El presidente del Grupo Los Grobo aseguró que el campo debe convertirse en “el caballo de Troya” local para insertarse a nivel global con otros negocios.
El concepto de Argentina como ‘supermercado del mundo’ está íntimamente ligado al negocio del agro y el Gobierno lo repite como un objetivo. “Somos un país menor en el mundo, no estamos en el radar, salvo por cuestiones específicas, como el agro”, puntualizó Gustavo Grobocopatel, titular del Grupo Los Grobo. El empresario formó parte de un seminario sectorial en el marco de la 7° edición de Expo EFI, que se realizó en La Rural. Del panel también participaron Romain Corneille, presidente de San Miguel; Javier Goñí, CEO de Ledesma; y Francisco Lugano, número uno de CREA, para debatir sobre el futuro del agro en pleno año electoral.
La innovación apareció como uno de los puntos más destacados por los integrantes del seminario Agropecuario. “Tenemos que enfocarnos en ese aspecto porque después no importan quien venga al Gobierno o quien se vaya. El tipo de cambio no hace a la competitividad, es un dato”, apuntó el ejecutivo de la citrícola tucumana.
Según Grobocopatel, las novedades tendrán que venir más por el lado de los procesos que de los productos. “La soja será la misma, pero, por ejemplo, esta será producida por robots fabricados con impresoras 3D y funcionando con baterías de litio. El proceso será diferente y, entonces, el costo será mucho menor”, describió. A su vez, hizo hincapié en que, en términos de competitividad, hay que pensar desde un punto de vista de “ecosistemas de negocios”. Y detalló: “El aumento de puestos de trabajos está vinculado a crear ecosistemas competitivos y los negocios que se generan alrededor de estos. Por caso, la industria más importante de Tierra del Fuego no es la electrónica sino la de silobolsas para almacenar granos, ahí el agro está generando trabajo”.
Para lograr esto y posicionarse a nivel mundial, señala Goñi, aún falta transitar varios kilómetros de cambios. “La Argentina está recorriendo el camino para estar preparada, facilitando los fletes y haciendo las gestiones necesarias en el exterior. Pero esto lleva tiempo, a los clientes hay que desarrollarlos y si encima te cambian las reglas del juego a mitad de camino, retrocedés casilleros” sentenció.
Con las elecciones presidenciales cada vez más cerca y aún la incertidumbre sobre quién será el que tome las riendas del país a fin de año, los empresarios del agro expresaron que sus proyectos van más allá del nombre del próximo mandatario. “Nos aislamos de eso, no importa quién viene sino tener instituciones fuertes y me refiero a las que nos representan como sector”, afirmó Corneille. En sintonía, Goñí ahondó en la importancia de una institucionalidad robusta. “Hay una crisis social y de liderazgo con eso de que el que llega rompe con todo lo que hizo el anterior. Esos egos llevan a golpes de timón absurdos”, opinó.
Por su parte, Lugano aseguró que, en parte, la tarea de los ejecutivos agropecuarios es hacer política. Y explicó: “No es política partidaria, pero si tenemos que darles herramientas a los políticos para que tomen las decisiones correctas, y eso es política”.
A la hora de brindar conclusiones sobre el futuro de la industria, Corneille respaldó la idea de abrirse al mundo, pero para aprender: “No todo pasa por Argentina, tenemos mucho por incorporar y aprender y un agro más abierto y expansivo puede multiplicar las oportunidades”. Del otro lado, Grobocopatel sentenció: “Hoy el sector vive de las innovaciones de hace 20 años, por eso, el sector debe convertirse en la bandera de nuestra inserción en el mundo”.
Fuente: Cronista.com