La campaña de soja 2018/19 se dio por finalizada en las primeras semanas de julio en el centro-norte de la provincia de Santa Fe.

Este ciclo estuvo marcado por los excesos hídricos que se dieron en dos etapas importantes del cultivo: en la siembra, impidiendo la concreción de las intenciones iniciales; y en la cosecha, lo cual complicó el fin del ciclo. Sin embargo, los números finales se ubican entre los mejores desde que se tiene registros para la zona, sólo por debajo de la campaña 2014/15, tanto en producción como en rendimientos. En el informe se realiza una descripción del presente ciclo agrícola del cultivo de soja y se analiza el resultado económico promedio para los productores del área bajo estudio.

PRODUCCIÓN
En la campaña agrícola 2018/19, en el centro-norte de la provincia de Santa Fe, se implantó un total de 1.362.000 ha con soja, según la información que brinda el Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA). Este dato representa una caída de 40.500 ha en relación a la campaña 2017/18 (un 2,9% menos). Dentro del total, el 62,4% (850.500 hectáreas) corresponden a variedades de siembra temprana (un 5,5% menos que el año pasado), mientras que las variedades de soja tardía o de segunda abarcaron 511.000 ha, un 1,8% más que el ciclo pasado (9.000 ha más). En relación a las intenciones iniciales de siembra, los importantes excesos hídricos que ocurrieron durante los meses de implantación impidieron que estas se concretaran, quedando sin sembrar alrededor de 75.000 ha de soja de primera y casi 40.000 ha de soja tardía, según los relevamientos realizados por el SEA. En este sentido, fueron los departamentos del norte provincial donde los efectos de las inundaciones trajeron mayores complicaciones, principalmente el departamento Nueve de Julio, donde la siembra fue un 87,3% menor al ciclo agrícola pasado.

La superficie finalmente cosechada alcanzó las 1.259.430 hectáreas, lo que significa una pérdida de área del 7,5% (algo más de 100.000 ha). Ello se dio por graves inconvenientes en los cultivos de siembra tardía, en los cuales se perdió el 18,0% de la superficie sembrada. Esto se debió al complejo comienzo de ciclo, con áreas encharcadas y anegadas, pero también a elevados porcentajes de humedad ambiente durante todo el ciclo, lo cual provocó proliferación de hongos, podredumbre de tallos, vuelco de plantas, manchado y putrefacción del grano, etc. Por otro lado, los cultivares de siembra temprana no sufrieron, en mayor medida, estos efectos, quedando en vulnerabilidad principalmente las áreas deprimidas y bajas topográficamente. De esta manera, en soja de primera sólo se perdió el 1,2% del área sembrada (10.500 ha), con números de producción finales en torno a los máximos históricos.

Como se presenta en el gráfico 1, la producción total en el centro-norte de la provincia fue de 4.219.536
toneladas, la segunda marca más alta desde que se realiza el relevamiento del SEA (sólo detrás de la
campaña 2014/15). En comparación a la campaña pasada, este año la producción fue de casi un millón de
toneladas más, mostrando un crecimiento del 29,3% frente al ciclo 2017/18 que estuvo afectado por una
sequía histórica.

El rendimiento promedio por hectárea fue de 33,5 quintales, evidenciando un incremento del 38,7%
respecto al ciclo pasado (+ 9 qq/ha). En los cultivares de soja de primera, la productividad fue de 36,5 qq/ha,
superando a los valores del año pasado en un 30,4% (8,5 qq/ha más), mientras que para las variedades de
soja tardía el rinde promedio se ubicó en 27,5 qq/ha, un 66,7% más que el ciclo 2017/18.
Sin embargo, se destaca la gran variabilidad de rendimientos que existió entre los diferentes departamentos,
notándose el diferente grado de afectación que tuvieron los eventos climáticos en cada uno de ellos,
principalmente en los cultivos de siembra tardía, tal como se observa en el cuadro 1:

En cuanto a la campaña sojera en el ámbito nacional, el inicio del ciclo tuvo características similares a lo
ocurrido en la provincia, con una intención de siembra que no se pudo concretar totalmente debido a los
excesos hídricos en el norte del país. Según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la superficie total
sembrada fue de 17,7 millones de hectáreas, 200.000 ha menos que la intención inicial y un 7,4% menor
que el promedio de los últimos cinco ciclos. Sin embargo, las excelentes condiciones climáticas durante el
desarrollo del cultivo, principalmente en la zona núcleo nacional, favorecieron la producción, superando las
expectativas iniciales (de 53,0 millones de tn) a una producción final estimada en 56.0000.0000 toneladas.
Ello significa un crecimiento de alrededor de 55,5% respecto el ciclo previo y un 8,7% por encima del
promedio de los últimos cinco años, con rendimientos promedio a nivel nacional de 33,6 quintales por
hectárea, el mayor promedio de los últimos 19 años.

Síntesis

A pesar de la caída en la superficie implantada (40.500 ha menos en relación a la campaña 2017/18),
la producción de soja en el centro-norte de la provincia de Santa Fe se incrementó. La producción
total fue de 4.219.536 toneladas, que en comparación a la campaña pasada, fue de casi un millón de
toneladas más, un crecimiento del 29,3% frente al ciclo 2017/18.

Fue en los departamentos del norte provincial donde los efectos de las inundaciones trajeron
mayores complicaciones, principalmente el departamento Nueve de Julio, donde la siembra fue un
87,3% menor al ciclo agrícola pasado. Se destaca la gran variabilidad de rendimientos que existió
entre los diferentes departamentos.

El rendimiento promedio por hectárea fue de 33,5 quintales, evidenciando un incremento del 38,7%
respecto al ciclo pasado (+ 9 qq/ha). En los cultivares de soja de primera, la productividad fue de 36,5
qq/ha, superando a los valores del año pasado en un 30,4% (8,5 qq/ha más), mientras que para las variedades de soja tardía el rinde promedio se ubicó en 27,5 qq/ha, un 66,7% más que el ciclo 2017/18.

Fuente: Bolsa de Comercio de Santa Fe

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