Bienes Personales. Lluvia de consultas a contadores por temor a un impuestazo

A los estudios contables cada vez llegan más consultas “emocionales” de parte de sus clientes de mayor patrimonio, confirmaron a LA NACION tributaristas de larga trayectoria. Son decisiones de conservación de los bienes un tanto radicales: obtener una residencia en Uruguay y renunciar a la argentina o formar un trust irrevocable a largo plazo y perder el control directo sobre el dinero. Detrás de los pedidos hay temor a que haya una suba fuerte de las alícuotas de Bienes Personales con la llegada de Alberto Fernández a la Presidencia.

“La gran mayoría de las consultas son por lograr una residencia uruguaya y perder la argentina. Durante cinco años, las inversiones financieras en el país vecino están exentas, por lo que tiene un régimen más benévolo para los inversores”, detalla Santiago Sáenz Valiente, del estudio Santiago Sáenz Valiente & Asociados.

El trámite no es simple. Por empezar, Uruguay pide que, para obtener la residencia, las personas vivan allí al menos 183 días (aunque permite salidas transitorias en el medio). Luego, explica Sáenz Valiente, si una persona que realiza este trámite también tiene inversiones en la Argentina -como una propiedad- debe designar un “responsable sustituto” que tribute por esos bienes. Lo que “pierde”, entonces, es la obligación de pagar impuestos por sus activos en el exterior.

César Litvin, de Lisicki Litvin & Asociados, detalla que, además de Uruguay, los países más atractivos para solicitar un cambio de residencia son Panamá, España e Italia. Este último tiene un régimen que beneficia bastante a los nuevos residentes tributarios, que fue crucial en el pase de Cristiano Ronaldo a la Juventus, aclara el tributarista.

La segunda alternativa por la que consultan los clientes de mayor poder adquisitivo son los trust irrevocables: es un fideicomiso que no vuelve más al aportante. Requiere un trustee (administrador) independiente y un protector que controla que no pueden tener grado de parentesco ascendente, descendente y lateral “hasta tercer grado”, aclara Litvin.

En definitiva, se pierde el control directo de ese dinero. Además, se designan beneficiarios (que normalmente son los hijos) y se establece en qué momento se desea que se entregue el patrimonio a esas personas. También hay un asesor financiero que decide cómo manejar esos activos para que rindan frutos.

Generalmente, en el trust se incluyen todo tipo de activos, desde participaciones en sociedades hasta inmuebles. “Cuando esos activos ya están fuera de control de la persona que lo establece y hasta tanto no le llegue el patrimonio a los beneficiarios, no tributan Ganancias ni Bienes Personales”, explica el tributarista. Generalmente, esta herramienta se tramita en Estados Unidos, Nueva Zelanda o las Islas Vírgenes.

Consultas menos radicales

Por último, hay consultas por alternativas más suaves. Miguel La Vista, del estudio La Vista Casal, detalla que, por tratados entre países, los títulos públicos de Bolivia no pagan bienes personales, a diferencia de otros activos en el exterior, que hasta el momento tributan con los mismos vencimientos y las mismas alícuotas que los que están en la Argentina.

“Las personas están reacomodando sus inversiones por miedo a que suba la alícuota. Hay que recordar que, en el caso de los activos en el exterior, están gravados al valor de mercado, es decir, al costo de ese bien al tipo de cambio vigente en la fecha de cierre del ejercicio”, detalla La Vista.

En cambio, bienes personales en la Argentina toma en cuenta el valor en pesos al momento de la compra, lo que hace que con las devaluaciones de la moneda el gravamen se vaya “licuando”, de algún modo.

“En caso de que realmente suban las alícuotas de Bienes Personales para activos en el exterior, sería un hachazo mortal, porque le podrían sacar toda la utilidad a la inversión. Este tributo representa menos del 1% de la recaudación, por lo cual subirlo implicaría un tema ideológico”, opina La Vista.

Entre los tributaristas circularon versiones de suba de los impuestos para activos en el exterior, o de suba total de las alícuotas hasta el 1,25% anterior (hoy de hasta el 0,75%).

Voceros del Frente de Todos consultados por LA NACION sostuvieron que por el momento no hay definiciones sobre el impuesto. Durante la campaña y luego de las elecciones, en diferentes ocasiones, Alberto Fernández habló del impuesto y aclaró que no aplicará para la clase media, sino para las “grandes fortunas”.

 

Fuente: La Nación por Sofía Terrile

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