El manejo racional de las adversidades bióticas, entre ellas las malezas, es uno de los desafíos de la producción actual. La simplificación de los planteos y el uso de herbicidas basado en la erradicación trajo como consecuencia que, desde el primer caso de resistencia en Argentina, a la fecha se hayan generado 39 biotipos resistentes a 4 modos de acción y 12 biotipos de resistencia múltiple (Fte.: REM).
Lejos de estar exenta del problema, la región del sudeste de Santiago del Estero muestra desde 2013 un incremento exponencial de especies tolerantes y/o resistentes a razón de casi 4 biotipos nuevos por año. En la búsqueda de estrategias integrales, productores de la zona fundaron la Chacra Bandera, cuyas líneas de investigación se enfocan en conocer la biología de malezas e identificar las combinaciones de herramientas químicas, culturales y mecánicas más efectivas.
Entre las alternativas se evaluó el uso de cultivos de servicios (CS) y su compatibilidad con el control químico. Junto con los cultivos invernales, la siembra temprana de cultivos de verano, el aporte de rastrojos y el arreglo espacial, los CS son una de las herramientas a considerar en zonas donde la temperatura del suelo tiene un efecto marcado sobre la dinámica de emergencia de malezas.
El 4 de diciembre tuvo lugar el taller de cierre del segundo ciclo de la Chacra donde se presentaron resultados en esta línea. En ensayos a campo de midió la efectividad de herbicidas pre y post emergentes para el control de malezas otoño-invierno-primaverales (Parietaria debilis, Sonchus oleraceus y Conyza bonariensis) y su efecto de fitotoxicidad sobre diversos CS. El efecto herbicida se comparó con un testigo de CS sin tratar. Los CS elegidos fueron Vicia villosa, Centeno, Avena strigosa, Raigras, Triticale y Rabanito para los tratamientos en pre emergencia, mientras que los post emergentes se evaluaron sobre CS de V. villosa y M. albus.
Tabla 1. Estimación visual de fitotoxicidad a las dosis evaluadas de herbicidas pre-emergentes sobre CS a los 35 y 63 DDA (escala de E.W.R.S.
Vicia fue el CS menos sensible a los herbicidas utilizados. Si bien manifestó síntomas en estadios iniciales logró recuperarse rápidamente con el aumento de la temperatura, mostrando que, a excepción de metribuzin, todos los principios activos evaluados pueden ser utilizados en este cultivo.
De la misma forma, las gramíneas mostraron signos de fitotoxicidad según el herbicida y la especie, siendo algunos de ellos transitorios y de rápida recuperación a partir del macollaje. Salvo Clomazone e Imazetapir que no están recomendados para estas especies, es factible el uso de todos los pre-emergentes evaluados. Cabe destacar que en centeno y avena no se recomienda el uso de Metribuzin por elevada fitotoxicidad.
El rabanito fue el CS más sensible, disponiendo de menos opciones de residuales para pre emergencia. Entre los posibles están la Prometrina, Saflufenacil, Clomazone y Diflufencian a dosis intermedias a bajas. Una alternativa frente a la alta sensibilidad es su siembra en consociacion con otros CS (como vicia, centeno) cuyas tasas de crecimiento diferenciales supriman la necesidad de residuales.
En cuanto al control de malezas todos los tratamientos mostraron buen desempeño hasta los 30 DDA con más de 80% de control, a excepción de Carfentrazone. Pero a partir de los 60 y 90 DDA los tratamientos que manifestaron mejores controles fueron Flumetsulam, solo o en mezcla con Diflufenican, y Prometrina, sola o en mezcla con Imazetapir, como también este último principio activo utilizado solo (Figura 1)
Respecto a los tratamientos de post-emergencia, los herbicidas evaluados fueron Flumetsulam; Bentazon; Imazetapir; Metribuzin solo y en mezcla con 2,4 DB; Prometrina sola y en mezcla con 2,4 DB; Diflufenican solo y en mezcla con Flumetsulam.
A las dosis evaluadas, los de mejor comportamiento y selectividad para vicia fueron Bentazon, Imazetapir y Diflufenican, solo o en mezcla con Flumetsulam. Los que por el contrario evidenciaron una importante caída en la producción de materia seca del CS fueron Metribuzin y Prometrina, solos o en mezcla con 2.4DB, marcando que no son recomendados para el cultivo. Para Melilotus, los tratamientos selectivos fueron Bentazon e Imazetapir, los cuales no produjeron ningún daño.
Control químico y cultivos de servicios: una sinergia posible
La combinación de pre-emergentes y CS es una estrategia posible para el manejo de malezas. Ambas herramientas se complementan y generan sinergias positivas, sobre todo en las condiciones siguientes: cultivos de crecimiento inicial lento (caso de leguminosas y crucíferas), lotes con historial de presencia de malezas O-I-P de difícil control, siembra de CS a bajas densidades y en fechas tardías.
De la misma forma, el uso de pos emergentes en CS es una práctica a contemplar en aquellos casos que se cuenta en el lote con malezas y donde la especie implantada presenta una tasa de crecimiento inicial lenta que le impide competir con malezas, en especial Melilotus albus.
Fuente: Prensa Aapresid