necesidad de cuidar al medioambiente con la creciente demanda de alimentos de la población mundial, que también necesita satisfacerse?
“Me parece que la población lo que necesita es el cuidado del planeta porque estamos en el umbral de una hecatombe ambiental sin precedentes. Lo dice la FAO y el Panel Intergubernamental del Cambio Climático, e infinidad de organizaciones privadas y de los principales países del mundo. Y lo dice la ciencia. Si no se toman medidas urgentes estamos al borde de la extinción de la raza humana. Está en juego la habitabilidad del planeta. Eso es lo principal.

Aparte, podrían existir políticas de Estado que promuevan las producciones agroecológicas y orgánicas. El 98% de las producciones orgánicas se exportan, por eso nadie las encuentra en ningún lado. ¿Por qué los Estados no promueven las producciones orgánicas, que también harían ingresar muchas divisas? Al mismo tiempo, colaborarían con la salud de la población mundial a través de una alimentación saludable.

En cuanto a los puestos de trabajo, ¿son los mismos que decían que iban a generarse cuando ingresó la soja transgénica en la presidencia de Menem? ¿Adónde están esos empleos, si en el campo ya casi no vive nadie? Es todo una mentira para engañar a la gente lo que están haciendo.

Cuando, en realidad, el campo debería tener otra visión de este momento que se vive. La tendencia de productos basados en plantas está creciendo de manera exponencial en todo el mundo. En Estados Unidos, ya varias empresas lácteas le bajaron la cortina a las leches de origen animal, para reemplazarlas por las vegetales. O sea, se tienen que reconvertir, porque la industria de la carne es la que más contamina en el planeta. Lo dice la FAO, el Panel Intergubernamental del Cambio Climático e infinidad de organizaciones. Miles de científicos están alertando sobre que se baja, o se elimina completamente el consumo de carne, o vamos en caída libre. Esto no se recupera si no se toman medidas urgentes y drásticas. El campo tiene que comprender esto.

Los frigoríficos tendrán que cerrar y ponerse a fabricar productos de origen vegetal. Nadie se va a quedar sin trabajo. Al contrario, van a facturar mucho más, no van a contaminar el ambiente y estarán equilibrados con la biodiversidad. Esto es lo que tienen que empezar a pensar los productores. Hay que hacer un cambio y lo dice la ciencia, no una organización vegetariana o vegana. Nosotros simplemente reproducimos información oficial de organismos internacionales que están sugiriendo hacer este tipo de cosas. Entonces, todavía pareciera que estamos a tiempo de revertir un poco el aumento de la temperatura del planeta”.

–Pero también es cierto que gran parte de la población, por una cuestión de gustos, elige comer carne. ¿Entonces cómo puede lograrse ese objetivo sin imponerle a la población una determinada alimentación?
“No se trata de imponer nada. Aparte, ¿qué persona con hijos va a priorizar el gusto de comerse un asado en vez de la habitabilidad del planeta para sus descendientes?  Porque si ya estamos en ese nivel, entonces sí estamos en el horno.

Estamos de acuerdo en que también hay que modificar otras cosas como los combustibles fósiles, pero eso lleva muchos años de transición, porque el mundo funciona de esa forma. Pero lo que se come puede cambiarse de un día para el otro.  Y las industrias que se dedican a hacer proteína de origen animal, pueden también modificarse rápidamente y ponerse a producir proteína vegetal. Es muy viable y hay estudios concretos que hablan de esto. Por eso, sería bueno que las políticas empiecen a apuntar hacia ese rumbo por el bien de todos”.

 

Fuente: Tranquera

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