Introducción
Históricamente la deriva es un fenómeno que quedó en evidencia con las pulverizaciones terrestres a partir de la generalización del uso del herbicida glifosato (1994), al afectar -y a veces inutilizarcultivos de trigo cercanos a los lotes en barbecho químico. La deriva ha sido definida como el “desplazamiento de un plaguicida fuera del blanco determinado, transportado por masas de aire o por difusión (Norma ASAE S-327.1 de la American Society for Agricultural Engineers Standard). Es muy frecuente que se entienda como deriva sólo a “lo que se va fuera del lote pulverizado” y cause daño a algún cultivo cercano (exoderiva) (Massaro, 2013). Se hace visible con los herbicidas ya que ellos afectan a cultivos sensibles. Durante esta temporada 2019, las aplicaciones de herbicidas para barbechos químicos han generado muchos casos y, consecuentemente, muchas hectáreas de cultivos con trigo afectados y “quemados” totalmente en las provincias de Santa Fe, Córdoba y seguramente en otras. Trataremos de analizar los factores fundamentales intervinientes en estos sucesos.
Los herbicidas utilizados
Si bien se utilizan mezclas de dos o tres herbicidas al mismo tiempo en los barbechos químicos, el herbicida que más daños produce en los cultivos de trigo es el glifosato ya que esa es una especie muy sensible a este producto. El glifosato no es volátil, por lo que el “viaje” fuera de la zona tratada con la pulverización se produce por las gotas de caldo, que en pocos metros pierden el agua, y el producto puro es llevado y depositado en otros lotes a cientos de metros o kilómetros de distancia.
La técnica de pulverización
Aún en la actualidad muchos equipos pulverizadores terrestres son utilizados con técnicas de alta deriva para los tratamientos en barbechos químicos (Massaro, 2013). Esta calificación está dada por normas internacionales desde el año 1985 y publicada por todas las empresas expendedoras de boquillas (Por ej.: Teejet Tecnologies, 2011) (Tabla 1). Lo determinante es el tamaño de las gotas, no la uniformidad en el tamaño de las mismas.
Las prácticas de pulverización con gotas MF, F y M con boquillas hidráulicas de cono hueco o abanico plano, se realizan con alta deriva, aunque muchas veces esto no se note porque la deriva no se produce lateralmente, sino verticalmente hacia las capas superiores de la atmósfera. La forma de evitar esto es con boquillas hidroneumáticas (asistidas por aire, aire inducido, tipo Venturi), en las cuales las gotas salen a mayor velocidad y no quedan flotando suspendidas en el aire como las hidráulicas. En el Esquema 1 se representa lo que ocurre con las gotas que salen de boquillas hidráulicas, ya sean de abanico plano o cono lleno o hueco. En el Esquema 2 se representa el funcionamiento de boquillas hidroneumáticas.
Las condiciones meteorológicas
Durante este otoño-invierno se han registrado condiciones meteorológicas representadas en el Gráfico 1 durante el mes de junio del presente año. Observando la variación diaria de las temperaturas máximas y mínimas y de la radiación solar se puede entender cómo fue el movimiento del aire en muchos días de este mes, así como en julio y agosto. En los días con poca diferencia entre la temperatura la mínima y la máxima hubo condiciones de estabilidad vertical del aire; los días fueron seminublados o nublados, por lo que el sol no calentó al suelo y éste al aire. Por lo tanto no se dieron condiciones para la convección o ascenso rápido vertical del aire como ocurre en los días soleados (Costanzo y otros, 2019). Además el aire frío produjo vientos que no fueron ascendentes como ocurre habitualmente, sino laminares. Esto significa vientos bajos y paralelos al suelo que llevaron las gotas finas, que quedaron flotando sobre la superficie pulverizada, lateralmente hacia otros lotes, muchos de ellos con cultivos de trigo, afectándolos.
Conclusiones
Seguramente muchos pensarán que “el malo de la película” fue el glifosato, aunque me inclino porque muchos dirán: fueron las condiciones meteorológicas. Sin embargo, el problema fue que todavía muchos pulverizan con una técnica de alta deriva, que fue “desnudada” o puesta en evidencia por las condiciones meteorológicas. En otras situaciones el movimiento del aire eleva los productos mal pulverizados y los arrastra hasta capas altas de la atmósfera y, aquí abajo, no se producen efectos no deseados, daños por deriva. La forma de evitar esto es con boquillas hidroneumáticas (asistidas por aire, aire inducido, tipo Venturi).
Fuente: INTA por Rubén Antonio Massaro