Maíz para silaje: evaluación de híbridos en siembra temprana y tardía en el ciclo agrícola 2018/19

En la Estación Experimental Agropecuaria Paraná del INTA se evaluó en el ciclo agrícola 2018/19 el comportamiento productivo de cultivares de maíz con destino a silaje de planta entera en siembra temprana y tardía.

La superficie sembrada de maíz en la provincia de Entre Ríos en el ciclo agrícola 2018/19 se ubicó en 360.900 hectáreas (ha), la más alta de los últimos 18 años y representó un crecimiento interanual del 14 % (44.500 ha). La superficie sembrada con maíz de primera se posicionó en 323.100 ha y abarcó el 90 % del total implantado. Mientras que el 10 % restante lo ocupó el maíz tardío y de segunda con un área de 37.800 ha. El principal destino del grano de maíz es como recurso forrajero para la nutrición animal.

El silaje de maíz de planta entera es un recurso ampliamente incorporado en la actualidad en la planificación forrajera de los sistemas de producción de carne y leche en la Argentina. Los maíces tardíos enfrentan en general menores restricciones climatológicas (mejores balances hídricos en floración, menores golpes de calor en el período de llenado de grano) que los tempranos, pero surgen otras restricciones, como la menor radiación y alta humedad en el período de secado de grano, según la localidad, que complica el secado, lo cual no sería un inconveniente si se destina para ensilar las plantas enteras.

Las siembras tardías de maíz (diciembre/enero) están expuestas a condiciones climáticas diferentes a las siembras óptimas (agosto/septiembre). Dichas condiciones resultan favorables principalmente para el desarrollo de enfermedades, entre las que se destacan el tizón foliar común (TFC, Exserohilum turcicum, forma sexual Setosphaeria turcica) y la mancha ocular (MO, Kabatiella zeae). El TFC es endémico en la región maicera pampeana y extra pampeana y se destaca por su alta prevalencia, su incidencia y severidad creciente en los últimos años, provocando importantes pérdidas en el rendimiento de grano.

La MO es considerada como emergente y cuarentenaria, detectándosela en Entre Ríos durante todo el ciclo del cultivo y en maíces voluntarios todo el año. Por otra parte, en siembras tempranas se manifiesta principalmente la roya común (RC, Puccinia sorghi) con diferentes niveles de severidad, dependiendo del genotipo del hospedante, biotipo del patógeno y condiciones ambientales durante el ciclo del cultivo. En cuanto a los insectos, la oruga cogollera u oruga militar tardía (Sf, Spodoptera frugiperda) es la plaga más relevante del cultivo de maíz en Entre Ríos y los daños ocasionados dependen del evento Bt sembrado. La identificación de híbridos con buen desempeño en cuanto al nivel productivo, al perfil sanitario y respuesta al daño de plagas a través de diferentes ambientes (fechas y localidades) y adaptados a la región de interés es un factor fundamental que contribuye a la producción eficiente de ensilaje de maíz.

El ensayo

Con el objetivo de evaluar de manera comparada el comportamiento fenológico y productivo de cultivares de maíz con aptitud silera en dos fechas de siembra en el ciclo agrícola 2018/19, se evaluaron 24 híbridos (comerciales y líneas pre comerciales) de maíz con destino a silaje de planta entera implantados en el campo experimental de la EEA Paraná del INTA (31° 50’ S, 60°31’ O, 110 msnm) en dos fechas de siembra: temprana (F1, 17 de septiembre de 2018) y tardía (F2, 21 de enero de 2019).

En esta última fecha, además del perfil sanitario, se realizó el perfil entomológico de los híbridos. Con la información generada anualmente en distintos ambientes de evaluación se pueden detectar los híbridos que logran producciones superiores, los más estables y los de mejor comportamiento sanitario y entomológico, características muy importantes a tener en cuenta para elegir el híbrido a sembrar.

Resultados F1

El clima

El ciclo agrícola estival 2018/19 se caracterizó por temperatura medias mensuales semejantes a las históricas, con la excepción del mes de septiembre que fue 3°C más cálido y generó una emergencia rápida y uniforme del cultivo (Figura 1).

Por otro lado, las lluvias en noviembre (346 mm) y enero (365 mm) alcanzaron records históricos de la serie climática del Observatorio Agrometeorológico de la EEA Paraná (1934-2018). Durante el período comprendido entre la siembra (17/09/18) y el corte del último híbrido (25/01/2019) se registraron 822,9 mm. En el período crítico del cultivo (floración femenina media del ensayo, estadio R1 ± 15 días) se registraron 146 mm. En consecuencia, el balance hídrico-climático fue altamente positivo durante todo el ciclo.

