El objetivo del presente trabajo es informar los resultados de los ensayos de evaluación de cultivares de trigo pan “con y sin fungicida”, conducidos durante la campaña agrícola 2018/2019, en la Estación Experimental Agropecuaria “Ing Agr Domingo Pasquale” (INTA Balcarce), ubicada en la Ruta Nacional 226, km 73.5, cerca de la ciudad de Balcarce, Bs. As., Argentina (latitud 38° S, longitud 58° O, altitud 130 m), en la Subregión triguera IV. Estos ensayos forman parte de la “Red de ensayos comparativos de cultivares de trigo pan” (RET), coordinada por el Instituto Nacional de Semillas (INASE), dependiente de la Secretaría de Gobierno de Agroindustria, del Ministerio de Producción y Trabajo.
Manejo del cultivo
El manejo del cultivo fue equivalente al de años anteriores. El suelo (Tabla 1) fue un Argiudol Típico (USDA Taxonomy), Serie Mar del Plata, con tosca presente a una profundidad promedio de 80-120 cm. El cultivo antecesor fue soja y este fue el 4to año en que la RET se condujo con siembra directa. Los cultivares evaluados se distribuyeron en cuatro épocas de siembra; la asignación de los cultivares a las épocas de siembra fue a elección del respectivo criadero. Las fechas de siembra de cada época y las densidades de semilla utilizadas se presentan en la Tabla 2. El tamaño de las parcelas sembradas fue de siete surcos de ancho, distanciados 0.20 m y 7.0 m de largo. La orientación de los surcos fue aproximadamente -40°N. Los ensayos se condujeron sin riego. Las cantidades y momentos de aplicación de nutrientes se detallan en la Tabla 3. Previo a la siembra se aplicó fósforo como fosfato diamónico (FDA). La aplicación de nitrógeno se dividió en tres momentos: (1) previo a la siembra como FDA, (2) al inicio del macollaje y (3) al inicio de encañazón, como urea. Todas las aplicaciones de nutrientes fueron en cobertura total. La cantidad total de nitrógeno aplicada fue calculada para satisfacer los requerimientos de un cultivo de trigo con rendimiento de 80 qq/ha y 11% de proteína, mientras que la cantidad de fósforo aplicada correspondió a la reposición del fósforo exportado por el cultivo. Para prevenir la deficiencia de azufre se aplicó yeso en coincidencia con la última fertilización nitrogenada, calculando la dosis como el 50% de la reposición del azufre exportado por el cultivo. Las malezas fueron controladas inicialmente en presiembra por medio de un herbicida de control total. En macollaje se aplicó un herbicida compuesto para controlar malezas gramíneas y latifoliadas (Tabla 4). Las enfermedades fueron controladas solamente en los ensayos “con funguicida” por medio de una mezcla comercial de un triazol y una estrobilurina (Tabla 4). A fin de reducir el efecto de la 2 variación normal de estados de desarrollo entre cultivares sobre el control de enfermedades, se realizaron dos aplicaciones de fungicida, una cuando el estado promedio de los cultivares era hoja bandera expandida y otra cuando el estado promedio era fines de espigazón. A diferencias de los años anteriores, en esta campaña solo se condujo una repetición (una única parcela por cultivar) de la 2° y 4° época sin fungicida a fin de evaluar la sanidad, pero no el rendimiento.
Mediciones
Se consideró que el cultivo emergió cuando el promedio de las plantas de cada parcela tenía 2 cm de la primera hoja sobre la superficie del suelo (aprox. estado Z10, según la escala de Zadoks et al. 1974). La fecha de espigazón registrada correspondió al momento en que visualmente se estimó que el 50% de las espigas de la parcela emergieron completamente de la vaina de la hoja bandera (estado Z59). La fecha de madurez fisiológica correspondió al momento en que visualmente se estimó que el 50% de los pedúnculos de las espigas habían perdido su color verde en al menos 2 cm (estado Z85). La altura de la parcela se midió en madurez, como la distancia entre el suelo y una varilla horizontal que tocaba el extremo superior promedio de las plantas de la parcela.
