El año 2020 impuso la combinación de dos grandes adversidades para el sector de los biocombustibles: la inflexibilidad en la actualización de valores de los combustibles no fósiles y la fuerte baja en el consumo. En relación con lo primero, el precio fijado por la Secretaría de Energía para el bioetanol fue de $ 29,808/l en diciembre de 2019, manteniéndose vigente hasta octubre de 2020. La semana pasada, por primera vez en 9 meses, se publicó un nuevo precio oficial para bioetanol a base de maíz y de caña. El valor fijado fue de $ 32,789 por litro, entrando en vigencia a partir del 15 de octubre. A diferencia de los últimos precios fijados en 2019, que a partir de septiembre fueron todos precios mínimos, el valor oficial actual es un precio de adquisición.
En este período de más de 9 meses, mientras el valor oficial del biocombustible se mantuvo fijo, el precio del maíz en pesos argentinos informado por la Cámara Arbitral de Cereales de la BCR se incrementó en un 44%. Naturalmente, ante tal aumento del valor de la materia prima y el estancamiento del precio del biocombustible, el ratio bioetanol/maíz fue deteriorándose mes a mes. En este sentido, el nuevo valor fijado este mes para el bioetanol hace que el ratio bioetanol/maíz toque un nuevo mínimo histórico de 2,37 kilos de maíz por litro de bioetanol.
Como se mencionara anteriormente, la segunda dificultad que enfrenta el sector de los biocombustibles es la fuerte reducción de la demanda debido a la interrupción de gran número de actividades económicas, que tuvo su mayor impacto en Argentina en los meses de abril y mayo. La debilidad de la demanda impuso un fuerte límite a la producción tanto de bioetanol a base de maíz como de caña de azúcar. En abril de 2020 la industria del bioetanol produjo un 76% menos que en abril de 2019, registrando una mayor caída comparativa el segmento de la caña de azúcar que se recortó en un 98% (vs. la caída del 69% del maíz). Mayo también fue un mes crítico con una caída productiva interanual del 69%, aunque tuvo lugar una recuperación parcial de la industria del bioetanol a base de caña de azúcar. Asimismo, los meses de junio, julio y agosto marcaron caídas interanuales del 29%, 12% y 30%, respectivamente.
Con la excepción de enero y febrero, la producción mensual en 2020 ha estado siempre por debajo del promedio de los últimos 5 años, según datos de la Secretaría de Energía. Si bien, a medida que el flujo de personas y de bienes retome a su nivel pre-pandemia, la demanda de energía continuará recuperándose, la política bioenergética en Argentina requerirá establecer cursos de acción que mantengan el eje del autoabastecimiento, la sustentabilidad ambiental y el agregado de valor como ejes de desarrollo.
Fuente: Desiré Sigaudo – Emilce Terré BCR