Comportamiento productivo

La floración promedio de los híbridos se registró el 01/12, a los 75 días desde la siembra (dds) (Tabla 1), entre el 26/11 (550VT3PRO) y el 10/12 (SyN139VIP3C19M). Los cortes se realizaron desde el 9 al 25/01 (83–99 dds), según los híbridos, con un contenido medio de materia seca de la planta de 33,3%. Los cultivares se diferenciaron en la producción de biomasa verde y seca, en el rendimiento de grano y en el aporte del mismo a la biomasa seca total (Tabla 1).

La producción de biomasa verde y seca promedio fue de 78.801 kg MV ha-1 y 23.640 kg MS ha-1 , respectivamente y el rendimiento promedio de grano fue de 14.312 kg MS ha-1 . El 46 % de los híbridos superaron el promedio del ensayo. El aporte medio de grano a la materia seca total fue de 61% (Tabla 1).

Los híbridos presentaron diferencias en la partición de la materia seca de hoja, tallo y espiga, con valores promedios de 13,7 % en hoja, 19,5% en tallo y 67,1% en espiga. La contribución de los diferentes componentes morfológicos a la biomasa total de la planta varió entre híbridos: 15,6% (SyN139VIP3C18M) a 10,8% (Hucorn2881MGRR2) de hoja, 25,3% (SyN139VIP3C18M) a 15,2% (ADV8560T) de tallo y 73,8% (ADV8560T) a 59,1% (SyN139VIP3C18M) de espiga (Tabla 2).

Perfil Sanitario

 Roya común

La RC, caracterizada por las pústulas alargadas de color herrumbroso oscuro y presencia de restos de tejidos epidérmicos (Figura 3), fue la principal enfermedad registrada en F1 (Figura 3A). La única evaluación realizada determinó una prevalencia del 100%, incidencia entre 20 y 100% y muy bajos niveles de severidad que no superaron el 0,2% (datos no presentados). Estos niveles de severidad probablemente se debieron, entre otros factores, a las elevadas temperaturas y a la ausencia de inóculo. La RC requiere un óptimo de 16-25°C y 5-6 h de mojado foliar, siendo de lenta evolución o sin desarrollo con 32°C o más. P. sorghi es un hongo biotrófico y las infecciones primarias en cada ciclo agrícola se originan a partir de esporas procedentes de otros lotes o de maíces voluntarios (guachos).

Resultados F2

 El clima

El final del ciclo agrícola estival 2018/19 se caracterizó por temperatura medias mensuales semejantes a las históricas, con la excepción del mes de abril que fue 1°C más cálido y acortó levemente el llenado de granos del cultivo (Figura 2). Por otro lado, las lluvias en noviembre (346 mm) y enero (365 mm) aseguraron la recarga del perfil, pero retrasaron la siembra del ensayo. Durante el período comprendido entre la siembra (21/01/19) y el corte del último híbrido (13/05/2019) se registraron 600,8 mm. Mientras que en el período crítico del cultivo (floración femenina media del ensayo, estadio R1 ± 15 días) se registraron sólo 25 mm. En consecuencia, si bien el balance hídrico-climático general fue positivo, pudo haber ocurrido algún grado de estrés hídrico durante el periodo crítico del cultivo.

Comportamiento productivo

La floración promedio de los híbridos se registró el 28/03 (Tabla 3), entre el 17/03 (550VT3PRO) y el 01/04 (SyN139VIP3C19M). Los cortes se realizaron desde el 25/04 al 13/05, según los híbridos, con un contenido medio de materia seca de la planta de 29%. Los cultivares se diferenciaron en la producción de biomasa verde y seca, en el rendimiento de grano y en el aporte del mismo a la biomasa seca total (Tabla 3). La producción de biomasa verde y seca promedio fue de 36.769 kg MV ha-1 y 10656 kg MS ha-1 , respectivamente y el rendimiento promedio de grano fue de 3.690 kg MS ha-1 . El 44 % de los híbridos superaron el promedio del ensayo. El aporte medio de grano a la materia seca total fue de 35% (Tabla 3).

Los híbridos presentaron diferencias en la partición de la materia seca de hoja, tallo y espiga, con valores promedios de 19,0% en hoja, 24,5 en tallo y 56,5% en espiga. La contribución de los diferentes componentes morfológicos a la biomasa total de la planta varió entre híbridos: 22,0% (SyN139VIP3C18M) a 12,0% (550VT3PRO) de hoja, 33,9% (SyN139VIP3C18M) a 20,4% (KWS4260ASG) de tallo y 62,7% (550VT3PRO) a 44,1% (SyN139VIP3C18M) de espiga (Tabla 4).

