La dispersión de intereses entre los actores involucrados no facilita los canales de negociación.
Con más simbolismo –reflejado en una señal de malestar– que resultados concretos, terminó ayer el paro comercial de cuatro días convocado por tres de las entidades que conforman la Mesa de Enlace Nacional.
Mientras la dirigencia rural evalúa el impacto de la protesta y busca canales para volver a dialogar con el Gobierno, el tablero del conflicto muestra varios frentes abiertos. Si bien la suba de las retenciones a la soja sigue siendo el hilo conductor, la dispersión de intereses obligará a un equilibrio en la negociación, con el objetivo de zanjar las diferencias que subsisten entre los actores involucrados.
La Nación y la dirigencia rural. En los últimos 20 días, y a medida que el conflicto con el agro comenzaba a tomar dimensión, las referencias del Gobierno nacional para con la dirigencia rural cambiaron de concepto.
A fines de febrero, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, aseguró que observaba “una actitud de parte de las organizaciones del campo y otra cosa en esos autoconvocados, que tienen una finalidad política”, en un intento por separar entre dialoguistas y algunas posturas más intransigentes.
En las últimas horas, y con el paro de cuatro días transcurriendo, la percepción presidencial fue diferente: “Ojalá en algún momento se den cuenta de que este no es el camino. Creo que la gente ve que este paro es incomprensible”, sostuvo Fernández en relación con la posición de la Mesa de Enlace.
Córdoba y La Nación. A través del ministro de Agricultura, Sergio Busso, la Provincia volvió a diferenciarse de la Nación en el conflicto por las retenciones. En Expoagro, el funcionario aclaró que los diputados que responden al Gobierno provincial votaron en contra de subir el impuesto cuando el Congreso aprobó la ley de emergencia solidaria, y reiteró que al campo hay que ayudarlo y no castigarlo.
La postura de la dirigencia. Si bien los principales referentes de la Mesa de Enlace se muestran juntos, como ocurrió esta semana en la muestra realizada en San Nicolás, por separado admiten diferencias en la metodología para abordar el diferendo por las retenciones con el Gobierno. No todos estaban de acuerdo en recurrir el paro y está posición pude ser determinante a la hora de analizar una eventual profundización de las medidas de fuerza.
La Mesa y los autoconvocados. Si bien en Córdoba ambas vertientes gremiales llevaron a cabo de manera conjunta movilizaciones, a nivel nacional hay diferencias de criterios.
Una prueba de ello fue la ausencia de los titulares de las entidades que conforman la Mesa de Enlace en la asamblea nacional realizada este miércoles por productores autoconvocados en el kilómetro 225 de la autopista que une Córdoba con Buenos Aires, con motivo de celebrarse 12 años de la resolución 125.
La posición de Coninagro. La entidad cooperativa hizo pública su adhesión al paro de comercialización, pero en sus filas no había consenso absoluto sobre el momento de lanzar la medida de fuerza. Creían que a la instancia de diálogo había que profundizarla y proponerle al Gobierno un instrumento de recaudación diferente a las retenciones, a través del Impuesto a las Ganancias.
FAA y sus filiales. Por fuerte diferencias internas, la entidad se vio obligada a dejar librada a la determinación de las bases la adhesión a la protesta que concluyó ayer. Su propio presidente, Carlos Achetoni reconoció esta semana que muchos productores no están de acuerdo con el paro porque consideran que se benefician con las menores alícuotas para economías regionales y por la segmentación que beneficiaría a los más pequeños.
La línea de CRA. Confederaciones Rurales Argentinas fue la primera entidad en convocar al paro, y hay sociedades rurales adheridas que manifiestan su intención de continuar con las protestas si el Gobierno no decide dar marcha atrás con la suba de los tres puntos adicionales a las retenciones a la soja.
Fuente: Agrovoz