Actualización de enfermedades del maíz en la zona de Río Cuarto

Relevamientos fitosanitarios efectuados en cultivos de maíz en el último quinquenio en el centrosur de Córdoba, permiten concluir que las tres enfermedades mas prevalentes, independientemente de la incidencia y la severidad, son la “Roya Común”; el “Mal de Río Cuarto” y el “Tizón de la hoja”. En el marco de un proyecto de investigación llevado adelante en forma conjunta por miembros de la AER Río Cuarto-INTA y la Cátedra de Fitopatología (FAV-UNRC), se realizaron evaluaciones en distintos lotes de maíz del Dpto. Río Cuarto durante la campaña 2019/2020 que permitieron detectar trazas de Mal de Río Cuarto (MRC) en la zona de La Aguada (incidencia 13% y severidad 0,18) y niveles insignificantes a nulos en lotes de Espinillo (incidencia 1 – 2% y severidad 0,010 – 0,020); Alcira Gigena; El Espinillal; Sol de Mayo, evaluados antes del inicio de las medidas de público conocimiento. Además, en la zona rural de Sol de Mayo y de Olaeta, se evaluaron dos ensayos de híbridos de maíz frente a la Roya Común que anualmente incide con intensidad variable sobre distintos genotipos comerciales. Asimismo, se detectaron ataques puntuales de Tizón de la hoja del maíz, que serán analizados en otra oportunidad.

MAL DE RIO CUARTO EN MAÍZ

E RIO CUARTO EN MAÍZ El Mal de Río Cuarto (MRC), enfermedad endémica del maíz en el Sur de Córdoba, ha mostrado niveles leves de intensidad en la campaña 2019/2020, luego de la última gran epidemia registrada en el ciclo 2006-2007. Sin embargo, durante el ciclo 2018/2019 se registró una alerta “Amarilla” de esta enfermedad ya que los monitoreos de prevalencia; incidencia y severidad de la virosis en diferentes áreas geográficas del Sur de Córdoba, sobre híbridos de siembras tempranas, intermedias y tardías mostraron índices significativos del MRC. En lotes evaluados al norte del Dpto. Río Cuarto (Alcira Gigena, Espinillo) las siembras tempranas presentaron valores de incidencia entre un 3 – 12% (considerados normales para esas fechas de siembra) mientras que las siembras tardías (diciembre) mostraron valores imperceptibles (0 – 3%), dependiendo de los híbridos utilizados.

Evaluaciones de híbridos de maíz en un ensayo implantado al Sudoeste del Dpto. Río Cuarto (Chaján), en siembras de fines de noviembre, mostraron valores significativos de incidencia que oscilaron de acuerdo a la respuesta de los germoplasmas entre 25 – 85%; mientras que el índice de severidad media varió entre 0,25 a 1,85 de acuerdo a la susceptibilidad del híbrido a la virosis (CREA, zona centro). Además, híbridos sembrados en la primera quincena de diciembre, en la misma región mostraron valores leves de intensidad de la enfermedad (incidencia 4 – 14%, severidad 0,02 – 0,36).

Asimismo, lotes ubicados en el Dpto. General Roca (De la Serna; Villa Sarmiento) sembrados a fines de noviembre – primera semana de diciembre manifestaron valores significativos tanto para incidencia (9 – 18%) como para severidad (0,19 a 0,81) en híbridos susceptibles, mientras que maíces tardíos sembrados a partir de la segunda semana de diciembre mostraron valores muy leves de intensidad (incidencia 0 – 5% y severidad 0 – 0,09). Finalmente, lotes revisados en el Dpto. Juárez Celman (Charras – Olaeta) sembrados en diciembre no mostraron evidencia de la virosis.

Después de revisar los datos precedentes surge la necesidad de analizar que factores podrían estar influenciando la aparición de estosfocos detectados en la campaña 2018/2019 y sobre el particular podemos considerar algunas causas desencadenantes de estos focos:

– Aumento significativo de la superficie sembrada con trigo en el dpto. Rio Cuarto y aledaños que aportaron para que a nivel provincial el área superara las 1.400.000 has con una producción total de 3.515.000 tn (Ministerio de Agricultura y Ganadería, Prov. De Córdoba).