 

Perfil Sanitario

Tizón foliar común

Los primeros síntomas de TFC se observaron a mediados-fines de febrero, en hojas del estrato inferior, al estado fenológico V5-V7. Los mismos avanzaron en sentido ascendente en la planta y consistieron en lesiones elípticas y alargadas, pardas o pardas oscuras, limitadas por un margen más o menos definido más oscuro y de longitud variable (Figura 3B). El progreso de la enfermedad es favorecido por largos períodos de mojado foliar (6-18 horas) por lluvias o rocío y temperaturas moderadas (18-27°C). En la primera fecha de evaluación (07/03/19, 45 dds) todos los genotipos presentaron la enfermedad (prevalencia del 100%). Los niveles de incidencia (datos no presentados) fueron elevados y en la tercera fecha de evaluación (05/04/19, 74 dds) el 88% de los genotipos había alcanzado o superado el 80% de dicho parámetro fitopatológico. En la cuarta y última fecha de evaluación (30/04/19, 99 dds) la severidad media estuvo comprendida entre 1,0 (ADV8560T) y 8,1% (TOB 767 VIP3), valores considerados como bajos. El ABCPE construido a partir de los datos de severidad permitió discriminar el comportamiento de cada genotipo frente al TFC, siendo SyT 2250BT y ADV8560T los híbridos de mayor y menor susceptibilidad a la enfermedad, respectivamente (Tabla 5).

Mancha ocular

Los primeros síntomas de MO se observaron a principios de marzo, principalmente en hojas del estrato superior, al estado fenológico V11-V12. Los mismos consistieron en pequeñas manchas, circulares a ovales, con un centro claro rodeado de un anillo más oscuro y con un halo amarillento, semejante a la forma de un ojo (Figura 3C). Este patógeno prefiere tiempo húmedo (lluvias frecuentes o rocío persistente) y fresco (14-17°C), mientras que un incremento en la temperatura detiene el desarrollo de la enfermedad. En la primera evaluación (19/03/19, 57 dds), la prevalencia fue del 100% y el 96% de los híbridos presentó el 100% de incidencia. En la tercera y última fecha de evaluación (30/04/19, 99 dds) la severidad estuvo comprendida entre 0,13 (Exp. 18MZ223VT3) y 3,9% (550 VT3PRO), valores considerados bajos. El ABCPE permitió discriminar el comportamiento de cada genotipo frente a la MO, siendo 550 VT3PRO y LG30850 RR2 los híbridos de mayor y de menor susceptibilidad a dicha enfermedad, respectivamente (Tabla 5).

Incidencia de Spodoptera frugiperda (Sf)

La incidencia de SF varió entre híbridos al considerar el porcentaje de plantas con daños ≥ 3 (escala de Davis; F=12,23; p < 0,0001). Los híbridos de maíz con tecnología Viptera 3 se destacaron por sobre las otras tecnologías, en relación a la incidencia de Sf. Los híbridos TOB767VIP3 y SyN139VIP3C18M no fueron dañados, mientras que el híbrido SyN126VIP3C19M presentó un 4,17% de plantas con daño ≥ 3. Los materiales con tecnología VT3 PRO mostraron un rango muy amplio de porcentaje de plantas con daño ≥ 3, desde 9,17% (LG30853VT3PRO) a 80,33% (ADV8112VT3PRO). Los mayores porcentajes de plantas con daño ≥ 3 se observaron en los materiales LG30850RR2, VG48RR2 y ADV 8560T sin tecnología Bt (Figura 4). Cabe destacar que, al analizar las categorías de daño, la mayoría de ellas se concentraron en los grados 4, 5 y 6 de la escala de Davis, por lo que los porcentajes de daños 7, 8 y 9 fueron comparativamente bajos.

Consideraciones finales

En la fecha de siembra temprana, en la que los híbridos evaluados no sufrieron limitaciones hídricas, se registraron producciones de forraje muy altas, con una proporción de grano que estaría asegurando buena calidad del silaje. En cambio, en la fecha de siembra tardía, la producción de forraje fue menor, así como el aporte de grano a la biomasa total. Es probable que una deficiencia hídrica durante el periodo crítico y fundamentalmente la caída en la oferta de radiación del ambiente en una fecha de siembra tan tardía, hayan afectado el crecimiento y la partición a granos de los híbridos evaluados. En los maíces sembrados en la fecha temprana prevaleció la RC, mientras que en la fecha tardía lo hicieron el TFC y la MO. Las tres enfermedades se manifestaron con niveles relativamente elevados de incidencia y bajos de severidad. El ABCPE construido a partir de valores de severidad permitió determinar un comportamiento diferencial de híbridos de maíz en siembra tardía al TFC y a la MO, sin embargo, no mostró una relación consistente con los parámetros de productividad forrajera. Por otro lado, en lo que respecta al control de Sf se destaca la elevada eficacia de los materiales que contienen la tecnología Viptera 3. Las diferencias encontradas entre fechas de siembra y entre genotipos en las variables evaluadas refuerzan la importancia de evaluar y seleccionar híbridos adaptados a los distintos sistemas de producción.

 

Fuente: INTA por Mariela Gabriela Diaz, Leonardo Coll, Pablo Daniel Velazquez, Adriana Saluso

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