En medio de condiciones extremadamente inusuales que se están viviendo a nivel mundial por causa del esparcimiento del coronavirus y que afectan también a nuestro país, en el año 2020 el mercado de biodiesel no escaparía a la merma generalizada de actividad y se perfila para mostrar débiles indicadores tanto de oferta como de demanda.
El propósito del presente artículo es proyectar la hoja de balance de biodiesel argentino para el año 2020. Es necesario aclarar que estas proyecciones son de carácter preliminar y están sujetas a un elevadísimo margen de error dada la incertidumbre que gira en torno no sólo a la economía argentina, sino a escala global. Las cantidades que se estiman a continuación podrían llegar a variar notablemente en función de cómo evolucione la economía en su conjunto, de las decisiones de índole político que se tomen y de la situación particular de los mercados de exportación, entre otros factores que se mencionarán en el texto.
Consumo
Un primer aspecto a tener en cuenta son las estimaciones de consumo para el año 2020. La proyección de consumo doméstico (hechas las salvedades previas en torno al muy amplio margen de error de esta estimación) se ubica por el momento en 830.000 toneladas, registro que expresaría una caída del 27% interanual. Esta acentuada merma respondería, en primer lugar, a una baja en la demanda de gasoil estimada en torno a un 10 % y, en segundo lugar, a una caída de la mezcla efectiva de gasoil con biodiesel, la cual podría rondar a lo largo del año en torno al 7%, en medio de un contexto donde las compañías refinadoras de petróleo no están demandando la cantidad de biocombustible necesaria para cumplir el mandato legal vigente (10%), aun asumiendo eventuales sanciones por parte de la Autoridad de Aplicación.
Esta dinámica también se está observando en otros países, de acuerdo a Oil World, donde tampoco se espera que se cumplan los mandatos de corte en Indonesia, Malasia y Brasil, ante la falta de marcos regulatorios apropiados.
Exportaciones
Las ventas de biodiesel al exterior no enfrentarían un panorama mucho más prometedor que el resto de los indicadores en el año que corre. Un primer tanteo estimativo, sujeto a una amplia posibilidad de desvío, es de 700.000 toneladas.
En términos cuantitativos, el único destino relevante seguiría siendo la Unión Europea. Pese a la existencia de una cuota de 1,2 millones de toneladas libres de aranceles de importación extraordinarios, la reducción de ventas al exterior del orden del 31% ocurriría por una combinación de dos factores: en primer término, una reducción del consumo de diésel en la zona comunitaria y, en segundo lugar, la debilidad de los precios de este combustible (diésel), que generan problemas de competitividad al biodiesel, el que ingresa a la zona comunitaria europea con un precio mínimo establecido oficialmente. Una forma de dar mayor fluidez a las exportaciones, sería mejorar significativamente la competitividad del precio mínimo de biodiesel establecido en el acuerdo con la UE, que actualmente resulta muy elevado para las condiciones de mercado. Pero el problema esencial seguirá siendo la persistencia de muy bajos precios del combustible diésel.
Por otra parte, desde el punto de vista económico, continuarían prácticamente cerrados los mercados de Estados Unidos y de Perú por la existencia de barreras arancelarias extraordinarias muy elevadas. Una forma de recuperar las exportaciones a estos destinos sería que EE.UU. otorgará una cuota libre de aranceles de importación extraordinarios al biodiesel argentino, como lo hizo la UE. Por el lado de Perú, habría que avanzar en encontrar una solución amigable a la controversia que se mantiene por la sanción que este país aplicó al biodiesel argentino. En estos momentos, se considera baja la probabilidad de que se alcancen estos escenarios en el corto plazo.
Producción
Dadas las circunstancias antes comentadas, es decir, la caída del consumo interno que rondaría un 27% interanual y una contracción de las exportaciones que podría ser cercana al 31%, la producción sufriría una caída muy pronunciada en el año 2020. La proyección es, por ahora, de 1.560.000 toneladas. Sin embargo, no resulta excesivo volver a aclarar que las cifras finales podrían distar mucho de esta estimación de carácter preliminar, al ser de gran dificultad conocer la magnitud y duración del contexto que se está viviendo a nivel mundial. De cumplirse este pronóstico, la merma interanual sería la más pronunciada desde que Argentina comenzara a producir biodiesel, retrotrayendo los volúmenes a su menor nivel desde el año 2009.
La única posibilidad a muy corto plazo de recuperar parcialmente la producción sería logrando que en el mercado interno se cumpla efectivamente con la mezcla de un 10 % -B10-. Por otra parte, el aumento de la tasa de corte obligatoria a un 15 % también traería aparejado un incremento de la producción. Sin embargo, este escenario resulta improbable dada la falta de consenso por parte de refinadoras de petróleo y de un grupo mayoritario de compañías automotrices.
De no haber una inflexión rápida respecto de la situación actual, esta será una de las peores campañas de la industria argentina de biodiesel, al aumentar la capacidad ociosa a niveles cercanos o superiores al 60 % (a la fecha, se estima una capacidad de producción de 3,9 millones de toneladas anuales).
Para completar el difícil panorama, el próximo 12 de mayo de 2021 vence la Ley 26.093, que establece el Régimen de Regulación y Promoción para la Producción y Uso Sustentables de Biocombustibles. Si bien el Poder Ejecutivo tiene la facultad de extender este régimen y existen varios proyectos para sancionar una nueva ley, el consensuado por toda la industria en el seno de la Liga Bioenergética de Provincias durante el año 2019, todavía no tomó estado legislativo y como consecuencia de la emergencia sanitaria, este período legislativo resultará más corto y muy atípico, lo que genera un aumento de la incertidumbre para toda la industria argentina de biocombustible.
Para concluir, en la siguiente infografía se resumen las principales medidas y acontecimientos que podrían dar un alivio al mercado de biodiesel en el año en curso.
Claudio Molina es el Director Ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno.
Fuente: Julio Calazada – Claudio Molina – Franco Ramseyer BCR