– Incremento sustancial de lotes: a) con cultivos de cobertura, caso concreto la mayoría de los lotes de maní inmediatamente después de la cosecha son sembrados con cereales de invierno (trigo, avena, centeno) y b) con cultivos de servicios con distintas especies de acuerdo al objetivo del mismo.

El insecto – vector Delphacodes kuscheli, conocido comúnmente como “Chicharrita”, desarrolla su ciclo biológico biológico invernal, principalmente, sobre cultivos de avena, trigo y centeno y a mediados de primavera comienzan a incrementarse las poblaciones de chicharritas, alcanzando su máximo pico poblacional a fines de noviembre. Este aumento coincide con la senescencia de los cultivos invernales y genera que los insectos migren para alimentarse hacia otros cultivos/malezas primavera-estivales entre los que se encuentran las plántulas de maíz recién emergidas, transmitiendo de esa manera el virus. Entre noviembre-diciembre del 2018, a través de las redes sociales, se informó de “incrementos sustanciales” en el pico poblacional del insecto vector para alguna/s zona/s del Dpto. Río Cuarto, relevadas a través de muestreos locales que se vieron reflejadas en infecciones leves a severas en algunas fechas de siembra con híbridos sensibles.

El agente causal de esta enfermedad es el “Mal de Rio Cuarto Virus” (MRCV) que se transmite naturalmente en forma persistente-propagativa por el insecto vector. La intensidad de los síntomas varía dependiendo de varios factores: estado fenológico del maíz al momento de la infección, condiciones ambientales y tecnológicas (cultivos estresados) y grado de virulencia en las poblaciones de la chicharrita. Infecciones al estado de coleoptile hasta 3-4 hojas, originan los síntomas más severos de la enfermedad que se manifiestan con enanismo, tallos achatados, entrenudos cortos, panojas estériles con ausencia parcial o total de flores masculinas, y espigas múltiples pequeñas y malformadas. En el envés de las hojas, se observa una proliferación de tejido sobre las nervaduras denominada “enación”. Si las infecciones ocurren en estadios posteriores de crecimiento, los síntomas tienden a ser más leves macroscópicamente aunque siempre generan reducción significativa en los rendimientos del cultivo (Figura 1).

En este complejo patosistema, el rol del “hombre” es clave ya que decide sobre el/los híbridos de maíz a utilizar, fechas de siembra, elección de lotes, paquetes técnológicos, etc., los cuales constituyen factores importantes a tener en cuenta ya que la interacción de estos con poblaciones virulíferas del vector pueden ser determinantes para desencadenar o evitar una epidemia local/regional de la enfermedad.

A los efectos de repasar las tácticas de manejo más utilizadas para MRC, mencionamos a modo de síntesis las medidas PREVENTIVAS a tener en consideración antes de la siembra del maíz.

-Híbridos: Tomada la decisión de sembrar maíz, el próximo paso es evaluar y seleccionar adecuadamente híbridos con “tolerancia y/o comportamiento aceptable” al MRC, para ser implantados durante siembras a efectuarse en fecha crítica para la enfermedad en la zona endémica (mes de noviembre/primeros días de diciembre).

-Épocas de siembra: La experiencia indica que utilizar fechas de siembra de maíz con bajo riesgo a la enfermedad “siembras tempranas” (octubre) y/o “muy tardías” (segunda quincena diciembre) es una táctica acertada para híbridos susceptibles a MRC o seleccionados por otras características superiores, siempre y cuando se dispongan de humedad y temperaturas adecuadas del suelo para la misma. Las evaluaciones realizadas corroboran con datos concretos que las siembras intermedias “noviembre y primeros días de diciembre” en la zona endémica son las mas propensas a presentar los mayores índices de intensidad de MRC (incidencia/severidad), lo que se traduce en menores rendimientos.

-Insecticidas sistémicos: El uso de semillas tratadas con insecticidas sistémicos de eficiencia probada para el control del vector es otra alternativa interesante para prevenir las infecciones de la chicharrita, sobre todo en maíces de alto valor agregado que puedan justificar el gasto extra que insumen estos productos.

Frente a este panorama estimamos importante en distintas áreas geográficas realizar monitoreos secuenciales de las poblaciones del insecto vector durante las estaciones (otoñoinvierno-primavera) previas a la siembra del cultivo, considerando las posibles implicancias vigentes del cambio climático. Además, sería interesante mantener relevamientos anuales de la intensidad de la enfermedad (prevalencia, incidencia, severidad) según distintas fechas de siembra con diferentes genotipos de maíz. Finalmente, tanto productores como profesionales deben informarse anualmente sobre el comportamiento a MRC de los distintos híbridos disponibles en mercado ya que los mismos se actualizan continuamente con nuevos productos. Tener en cuenta que en la zona endémica, el MRC se presenta en forma recurrente y con intensidades variables.

