Será una campaña difícil, pero se puede ser optimista

Diversos factores parecen pesar en el futuro inmediato del sector. Sin embargo, a fuerza de experiencia, tecnología, inversión y apostando a un mejor pronóstico del clima, existe la posibilidad de salir airoso de un contexto sumamente complejo.

Desde que comenzó el año, todo fue cuesta arriba. La economía, la salud y muchas otras áreas clave para la vida se vieron afectadas. La producción agrícola, más allá de ser una actividad esencial, también sufrió algunos impactos porque recibió los embates de variables como el coronavirus, la guerra comercial entre China y Estados Unidos o la fiebre porcina africana. Todas cuestiones sobre las cuales no hay certezas en el corto o mediano plazo y a las que hay que sumar la incertidumbre doméstica.
Pero el campo siguió y sigue adelante. En el inicio de una nueva campaña, se estima que las exportaciones podrían generar ingresos por 25.000 millones de dólares el año que viene, con una recaudación fiscal que llegaría a los 10.954 millones de dólares, un dato alentador para el Estado aunque a la vez refleje una interesante presión impositiva que el propio sector se ocupa de advertir.