La cosecha se realizó mecánicamente, las fechas se presentan en la Tabla 2. La cosecha involucró solamente los cincos surcos centrales de cada parcela. Previo a la cosecha se midió el largo de cada parcela a fin de determinar la superficie cosechada. Antes y después de la cosecha se recorrieron los ensayos para determinar las pérdidas atribuibles a factores biótico (p.ej. daño de pájaros u orugas), abióticos (p.ej. desgrane) y a los propios de la cosecha. Los rendimientos calculados fueron incrementados en proporción a las pérdidas de cosecha registradas, si bien estas fueron bajas (rara vez mayor a 5%). El grano cosechado se pesó en húmedo y de los mismos se tomó una submuestra de aproximadamente 40 g la cual se pesó en húmedo y luego de secarla a 65°C durante 48 hs, para 3 calcular su porcentaje de humedad. Los rendimientos presentados se expresaron con 14% de humedad (humedad de comercialización según Norma XX de la Resolución 1262, SAGyP 2004) transformando el peso inicial ( ) por medio de la siguiente ecuación:
donde Pf es el peso final del grano expresado con 14% de humedad y es la humedad inicial de la muestra. El peso hectolítrico se midió por medio de una balanza Schopper Chondrometer (con cilindro de 250 cm3 ), según lo establecido en la Norma XXVI (Resolución 1075, SAGyP 1994). El contenido de proteína se determinó por medio de analizador NIR (Foss, modelo DS2500).
Diseño experimental y análisis estadísticos
El diseño experimental fue similar al de los años anteriores. Cada nivel de fungicida, dentro de cada época de siembra, constituyó un experimento independiente con los cultivares (tratamientos) dispuestos en un diseño en bloques completos aleatorizados, con tres repeticiones. Los datos de cada variable se analizaron mediante el test de Bartlett para evaluar la homogeneidad de varianzas entre tratamientos. Posteriormente, los datos fueron sometidos a un Análisis de Varianza (ANVA) para detectar diferencias entre las medias de los tratamientos. Cuando se detectaron diferencias significativas entre las medias de los tratamientos, éstas se compararon por el método de la mínima diferencia significativa (MDS). Adicionalmente, para cada variable se calculó el coeficiente de variación porcentual (CV%) como el cociente entre el error experimental y la media general del experimento. El rendimiento de cada cultivar obtenido con o sin fungicida en cada época (RTO ij) se expresó como diferencia porcentual respecto del rendimiento promedio de la correspondiente época de siembra con funguicida, por medio de la siguiente ecuación:
donde el subíndice i designa al cultivar, el subíndice j designa el nivel de aplicación de fungicida (con o sin) y RTOcf es el rendimiento promedio de todos los cultivares con aplicación de fungicida para la correspondiente época de siembra. De esta manera, se pueden comparar simultáneamente los cultivares incluyendo el efecto de la aplicación de fungicida. Sin embargo, dado que el nivel de fungicida constituyo un experimento independiente, lo que se está computando como “efecto fungicida” incluyen el efecto propio del fungicida junto con la variación del terreno entre experimentos. Datos previos obtenidos en la RET de Balcarce indican que el efecto del fungicida es mucho mayor que la variación del terreno, no obstante, las conclusiones así extraídas deberían validarse en otros experimentos.
Cabe hacer notar que el método de cálculo del DRTO ij utilizado en esta campaña difirió el utilizado en los informes de las dos campañas anteriores ya que anteriormente se utilizó como rendimiento de referencia, i.e. como denominador de la Ec.[2], al rendimiento promedio sin fungicida. Dado que en la presente campaña no se contó con ese dato para la 2° y 4° época de siembra (no se condujeron), se consideró como rendimiento de referencia al rendimiento promedio con fungicida.
