El año 2020 no viene siendo sencillo para la industria de crushing de soja en nuestro país. La pandemia de coronavirus complicó la logística ni bien comenzada la cosecha de la campaña gruesa en nuestro país, deprimió los precios de los commodities agrícolas y complicó la fluidez del comercio internacional.
Sin embargo, además de estos factores de la coyuntura, que vienen afectando en mayor o menor medida a todos los sectores económicos a nivel mundial, la industria de crushing local ha tenido que enfrentar problemas particulares, a saber: (1) los movimientos en los precios del poroto de soja y de los productos del complejo soja en nuestro origen se han movido en favor del primero y en detrimento de los segundos; (2) la caída en la demanda del sector energético atentó contra la producción de biodiesel, afectando la utilización de aceite de soja; y (3) la bajante histórica del río Paraná, donde se encuentra el nodo fabril de nuestro país, afectó las cargas promedio de los buques y encareció los costos logísticos.
Las exportaciones de poroto de soja sin industrializar han sentido un significativo repunte en esta campaña con relación a la campaña previa, producto de un movimiento en precios relativos que afecta negativamente a los márgenes de la industria. Así, desde principios de abril, momento en el que comienza a generalizarse la cosecha de la soja en zona núcleo, la industria lleva las de perder contra las exportación del poroto sin industrializar, medido en la capacidad de pago en el mercado interno de uno y otro sector. Esta diferencia llegó a un máximo de US$ 10/t en la última semana.
Desde que comenzó la campaña comercial 2019/20 en nuestro país, allá por marzo, los precios de exportación de poroto sin industrializar con embarque próximo (posición spot) desde nuestro país sintieron un incremento del 6,2%, con el precio del aceite cayendo un 0,2% y el precio de la harina registrando una baja del 3%. Comparando la estimación del precio de compra teórico para las fábricas con el precio pizarra de la Cámara Arbitral de Cereales al día miércoles 1° de julio, puede calcularse un margen teórico negativo para las fábricas de casi US$ 9 por tonelada de soja industrializada.
Por otro lado, la caída en la demanda energética desplomó la producción de biodiesel en nuestro país, con el mes de abril (último dato disponible) marcando la menor producción mensual del bio-combustible en los últimos 11 años. En abril último se produjeron 44.793 toneladas de biodiesel, lo que implicó una caída interanual de un 85% para dicho mes, con caídas del 70% en las ventas al corte para el mercado interno, y una baja del 75% en las exportaciones mensuales. El último dato menor en producción se registra en enero de 2009.
Producto de esta menor demanda interna del aceite de soja para producir biodiesel (demanda mayormente intra-fábrica), los stocks de aceite de soja en manos de las industrias se ubican en el máximo desde agosto de 2008. Las existencias de aceite en las plantas totalizaban al primero de junio 460.000 t, lo que implica un incremento de un 18% en relación con el mes anterior y un impresionante incremento interanual de 177%.
A su vez, producto de la menor exportación de harina en lo que va de la campaña en relación con el año pasado, los stocks de harina/pellets en mano de las industrias se ubicaron en 1,03 Mt, lo que se ubica un 60% por encima de junio del año previo. Aun así, estos stocks se encuentran apenas un 5% por encima del de los últimos 5 años.
En cuanto a las exportaciones del complejo en lo que va de la campaña, se destaca un adelanto en las exportaciones de poroto de soja sin industrializar que, tal y como se mencionaba, responde principalmente a los mejores precios relativos para la exportación del grano.
En lo que va de la campaña comercial 2020/21, las exportaciones de poroto se ubican casi un 50% por encima del año pasado, con más de 4 Mt embarcadas al exterior. Por el lado del aceite, el sector pudo colocar parte de ese excedente por menor demanda interna, logrando un crecimiento interanual del 13%. Por último, como se hizo mención, las exportaciones de harina se hallan retrasadas en relación con la campaña previa, con una caída entre años del 10%, aunque se ubican por encima del año 2018 en el mismo período.
USDA publicó dos informes alcistas y la soja tocó máximos en cuatro meses en Chicago
El martes el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) publicó dos informes a los que los operadores prestan especial atención. Por un lado, publicó la información de Stocks trimestrales al 1° de junio y, más importante, publicó su estimación del área total sembrada en la campaña, con los datos para soja y maíz como los principales a monitorear.
Según este informe, en la campaña 2020/21 se habrían sembrado 33,9 M ha de soja en los EE. UU., lo que se ubica ligeramente por encima de la cifra del mes de marzo, en el que se había relevado las intenciones de siembra de los farmers. Aun así, este informe fue interpretado de forma alcista por el mercado, dado que los especialistas, previo a la publicación, esperaban un incremento aún mayor en el área sembrada; los analistas consultados por la agencia Reuters esperaban en promedio un área próxima a 34,3 M ha.
Así, la superficie sembrada en el país del norte estaría sintiendo un incremento de más de 3 M ha de hectáreas con relación a la campaña 2019/20, aunque se encuentra algo por debajo del promedio de los últimos 5 años.
En cuanto a los stocks informados para el 1° de junio, los mismos caen significativamente entre años, ubicándose en 37,7 Mt, más de 10 Mt por debajo del mismo momento del año previo. Esto se ubicó ligeramente por debajo de lo estimado por los analistas en la previa, por lo que puede considerarse que tanto el informe de área cómo el de stocks resultaron alcistas para el mercado de la soja.
Así, la soja tocó en Chicago su valor máximo en 4 meses considerando el contrato con mayor volumen operado, cerrando el contrato Julio al jueves 1 en los US$ 327,9/t, lo que marca un incremento semanal de US$ 9/t entre ajustes.
Fuente: Emilce Terré – Javier Treboux BCR