Desde el inicio de esta campaña, oficialmente determinada en julio de 2018, la variación de precios de soja, trigo y maíz, tanto a nivel local como internacional, no han dado mayores sobresaltos, sosteniendo una tendencia lateral hasta aburrir, con más promesas de subas que oportunidades de captarlas.
Menos para trigo, que fue lateral alcista en Chicago y en Rosario, el camino de los precios en soja y maíz ha sido inversos entre las cotizaciones diarias de ambos mercados, dado que mientras en Chicago los precios lentamente subían, en Rosario bajaban. Dejamos el gráfico de soja, para que se vean estos movimientos en lo que va de la campaña, que lleva más de la mitad de su recorrido.
Como sigue la historia de los precios es un interrogante que se hace tanto cada productor tranquera adentro, como cada corredor de cereales tranquera afuera. Las señales que brinda el mercado siguen sin ser muy obvias, con un informe de Oferta y Demanda Mundial de granos, emitido el viernes pasado por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), que pasó sin pena ni gloria, decepcionando a quienes esperaban novedades más orientativas, luego de que el paro estatal de Estados Unidos impidió su publicación en enero 2019.
Sin muchas pautas firmes sobre el futuro, vayamos a la parte de la historia contada, a través de una medida de riesgo precio muy usada, la volatilidad, que representa el grado de fluctuación de precios de un mercado en un período determinado. La volatilidad se representa en porcentaje, y para hacerlo simple, diremos que si en un año un producto tuvo una volatilidad del 20%, significa que el vendedor corrió el riesgo de obtener por su mercadería un precio 20% inferior al mejor precio de ese período.
Considerando los precios de nuestros granos en Dólares, veamos cómo viene esta volatilidad de precios para soja, trigo y maíz en los dos mercados más importantes de referencia, Chicago en Estados Unidos, y Rosario en Argentina, desde julio 2018 hasta primer tercio de febrero 2019.
Para hacer más clara la interpretación, volvamos al gráfico de precios disponibles de soja, se observa mayor variación de precios en Rosario que en Chicago. En números la volatilidad nos dice que mientras en Chicago los precios variaron un 14%, en Rosario lo hicieron un 20%, es decir que a nivel local nuestro riesgo de obtener precios inferiores a lo esperado a inicios de campaña fue mayor. Lo mismo podemos decir de maíz, con una volatilidad del 18% y de trigo con una del 33%.
Si bien la volatilidad local es mayor que la internacional hasta ahora, también es cierto que los mayores jugadores del mercado de granos operan en Chicago y que, siempre que no se perciban mayores niveles de riesgo precio, es decir, mayor volatilidad, no estarán muy entusiasmados por invertir en granos, pero que ante un cambio sustancial de contexto, lo que podría ocurrir frente a un acuerdo comercial positivo entre China y Estados Unidos, volverían a la carga para captar ganancias, moviendo el mercado bruscamente.
Las semanas de febrero restantes seguirán teniendo como centro de atención las idas y vueltas de los presidentes de China y Estados Unidos, mientras las vainas de soja en Argentina se siguen llenando, las espigas de maíz se siguen cargando y el trigo se sigue vendiendo. Marzo vendrá con la última fecha de la tregua comercial entre estos dos países y las necesarias definiciones: ¿qué hacemos en el mientras tanto, con la incertidumbre de tener una gran cosecha en puerta y precios que podrían seguir a la baja, o retomar una dirección al alza?
Como no podemos llamar por teléfono a Trump ni a Xi Jinping para saber qué piensan hacer, ni mucho menos esperar certezas después de tantos meses de hacer la plancha con los precios, mejor volvamos a nuestros lotes y a las decisiones comerciales tomadas.
CUESTIÓN DE CRITERIO:
Las decisiones comerciales deben ser tomadas basadas en información veraz y conocimiento de las necesidades de cada empresa. Avancemos en esto poniendo a la soja como ejemplo, para que cada uno lo analice con todos sus cultivos.
De 55 millones de toneladas de soja 18/19 que se espera cosechar, se llevan vendidas apenas 4,8 millones entre industria y exportación, apenas más de la mitad de lo vendido el año pasado a igual fecha. Este volumen representa un 9% de lo que esperamos cosechar a nivel nacional.
Por otro lado, veamos la variación de precio soja mayo 2019 desde julio 2018 hasta ahora. El precio de esta soja se ha movido entre máximos de U$S 283/TN y mínimos de U$S 239/TN. El viernes 8 de febrero pasado cerró a U$S 241/TN.
Vamos tranquera adentro y evaluemos el volumen y/o porcentaje de la cosecha de soja esperada, vendida con precio o con cobertura de precios (futuros y opciones), que tenemos resuelto hasta ahora. Preguntémonos entonces qué pasaría si los precios actuales caen a cosecha 10% del valor proyectado hoy en el MATBA, que pasa si caen un 20% y qué haríamos en caso de que suban. Comparemos además el porcentaje de ventas futuras y/o coberturas respecto de los valores comprometidos a pagar en cosecha. Este ejercicio nos permitirá medir cuan expuestos estamos a un cambio de precios, a incumplimientos, etc.
Vemos que estamos más cerca de los precios mínimos que de los máximos en lo que va de la campaña, pero también sabemos que los mínimos podrían llegar en mayo 2019, y aún no hay garantías de no llegar al piso de U$S 220/TN. Por tanto, recomendamos considerar estos precios, esperar leves mejoras en los próximos días para tomar decisiones de venta y el uso de opciones de futuros PUT, que nos permitan asegurar un precio mínimo, u opciones de futuros CALL para recomprar la mercadería vendida en caso de subas.
Recordemos que los precios cubiertos con futuros y opciones son en Dólares, esto nos cubre no solo de bajas en el mercado internacional sino de algún desajuste en el tipo de cambio local.
Analicemos la posibilidad de operar contratos por una proporción de lo que esperamos cosechar, evaluemos los costos y el límite del riesgo precio establecido. Esto nos permitirá tomar decisiones, en lugar de ser espectadores de la pizarra y suplicantes de que no sigan bajando los precios.
Conclusión: La volatilidad es una medida de fluctuación de precios que ya pasaron, no conocemos la volatilidad que vendrá; si lo supiéramos seriamos adivinos pero, con un avance de más de la mitad de la campaña 18/19, estamos en el momento oportuno de retomar las cuentas, analizar las decisiones tomadas y evaluar la necesidad de hacer ajustes. Hay posibilidades de mejora de precios pero ante una campaña que promete en volumen para soja y maíz, recalculemos los precios mínimos que resultan en rentabilidades aceptables y acotemos el riesgo de no obtenerlos, a través del uso de herramientas comerciales.
La meta es cerrar la 18/19 con un margen que permita seguir hacia la 19/20, proyectando además un horizonte de crecimiento en el mediano plazo.
Fuente: INTA por Marianela Sabrina De Emilio