RESULTADOS
El clima experimentado por los ensayos conducidos durante la campaña 2018/19 se caracterizó por una buena disponibilidad hídrica hasta entrada la encañazón (Fig. 1). Las temperaturas durante el invierno fueron cercanas al promedio histórico y elevadas durante septiembre (Fig. 1). Durante la encañazón las temperaturas promedio fueron normales, pero se presentaron varias heladas, la más relevante en INTA Balcarce fue la del 24-oct. Cerca del inicio de la espigazón (Tabla 5), el agua comenzó a ser escasa, situación que se mantuvo durante el inicio del llenado del grano. Durante el resto del llenado, la temperatura fue fresca favoreciendo un llenado prolongado, pero con reiteradas lluvias que rehumedecieron el grano afectando desfavorablemente su peso hectolítrico y produciendo “lavado del grano”. Las lluvias durante floración favorecieron los ataques de fusarium, no obstante, la enfermedad foliar que más generalizada en la RET sin fungicida fue la roya amarilla. Estos problemas sanitarios se analizan en informe por separado.
El rendimiento promedio de la RET con fungicida (RETF) fue 17% menor que el promedio de los últimos 5 años (Fig. 2a). Por problemas operativos, la RET de alta tecnología (RETAT) de la campaña 2018/19 no recibió riego, por lo cual no es posible saber comparando ensayos, cuánto de la pérdida de rendimiento de la RETF se debió estrés hídrico. No obstante, por medio de un balance de agua para un suelo de 1 m de profundidad, se puedo estimar que la RETF tuvo una deficiencia hídrica de 153 mm que abarcó 22 días, desde inicio de espigazón hasta inicio del llenado del grano. Dado que la fertilización de la RETAT fue mayor que la de la RETF, la escasa diferencia de rendimientos entre estos ensayos (Fig. 2a) permite confirmar que la RETF no presento deficiencias de nutrientes relevantes. El rendimiento promedio de la RET sin fungicida en la primera época de siembra (Fig. 2a) fue 30% menor al de la RETF, diferencia mayor a la los últimos 5 años (promedio 8%); por su parte, la diferencias de rendimiento en la tercera época la diferencia fue menor (5%). Estas diferencias fueron similares a las observadas con los rendimientos máximos (Fig. 2b). Llama la atención que el rendimiento promedio de la RET con manejo tradicional (RETT) haya sido mayor que el de la RETF: 17% y 10% para la primera y tercera época de siembra respectivamente. Puede sospecharse que parte de esta diferencia se debe a que en la RETT participó un menor número de cultivares que en la RETF. No obstante, si se computan solamente los cultivares presentes en ambos ensayos, el rendimiento promedio de la RETT continúa siendo mayor que el de la RETF, 15% y 10% para la primera y tercera época de siembra respectivamente. Una explicación alternativa supone que la diferencia se debería al efecto diferencial de las heladas entre ensayos, ya que los cultivares que presentaron mayor diferencia entre ensayos fueron los que presentaron mayor daño por heladas en la RETF (Basilio, Buck Coliqueo, Gingko, MS INTA 415, MS INTA B. 516 y SY 300, ver daño de heladas en Tabla 6 y Tabla 8). La escasa diferencia entre el rendimiento máximo de la RETF y RETT apoyan la idea de que la diferencia en el rendimiento promedio se debió a los problemas particulares de algunos cultivares. En definitiva, los datos disponibles indican que el rendimiento de la RETF estuvo condicionado por la disponibilidad de agua y las heladas, y el de la RET sin fungicida por la prevalencia de roya amarilla y daño de fusarium de la espiga.
En las Fig. 3 a Fig. 6 se presenta la DRTO de la campaña actual junto con el de las campañas anteriores. El DRTO de las campañas anteriores se calculó por medio de la Ec.[2] a partir del RTOcf de la correspondiente campaña. Por razones de espacio, en esas figuras solo se presenta el DRTO de los 15 cultivares con mayor DRTO en la última campaña.
Fuente: INTA por Pablo Eduardo Abbate, Carlos Alejandro Cabral Farías, Marcio Ezequiel Muñoz
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