ROYA COMÚN DEL MAÍZ

La roya común del maíz (Puccinia sorghi) es una enfermedad ampliamente distribuída por todo el mundo en climas subtropicales y templados, constituyendo una de las principales limitantes bióticas del cultivo en el país ya que se presenta con características epidémicas en distintas zonas agroecológicas. Reduce los rendimientos en híbridos susceptibles y moderadamente susceptibles, por disminución del área foliar y por la competencia de fotoasimilados entre los granos en crecimiento y el desarrollo de las pústulas que generan esporas. La roya es causada por el hongo biotrófico, Puccinia sorghi, y es macrocíclica y heteroica, siendo el hospedante alternativo Oxalis corniculata.

Se adapta a condiciones ambientales muy variables, siendo una enfermedad muy común en todas las zonas productoras de maíz. Los primeros síntomas en manifestarse son puntos cloróticos en la superficie de la hoja, que en híbridos susceptibles rápidamente evolucionan a pústulas urediniosoricas alargadas, de color castaño-claro que pueden manifestarse sobre cualquier tejido verde de la planta. Posteriormente y si las condiciones ambientales son favorables se incrementan el número de pústulas urediniosoricas y más avanzado el cultivo aparecerán las pústulas teliosóricas que son de color negras. En la campaña 2019/2020 se realizó un trabajo con el objetivo de cuantificar la intensidad de roya común del maíz en híbridos comerciales. Se implantó un ensayo en la zona de Sol de Mayo, Dpto Río Cuarto, en una fecha de siembra tardía (7/12/19) con 28 híbridos comerciales y otro en la zona rural de Olaeta en una siembra tradicional (18/09/2019) con 26 híbridos comerciales.

El diseño fue igual para ambos sitios siendo el mismo en bloques completos al azar, con dos repeticiones, sembrado en macroparcelas, de 10 surcos por híbrido utilizado. La distancia entre hileras fue de 0,52 m, una densidad de 74.000 y 64.000 plantas/ha respectivamente. La evaluación de severidad final de la roya se realizó utilizando la escala propuesta por Cobb-Peterson. A cada hoja se le estimó el porcentaje de área foliar afectada, y se calculó la severidad de cada híbrido. Este parámetro epidemiológico se cuantifico aproximadamente en R2 para ambos experimentos evaluando 10 plantas al azar por repetición, en un recorrido en “V”. Los datos obtenidos fueron sometidos a (ANAVA) y test DGC (p <0,05).

Los resultados muestran que en Sol de Mayo, ningún híbrido alcanzó el nivel de daño económico fijado para esta la enfermedad (2-3% de severidad), aunque se discriminaron seis grupos de acuerdo a la significancia de la intensidad de la misma. De esos grupos, un solo hibrido estuvo por debajo de 0,2% de severidad, 82% de los genotipos tuvieron niveles entre 0,2 y 0,8% de severidad y cuatro materiales oscilaron entre 1 y 1,5% (Figura 2). Para el caso de Olaeta,solo se diferenciaron cuatro grupos de híbridossegún sus significancias por severidad. En este ensayo, cinco híbridos que forman parte de los dos grupos con mayores valores de severidad, superaron el nivel de daño (3%), doce genotipos tuvieron entre 1,6 y 2,82% de severidad y el primer grupo, con un total de nueve híbridos, presentaron una severidad inferior a 1,13% (Figura 3).

Se concluye que existe un interesante gradiente en las diferencias de “severidad” en cuanto al comportamiento de cada híbrido respecto a la roya común aún con condiciones ambientales no muy favorables a epidemias como las acontecidas en el ciclo de estudio. Se contempla repetir el ensayo en el próximo ciclo agrícola con el fin de registrar el comportamiento de los mismos genotipos en otras condiciones predisponentes para la enfermedad.

 

Fuente: INTA por M. Kearney, Anibal Alejandro Salomón, Alejandra Canale, M. Zuza, R. Martinez, M. Alcalde, V. Peralta, F. Escandura, A. Rago

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