Siembra de alfalfa en primavera

La etapa de implantación en el cultivo de alfalfa es crítica y define su productividad y persistencia posterior. Un buen objetivo es lograr entre 150-250 plantas/m2 el primer año. En Chaco la mejor época para la siembra de alfalfa es a fin de marzo-principio de abril, sin embargo, ante la pérdida de lotes y/o la imposibilidad de sembrar oportunamente, debido a excesos de precipitaciones del verano-otoño de 2019, la siembra de primavera se convierte en una opción a analizar para adelantar la implantación y recuperar la superficie perdida. Entre una estación y otra se presentarán distintas condiciones ambientales, que tendrán impacto sobre el desarrollo inicial y posterior desempeño del cultivo, que deben ser tenidas en cuenta previo a la siembra. A continuación, en el cuadro postulan algunas de ellas.

Recomendaciones habituales

Suelos: Agrícolas, bien drenados. Sin impedimentos físicos para el desarrollo de las raíces. Bien provistos de P (>25 ppm) y S (alta MO). pH ideal 6,5-7,3. No salinos. Inoculación con rizobios fijadores de N: aumenta la productividad más de un 15 %, con un costo en la implantación menor al 4 %. Densidad de siembra: Según la calidad de semilla y la efectividad del sistema de siembra. Considerar que 10 kg/ha equivalen a aproximadamente 500 semillas/m2. En general cuando mayor densidad de plantas iniciales se logran, menos espacios para las malezas quedan.

Control de insectos: Se debe tener especial cuidado con Trips, Pulgones y Arañuelas en los estadios iniciales de las plántulas, donde son difíciles de controlar ya que los insecticidas sistémicos recomendados para esto insectos, encuentran poca superficie foliar para la adecuada absorción. Por lo tanto, una práctica recomendable es la aplicación de insecticidas a la semilla (p.e. Imidacloprid, Tiametoxam, etc.).

Recomendaciones especiales para primavera

Siembra convencional: Laboreo del suelo previo a la siembra con el fin de eliminar malezas y elevar la temperatura del suelo (Tº optima de germinación: 18 – 25º C). Esperar una lluvia y poner la semilla en intimo contacto con la humedad del suelo. Control malezas: Eliminar previamente a la siembra malezas difíciles como Gramilla y Cebollín. Utilizar herbicidas de pre-siembra (Trifluralina) que ofrecen buen espectro de control en el momento que la plántula de alfalfa es más débil.

En post-emergencia, realizar el control temprano de gramíneas (Cletodim; Hloxifop, etc.) y para el control de malezas latifoliadas cuando la alfalfa tenga 2 a 3 hojas trifoliadas y malezas en estadios juveniles (Imazetapir, Flumetsulam, Clorimuron, 2,4- DB, Diflufenican, Bromoxinil, Bentazon, Prometrina y sus mezclas) lo que mejora la efectividad del control con dosis más bajas. Nunca aplicar juntos en mezcla de tanque graminicida con latifolicida, espaciar por lo menos 1 semana. Fungicidas: Debido a las bajas temperaturas del suelo la germinación y emergencia serán más lentas con la posible incidencia de hongos de suelo. Será recomendable entonces la aplicación de un fungicida a la semilla (p.e. Trifloxistrobin + Metalaxil).

 En resumen:

– Intensificar todos los cuidados, principalmente control de malezas.

– Si el lote será destinado a corte para la producción de fardos para comercialización, puede ser una buena opción la siembra de primavera. Si en cambio el destino es a pastoreo o confección de rollos para consumo propio, sería más recomendable la utilización de otra alternativa y esperar a la mejor época para la siembra de alfalfa.

 

Fuente: INTA por José Luciano Chiossone

Más noticias agropecuarias cliqueá aquí