Evaluación de cultivares de colza-canola primaveral en Paraná durante 2019

El cultivo de colza, además de favorecer la producción de los cultivos de segunda y mejorar la rentabilidad del doble cultivo, permitiría la interrupción del ciclo de enfermedades y malezas perjudiciales para otros cultivos invernales subsiguientes. Año a año se van incorporando cultivares de colza en Argentina, algunos de los cuales presentan nuevas alternativas de control de malezas. Sin embargo, el conocimiento de la fenología de cada cultivar y otros atributos relacionados con el rendimiento y su interacción con el ambiente pueden ser determinantes en su adaptación a los sistemas agrícolas entrerrianos.

El objetivo de este trabajo fue comparar el comportamiento de cultivares de colza en la EEA Paraná del INTA.

¿En qué consistió el experimento?

En el campo experimental de la EEA Paraná se realizó un ensayo para evaluar 14 cultivares de colza de tipo primaveral (Tabla 1). Entre los cultivares evaluados se incluyeron líneas de colza desarrolladas en el Programa de Mejoramiento de Colza de INTA y por primera vez un híbrido tolerante a triazinas (Atomic TT). También, se evaluó el cultivar “clásico” Rivette a modo de testigo por ser un cultivar muy sembrado en Entre Ríos y Uruguay.

El diseño experimental utilizado fue en bloques completos aleatorizados con tres repeticiones. Las parcelas consistieron en 6 surcos de 7,5 m de largo distanciados entre sí a 0,22 m. El ensayo se implantó en un suelo Argiudol ácuico (Serie Tezanos Pinto) el 16 de mayo de 2019 sobre un rastrojo de soja. Procurando que el cultivo esté libre de limitaciones nutricionales se fertilizó previo a la siembra con 200 kg ha-1 de superfosfato triple de calcio y en el estado de roseta se aplicaron al voleo 300 kg ha-1 de urea y 150 kg ha-1 de sulfato de amonio. El control de malezas se realizó en presiembra con 3 l ha-1 de glifosato (360 g l-1 equivalente ácido) y 0,2 l ha-1 de clomazone (48%) y se complementó en postemergencia con la aplicación de 0,25 l ha-1 de clopiralid (360 g l-1 equivalente ácido). Cuando el desarrollo del cultivo se encontraba en estado de roseta se aplicó 0,15 l ha-1 de una mezcla de tiametoxan (14,1%) y lambdacialotrina (10,6%) para controlar el daño producido por “vaquita de San Antonio” (Diabrotica speciosa). A principios de agosto se realizó un control de “polillas de las coles” (Plutella xylostella L.) mediante la aplicación de 0,03 l ha-1 de clorantraniliprole (20%).

Se registró periódicamente la evolución del desarrollo de los distintos cultivares. La cosecha de las parcelas se realizó al momento de madurez comercial con una cosechadora experimental (Wintersteiger, Austria). Luego se estimó rendimiento y sus componentes. Se realizaron análisis de varianza (ANOVA) y cuando hubo efecto de los tratamientos se compararon mediante el test de diferencias mínimas significativas (DMS, α =0,05). Además, se realizaron análisis de correlación para evaluar las asociaciones entre las variables.

¿Qué pasó con el clima?

Los datos de lluvias y temperaturas medias mensuales del año 2019 se pueden observar en la Figura 1. El perfil del suelo fue recargado de humedad por las lluvias otoñales y la distribución de las mismas durante el resto del ciclo del cultivo fue bastante similar a los promedios históricos.

Un rasgo característico del ciclo agrícola fue que la temperatura media en junio fue 2,7°C más alta que el promedio histórico. Esto produjo la aceleración del desarrollo del cultivo, floraciones prematuras y problemas en lotes comerciales afectados por heladas durante el período reproductivo. Sin embargo, en este experimento en particular las floraciones ocurrieron durante agosto y septiembre (Tabla 2), meses con heladas relativamente suaves (T> -3,6 °C). En total, los cultivares soportaron 21 heladas agronómicas ocurridas 1 en mayo, 2 en junio, 7 en julio, 7 en agosto y 4 en septiembre, con una temperatura mínima a 5 cm del suelo de -7,4°C como la más baja registrada desde la emergencia hasta la madurez.

Relación entre el desarrollo y el rendimiento de los cultivares

El período entre la emergencia y la madurez fisiológica varió entre 146 días para el cultivar Diamond y 165 días para el cultivar Solar CL (Tabla 2). La duración del ciclo total de los cultivares no se relacionó con la duración del periodo reproductivo, sino que varió principalmente con la duración del período desde la emergencia hasta la floración (r=0,67; p=0,01), mientras que el período reproductivo tendió a acortarse a medida que se atrasó la floración (r=-0,71; p=0,0048). Además, esta vez el rendimiento no se relacionó con el ciclo del cultivar o la fecha de floración sino con la extensión del período reproductivo (r=0,64; p=0,01)

Los cultivares alcanzaron la madurez fisiológica antes del 4 de noviembre, lo que posibilitaría la cosecha temprana y la siembra de soja de segunda antes que en el caso de trigo. Además, la mayoría inició la floración antes de septiembre, lo que en Paraná generalmente se relaciona con mayores rendimientos y menores probabilidades de efectos negativos por altas temperaturas (Coll, 2011). El rendimiento promedio del ensayo fue 3900 kg ha-1 (Tabla 3), destacándose algunas líneas experimentales de INTA como E 1503 y E 1604 junto con el híbrido comercial Diamond y el cultivar Rivette con valores superiores a 4150 kg ha-1.

Por otro lado, si bien el híbrido Atomic TT abre nuevas posibilidades en el control de malezas, en este experimento presentó un rendimiento menor al resto de los cultivares (p<0,0001). Es importante aclarar, que existen evidencias de que este tipo de cultivares, con tolerancia a las triazinas, presenta una menor tasa fotosintética lo cual limita su rendimiento. Sin embargo, en ambientes de bajo potencial de rendimiento, ya sea por deficiencias hídricas, nutricionales o competencia ><0,0001) Es importante aclarar, que existen evidencias de que este tipo de cultivares, con tolerancia a las triazinas, presenta una menor tasa fotosintética lo cual limita su rendimiento. Sin embargo, en ambientes de bajo potencial de rendimiento, ya sea por deficiencias hídricas, nutricionales o competencia de malezas de difícil control, su rendimiento podría competir mejor con los cultivares convencionales (Zhang y col., 2018).

Consideraciones finales

Los rendimientos de colza obtenidos en 2019 en la EEA Paraná fueron en general altos con respecto a años anteriores. Entre los genotipos que se destacaron por su rendimiento se pueden mencionar al híbrido comercial Diamond, un cultivar “antiguo” como Rivette y las líneas experimentales de INTA E 1503 y E 1604.

 

Fuente: INTA por Leandro Coll

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