Evaluación de cultivares de cebada cervecera durante la campaña 2019 en INTA Marcos Juárez

El cultivo de cebada (Hordeum vulgare) es muy importante a nivel mundial siendo el cuarto cereal después del trigo, maíz y arroz. Lo mismo ocurre a nivel nacional debido a su amplia adaptación agroecológica y a los diversos usos de la producción, tanto para consumo nacional como de exportación, ya sea en la alimentación animal como grano forrajero o como materia prima de la industria maltera para la fabricación de cerveza. La mayor producción se concentra en la provincia de Buenos Aires en el sudeste y sudoeste en donde se encuentran las industrias cerveceras pero el área productiva se amplía a toda la pampa húmeda en la cual la producción se destina a grano forrajero y a cultivo de servicio o cobertura. Desde hace varios años la superficie sembrada se mantiene constante en 1 millón de hectáreas variando la producción según el rendimiento, alrededor de los 4 millones de toneladas. El objetivo de este trabajo fue evaluar la producción de grano de diferentes cultivares comerciales de cebada cervecera pertenecientes a la Red Nacional de Cebada Cervecera con el fin de generar información descriptiva del panorama varietal actual y su comportamiento productivo.

Materiales y métodos

En la localidad de Marcos Juárez durante el año 2019 se realizó un ensayo comparativo de rendimiento de grano perteneciente a la Red Nacional de Cebada Cervecera con 10 variedades comerciales. En el cuadro 1 se puede apreciar la lista de variedades que se utilizaron en el ensayo, con su origen y año de liberación. El ensayo se implantó en el campo experimental de trigo de la EEA INTA Marcos Juárez sobre una rotación de cultivos trigo/maíz-maíz-soja de primera con una estrategia de fertilización de reposición de nutrientes, en la cual se distribuyeron en presiembra 250 litros de UAN chorreado (100 kg N/ha) y 90 kg/ha de Fosfato Monoamónico incorporado en la siembra. La siembra se realizó en forma mecánica bajo el sistema de siembra directa el día 22 de junio, con una sembradora experimental Agrometal, con enganche de tiro, de siete surcos distanciados a 0,20 metros con cono distribuidor. Los ensayos se condujeron libres de malezas, las cuáles fueron controladas en pre-siembra con una mezcla de Glifosato (72%), Dicamba (57.8%) y Metsulfuron metil (12.5%), en dosis comercial. Se utilizó un diseño en bloques completos aleatorizados con tres repeticiones con una unidad experimental (parcela) de 5 m2 a cosecha. Se aplicó el insecticida Lambdacialotrina al 5% para el control de chinches. Por no haber presencia importantes de enfermedades foliares que afectan al cultivo de cebada no se realizó control químico.

La cosecha de grano se realizó el 2/12 cuando los materiales evaluados se encontraban en madurez de cosecha mediante una cosechadora experimental automotriz de parcela chica (Wintersteiger). Se analizó la variable rendimiento de grano mediante un ANAVA (análisis de variancia) y test de comparación de medias LSD de Fisher. Se trabajó con un nivel de significancia de p < 0.05 utilizando el software estadístico Infostat (Di Rienzo et al., 2019).

Resultados

Los cultivos de invierno durante el año agrícola 2019 iniciaron su ciclo con una muy buena disponibilidad de agua en el perfil del suelo implantándose con normalidad. El aporte de lluvias durante el ciclo del cultivo (julio a noviembre) fue bajo debido a las bajas precipitaciones de los meses de agosto y septiembre (cuadro 2) pero las variedades pudieron sortear éste déficit hídrico ambiental gracias al perfil del suelo recargado de agua y el aporte de la napa freática hasta el mes de octubre en la cual retornaron las precipitaciones (Gráfico 1). Se registraron en total 38 heladas agronómicas observadas a la intemperie a 5 cm del nivel del suelo. Estos valores estuvieron muy por debajo al promedio histórico (47). El mes de julio se presentó normal con 11 días con heladas sin afectar los primeros estadios del cultivo y agosto se presentó con 13 días con heladas, algunas de intensidad y duración importantes causando daños en hojas. Como los cultivares se encontraban en buenas condiciones de crecimiento y desarrollo pudieron recomponer la biomasa aérea perdida. Anormalmente septiembre presentó 9 eventos de heladas durante la primera mitad de mes también con valores importantes de intensidad y duración en 3 ocasiones, causando daños en hojas, macollos y tallos principales. Esta pérdida de tallos principales fue compensada por la muy buena producción de macollos en estadios previos. El llenado de granos ocurrió con normalidad debido a que octubre presentó temperaturas moderabas favoreciendo este periodo al igual que los primeros días de noviembre. A esto se le suma la ausencia de enfermedades foliares de importancia que no afectaron la biomasa para el desarrollo de los granos observándose muy buen calibre en promedio en todo el ensayo.

En el cuadro 3 se puede visualizar la fecha de floración, madurez fisiológica y altura de las variedades evaluadas. La fecha de floración ocurrió en una época deseable hacia fin de mes de septiembre y fue muy pareja entre las variedades habiendo solo tres días de diferencia entre la más corta que fue ANDREIA y MONTOYA que resultó ser la de ciclo más largo.

Con respecto a la madurez fisiológica también las variedades evaluadas fueron muy parejas madurando a mediados de noviembre. La altura de planta se vio reducida con respecto a otros años por el déficit hídrico ocurrido en la primavera variando entre 65 cm (MONTOYA) y 75 cm (KWS ALICIANA, CHARLES, DANIELLE, TRAVELER). En el cuadro 4 se visualiza en comportamiento de cada variedad del análisis de varianza para rendimiento de grano (kg/ha) de las variedades evaluadas. Se observan muy buenos rendimientos de granos dando un promedio del ensayo de 5332 kg/ha. El coeficiente de variación fue muy bueno y dentro de los parámetros esperados. Se destacaron SINFONÍA, OVERTURE y FATIMA con los rendimientos más altos y significativos del ensayo. Le siguieron también con muy buena performance TRAVELER, MONTOYA y JENNIFER.

El cultivo de cebada en Argentina nuevamente ha pasado a sostenerse en una variedad (Gráfico 2), como pasó hace unos años con SCARLETT, en la cual en el año 2012 llegó a ocupar casi la totalidad de la superficie cultivada con cebada (Conti et al., 2014). Hoy ANDREIA ocupa el 69 % del área de siembra y significa más de ese porcentaje en la producción total de cebada. SHAKIRA es la segunda variedad, pero en retroceso. Se espera para 2020 un incremento en superficie de nuevas variedades como DANIELLE, MONTOYA, OVERTURE, JENNIFER, ALICIANA y SINFONÍA. De suceder, esto contribuirá a aumentar la variabilidad y darle mayor sustentabilidad al sistema. (www.cebadacervecera.com.ar, Mario Cattáneo).

Conclusiones

La generación de información sobre el comportamiento productivo de variedades de cebada cervecera en la región, es de suma importancia para el conocimiento y la transferencia de tecnología en el manejo del cultivo a ser adoptado por técnicos, asesores y productores.

 

Fuente: INTA por Guillermo Daniel Donaire, Jorge Alberto Fraschina, Enrique Javier Alberione, Carlos Tomás Bainotti, Dionisio Tomás Gomez, María Belén Conde

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